¡Cómo me duele! Un mundo que no conocemos.

¡Cómo me duele! Un mundo que no conocemos.

Escribió Santa Teresa de Jesus, tan magistralmente esta frase, muy aplicable para toda ocasión:

«Que diferente se entiende lo que despues de experimentado se ve».

Aunque de lo que voy a hablar, ruego al Señor, nadie lo tenga que experimentar. Pero creo que es necesario decir que todos los que no lo hemos experimentado, justamente por la falta de experiencia, deberíamos tener más discernimiento y caridad a la hora de hablar de estos temas.

Cómo me duele ver que personas católicas o no católicas, que se dicen buenas personas, honestas, decentes, y todo aquel que se encuentre dispuesto, vuelquen toda la oscuridad de su corazón al hablar de quienes no han tenido la misma oportunidad de crianza.  Y juzgan por los actos presentes sin contemplar todo el perfil socio-psico-emocional y espiritual de estos seres que también son hijos muy amados del Padre celestial.

Es que está de moda cierta vedette argentina que se dedica, es verdad, a provocar escándalo tras escándalo. Y parece que estas personas terminan por ser el chivo expiatorio de la sociedad. Y está de moda divertirnos en las redes sociales haciendo bromas nada caritativas utilizando su vida desordenada y poco feliz. No importa su nombre, porque solo se trata de la de turno, como a lo largo del paso del tiempo vamos viendo que este nombre va siendo reemplazado por otros nuevos. Y no son ellas solas. En este grupo escandaloso debemos incluir tambien, prostitutas, transvestistas, bailarinas eróticas, y toda persona que comercie con su cuerpo.

Tan solo uno de los millares de ejemplos. Y de los más suaves…

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¡Cómo me duele! Quienes hemos trabajado evangelizando, incluso prostitutas, sabemos de los sufrimientos tan grandes de estas personas que no llegan a estos negocios por voluntad propia, sino por toda una turbulenta y violenta historia de vida en las que se les enseña, del peor modo, a ser solo objetos utilizables. Seamos explícitos. Estamos hablando de abusos físicos, sexuales, mentales, emocionales, privación de derechos, tal vez hambrunas. No saben de infancias normales. No han crecido en un ambiente amoroso de cuidado y protección. No han sentido lo que es el amor de dos padres que te aman y te respetan, y que quieren lo mejor para tu vida.

Estas personan, aprenden desde muy pequeñas, porque un adulto perverso se los enseña, que sus cuerpos son una «cosa» utilizable, y ademas negociable. Y cuando llegan a edades adultas, su estructura psíquica solo comprende la vida como un comercio del cuerpo para sobrevivir. Y viven en un permanente vacío que les causa un gran dolor, que constantemente las mantiene con ideas suicidas, porque no conocen el amor. Porque todo aquel que se acerca es para dejar billetes, no amor. Están vacías, porque desde su niñez les han robado todo.

Y lo peor del caso es que no son culpables. ¿Quieren culparlas? Sepan que faltan gravemente a la caridad. A estas personas nadie se les acerca para darles afecto sincero. Para ayudarlas a comprender que hay otra vida posible. Las defenestramos públicamente como divertimento hundiéndolas más de lo que ya están. La vida y la sociedad no hacen otra cosa que colaborar agrandando ese vacío que las devora.

Me siento enormemente conmovida por ver transvestistas en la Basílica de Lujan, peregrinando con fe verdadera. Las he visto llorar frente a la Virgen santísima. ¿Creen que esas lágrimas no son válidas, no son valiosas para nuestra Madre Santísima? ¿Creen que con toda su vida de pecado la ofenden estando allí, de pie, pidiendo por favor a nuestra Madre, que es de todos, auxilio para sobrevivir en el mundo que les toca? Piadosísima como es Nuestra Madre, ¿creen que no sufre por ellas y que no aboga por su salvación? Pecadores somos todos, y el que juzga solo Uno. Y si creen que son despreciables, bueno, sepan que todos tenemos una obligación cristiana del amor al prójimo. Y si no estamos en condiciones de ayudarlas en formas concretas, al menos no las defenestremos públicamente.

Y recemos por ellas, que mucho lo necesitan. Dios nos ama a todos con amor de predilección. Está enamorado de «todos» nosotros. Nadie esta excluido del amor de Dios. Esto lo ha dicho Francisco. Ellas necesitan nuestra oración como tantos marginados que crecen sin dignidad, respeto, ni amor. Seamos piadosos por favor, veamos lo que veamos.

Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

La imagen destacada pertenece a la edición del Diario Clarín del 19/07/15:

http://www.clarin.com/extrashow/fama/Xipolitakis-Mirtha-furcio-religioso-jesus-ahorcado_0_1396660611.html

Con la trata no hay trato

Para denunciar Trata de Personas en Argentina:
Para denunciar delitos de trata de personas, comunicarse a la Oficina de Rescate y Acompañamiento Oficina de Rescate y Acompañamiento
(011) 5300-4014 / 5300-4042
O escribir al correo electrónico oficinarescate@jus.gov.ar
Mediante la Resolución 1679/08 se instruye a las Fuerzas de Seguridad a crear unidades específicas para ejercer las acciones tendientes a prevención e investigación del delito de trata de personas, y tareas de inteligencia a tales fines.
http://www.jus.gob.ar/area…/trata-de-personas/denuncias.aspx

Historietas de aquí y de allá

Campaña de la Policía Nacional contra las mafias de explotación sexual.

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