En el nombre de la libertad… los “libertadores”.

En el nombre de la libertad… los “libertadores”.

Siempre fue así. Es difícil determinar quien acuñó el término en el sentido que hoy le brindamos “tan generosamente” a este término tan demasiado grande para ser definido por los hombres.

Pero siempre fue así. Siempre que el hombre, siempre que una persona con dotes de líder, con la salvedad de excepciones extraordinariamente honestas, o siempre que ideologías quisieron definir e imponer la libertad, sujetando su definición a sus propios pareceres, los pueblos terminaron -terminamos- en sangre, en muerte, en sometimiento, en prohibiciones a las libertades individuales.

Me viene a la mente la Revolución Francesa, “libertad, igualdad, fraternidad”. Uff… que mal terminó aquello… La revolución del comunismo, en busca de “equidades”. Tantos estallidos sociales sin ideologías, o con ideologías en construcción como las actuales. Todo termina en represiones, enfrentamientos y divisiones. Entiendo que todos estos estallidos tuvieron responsables de múltiples sectores. Personas sofocadas bajo el yugo económico de los poderosos, bajo el yugo de la indiferencia más radical, donde las mayorías muchas veces existieron, y existen, solo al servicio de que los poderosos vivan como viven.

Pero la libertad, ¿exige la imposición de una ideología? Puedo entender que exija enfrentamientos. Cuando alguien no escucha al que sufre, el que sufre llevado al límite grita. No debería ser así, los indiferentes no tendrían que ser tan cruelmente indiferentes. Pero así somos. Y alguien tiene que poner un límite.

Pero ¿hay derecho a que en el nombre de la libertad nos repriman lo que sentimos o lo que pensamos solo porque alguien cree que lo piensa en la soledad con su almohada es mejor?

Les digo lo que pienso. Occidente ha dejado de creer en la libertad. Estamos manejados por los intereses de personas que se valen de mentiras para alcanzar el poder. Y siguen haciendo estragos con los más vulnerables. Y combaten lo que les resulta un verdadero peligro: la libertad de espíritu.

Los poderosos tienen miedo de nuestra fe inquebrantable. Tienen miedo del Evangelio, que dice que sufrir, que morir en la cruz es ganancia. No pueden con Jesús. No pueden con la Palabra y eso los vuelve locos. Porque no pueden con el concepto de libertad de Jesús. Todas las ideologías que reprimieron en nombre de la libertad combatieron la Iglesia Católica. Por eso nuestra fe debe ser radical. Nuestra palabra tiene que ser la de Cristo. Y nuestra esperanza el cielo. Porque la verdadera libertad es Cristo.

Tuvo Dios que bajar a la tierra para darnos la definición real de libertad. Una libertad que nos permite ser libres aún en estado de esclavitud. Una libertad basada en la humildad y la mansedumbre, en el desapego, en la caridad y en la responsabilidad. Pero sobre todo en el amor. Amor libre de todo interés, libre del apego a las propias ideologías, libre de la esclavitud del dinero, libre de las posesiones o posiciones. Para definir la libertad es necesario primero comprender plenamente el concepto de Amor. Ese… es otro tema.

¡Cristo reina!

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El ISIS y la guerra del cristiano. Una batalla posible.

El ISIS y la guerra del cristiano. Una batalla posible.

Las salas de espera de los consultorios médicos suelen resultarme sumamente útiles para entrar en reflexión. Ciertamente el lugar menos indicado para estos fines es estar cercano a la computadora. Alejarse es beneficioso, y sobre todo cuando tenemos que esperar en estos lugares donde la vida parece transcurrir tan normalmente.

Toca dentista, y aunque la espera no fue muy larga, me fue muy útil para hacerme algunas muy buenas preguntas. Porque la guerra ronda en mi cabeza desde el día en que nació ISIS. Los amigos de Virgen Peregrina conocen bien la campaña que tenemos emprendida en las redes para difundir el sufrimiento de nuestros hermanos perseguidos.

Sin embargo, el día de los brutales atentados en París la situación cambio. Ahora hay una guerra declarada de ambas partes. Occidente, sabemos bien, había guardado hasta ahora un silencio cómplice, como tantas veces definió el Santo Padre a la indiferencia e inacción sobre la persecución de nuestros hermanos cristianos y de otras etnias en medio oriente. Pero el día de los atentados Francia dijo «estamos en guerra«, otros países se organizaron y se sumaron a la táctica, y comenzó el contraataque.

Hace unos meses escuché una conferencia del P. Luis Montes, un sacerdote del Instituto del Verbo Encarnado que administra varios campos de refugiados en Irak. Le preguntaron si él creía que los integrantes de ISIS estaban endemoniados. Y él respondió: «la Biblia dice que el demonio es asesino desde el principio, y el ISIS es asesino desde el principio. Yo creo que si, creo que esto es demoníaco».

Me pregunto: ¿qué hacemos con los endemoniados? ¿sirve una guerra para detener endemoniados? ¿sirve los medios humanos para acabar, no detener, sino para acabar con la barbarie y brutalidad de gente llevada a tal extremo de crueldad por una fuerza superior a los hombres?

Supongamos que occidente logra desarmar y desbaratar el ISIS como fuerza militar. ¿Qué vamos a hacer con ellos como humanidad? Porque siempre serán una amenaza latente. Siempre estarán buscando el medio de rearmarse para causar daño a occidente. ¿Hay que matarlos a todos?

ISIS tiene como columna principal el odio. Ya vemos como recluta de todas partes del mundo a personas llenas de odio, que encuentran en estas filas un medio natural para desarrollar la crueldad sin que nadie ponga un pero. Sienten en ISIS la libertad de odiar sin que nadie les diga que eso está mal. Tenemos un ejemplo en el mismo John Yihad, un ingles, recientemente muerto en combate, famoso por cortar gargantas en cámara.

Sí, el demonio encuentra caldo de cultivo, y pone su semilla maldita, y el acabado lo hace el ISIS.

Pero mi ecuación sigue sin respuesta. ¿1-1=0? ¿Podemos acabar con ISIS? ISIS no es una ideología basada en principios, es un conjunto de personas llenas de odio radical capaces de la crueldad más avasallante e inhumana.¿Qué dice el Catecismo de la Iglesia Católica?

Todo ciudadano y todo gobernante están obligados a empeñarse en evitar las guerras.
Sin embargo, “mientras exista el riesgo de guerra y falte una autoridad internacional competente y provista de la fuerza correspondiente, una vez agotados todos los medios de acuerdo pacífico, no se podrá negar a los gobiernos el derecho a la legítima defensa” (GS79).
2309 Se han de considerar con rigor las condiciones estrictas de una legítima defensa mediante la fuerza militar. La gravedad de semejante decisión somete a esta a condiciones rigurosas de legitimidad moral. Es preciso a la vez:
— Que el daño causado por el agresor a la nación o a la comunidad de las naciones sea duradero, grave y cierto.
— Que todos los demás medios para poner fin a la agresión hayan resultado impracticables o ineficaces.
— Que se reúnan las condiciones serias de éxito.
— Que el empleo de las armas no entrañe males y desórdenes más graves que el mal que se pretende eliminar. El poder de los medios modernos de destrucción obliga a una prudencia extrema en la apreciación de esta condición.
Estos son los elementos tradicionales enumerados en la doctrina llamada de la “guerra justa”. (C.I.C items 2308/2309)

¿Reunimos todos los requisitos? ¿Reunimos las condiciones serias de éxito? Yo creo que no. No hay forma de desarmar a ISIS de su armamento más potente: el odio radical contra occidente.

Y el sentido común me lleva directamente a otro plan de batalla muy diferente. Si estamos hablando de odio y de personas llevadas por el demonio esta guerra es sobrenatural. Las acciones militares ¡desde luego! Pero por si solas no surtirán efecto si no ponemos nuestra fe al servicio de las filas del bien.

Ya lo sé, son tantos los creyentes no creyentes, los cristianos que no tienen fe en el poder de la oración, o que no tienen fe en que Dios tiene poder para resolver esta cuestión y cualquier otra cuando confiamos en él. Me dirán naif si quieren. Pero no. Esta es la verdad. ¡Esta es la Verdad! Yo le creo a Jesús más que nadie. O mejor dicho, al único que le creo. «Solo en Dios reposa mi alma».

Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo. (Mt 5, 44)

Es tan obvia la respuesta que pasa delante de nuestras narices y no la vemos. Dios es amor. ¿Acaso hay algo más poderoso que el amor? No se trata solo de una palabra bonita. Es un arma letal, porque engendra vida donde no la hay. Amor elimina odio. No para pasarle la mano en las espaldas a estos sanguinarios, no se puede siquiera pensarlo. Pero la oración es amor. Yo hago nuevas todas las cosas, dice el Señor. He visto los milagros de la oración. No solo en la sanación de enfermedades letales, también en la trasformación de vidas perdidas y vacías. Oración. ¿Cual es el mensaje de Nuestra Señora cada vez que aparece? ¡Oren hijitos, oren! 

Revístanse con la armadura de Dios, para que puedan resistir las insidias del demonio. Porque nuestra lucha no es contra enemigos de carne y sangre, sino contra los Principados y Potestades, contra los Soberanos de este mundo de tinieblas, contra los espíritus del mal que habitan en el espacio.
Por lo tanto, tomen la armadura de Dios, para que puedan resistir en el día malo y mantenerse firmes después de haber superado todos los obstáculos. Permanezcan de pie, ceñidos con el cinturón de la verdad y vistiendo la justicia como coraza. Calcen sus pies con el celo para propagar la Buena Noticia de la paz. Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, con el que podrán apagar todas las flechas encendidas del Maligno. Tomen el casco de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios. Eleven constantemente toda clase de oraciones y súplicas, animadas por el Espíritu. Dedíquense con perseverancia incansable a interceder por todos los hermanos. (Ef. 6, 11-18)

Y más:

(…) Entonces Onías tomó la palabra y dijo: «Este es Jeremías, el profeta de Dios, que ama a sus hermanos, y ora sin cesar por su pueblo y por la Ciudad santa».
Después Jeremías extendió su mano derecha y entregó a Judas una espada de oro, diciendo mientras se la daba: «Recibe esta espada santa como un don de Dios: con ella destruirás a tus enemigos».
Reconfortados con estas bellísimas palabras de Judas, capaces de llevar al heroísmo y de robustecer los corazones juveniles, todos decidieron no quedarse a la defensiva, sino lanzarse valerosamente a la ofensiva, y decidir la situación luchando con la mayor valentía, porque estaban en peligro la Ciudad, las instituciones sagradas y el Santuario. (2Mac. 15, 14-7)

¿Puede el amor acabar, no detener, sino acabar con ISIS? ¡Absolutamente sí! Para ello hace falta un requisito indispensable. Tener fe. Saber con absoluta certeza que nuestra oración es escuchada y que Dios sabe hacer las cosas mejor que nosotros. Dios sabe más que nosotros. Dice el Señor: hay que rezar con fe, constancia y perseverancia. Tantas veces habla de esto en el Evangelio, tantas veces lo ejemplifica con parábolas. Ya no podemos pensar en soluciones humanas frente a un conflicto que está sostenido por el enemigo de Dios.

Los invitamos a esto. Mientras el mundo y los que no creen se llenan de más odio, oremos. Mientras las naciones llevan a cabo las acciones militares, oremos. Mientras cada comunidad sobre la tierra esté expuesta a un atentado terrorista, oremos. Sin tregua. Tolerancia cero a la violencia de ISIS. Los soldados de Cristo combatimos con las armas de Cristo.

Al final, mi Inmaculado Corazón triunfará.

29 de Septiembre – Fiesta de los Santos Arcángeles. Miguel, Gabriel y Rafael.

29 de Septiembre – Fiesta de los Santos Arcángeles. Miguel, Gabriel y Rafael.

¡Cuanto amor tiene la humanidad a los ángeles! Pues hoy vamos a honrar a sus príncipes, porque es la fiesta de los Santos Arcángeles, Miguel, Gabriel y Rafael. 

Esta fiesta se ha celebrado con gran solemnidad a fines de septiembre, desde el siglo sexto por lo menos. El Martirologio Romano afirma que en la festividad se celebra la dedicación de una Basílica en honor de San Miguel, a unos 10 kilómetros al norte de Roma. En el oriente, donde antaño se tenía al arcángel como protector de los enfermos (actualmente se le considera como Capitán de las legiones celestiales y Patrón de los soldados), la veneración a San Miguel es todavía más antigua.

Es muy frecuente hoy la creencia de que son más, que son siete. La doctrina de la Iglesia nos permite venerar a estos tres, pues son los únicos cuyos nombres figuran en las Sagradas Escrituras. San Rafael en persona le dice a Tobias que es uno de los siete que sirven delante de Dios (Tob 12, 15), pero nosotros conocemos el nombre de estos tres arcángeles y son quienes veneramos

Corre en estos tiempos muchos otros nombres de arcángeles falsos, que en realidad pertenecen a las nuevas corrientes de la Nueva Era. Pero la Iglesia solo reconoce lo que esté inscrito en la Biblia. Por lo tanto, en esta fiesta celebramos a estos tres gloriosos amigos nuestros, cuya suprema jerarquía les manda a regir sobre todo el mundo angélico.

El Catecismo de la Iglesia Católica enseña que la existencia de seres espirituales, no corporales, que la Sagrada Escritura llama habitualmente ángeles, es una verdad de fe. (CIC. 328 – 354)

Con todo su ser, los ángeles son servidores y mensajeros de Dios. Como criaturas puramente espirituales, tienen inteligencia y voluntad: son criaturas personales e inmortales. Superan en perfección a todas las criaturas visibles. El resplandor de su gloria da testimonio de ello. Cristo «con todos sus ángeles»

Cristo es el centro del mundo de los ángeles. Los ángeles le pertenecen y más aún porque los ha hecho mensajeros de su designio de salvación.

Desde la creación y a lo largo de toda la historia de la salvación, los encontramos, anunciando de lejos o de cerca, esa salvación y sirviendo al designio divino de su realización.


SAN MIGUEL ARCANGEL

Del hebreo “¿Quién como Dios?”.

San Miguel es el «principe de la milicia celestial; su nombre era el grito de guerra de los ángeles buenos en la batalla librada en el cielo en contra del enemigo y sus seguidores. Su nombre se encuentra cuatro veces en la Escritura:
1-  Daniel10,13-21: Gabriel le dice a Daniel, cuando él le pide a Dios que le permita a los judíos volver a Jerusalén: «El Ángel del Reino de Persia me ha hecho resistencia… pero Miguel, uno de los Primeros Príncipes, ha venido en mi ayuda… Nadie me presta ayuda para esto, excepto Miguel, vuestro Príncipe.”
2-  Daniel 12: el Ángel, hablando del fin del mundo y del Anticristo dice: “En aquel tiempo surgirá Miguel, el gran Príncipe que defiende a los hijos de tu pueblo.»
3-  En la carta de San Judas 1,9: “En cambio el arcángel Miguel, cuando altercaba con el diablo disputándose el cuerpo de Moisés, etc.” San Judas alude a la antigua tradición judía de una disputa entre San Miguel y Satanás sobre el cuerpo de Moisés, un relato de lo cual también se puede encontrar en el libro apócrifo de la asunción de Moisés (Orígenes, «De principiis», III.2.2). San Miguel escondió la tumba de Moisés; sin embargo Satanás al destaparla, trató de seducir al pueblo judío al pecado del culto a los héroes.

4- Apocalipsis 12,7: “Entonces se entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus Ángeles combatieron con el Dragón.” San Juan habla del gran conflicto al final de los tiempos, que refleja también la batalla en el cielo al principio de los tiempos. De acuerdo a los Padres a menudo hay controversia sobre San Miguel en la Escritura donde no se menciona su nombre. Dicen que él era el querubín que estuvo en la puerta del paraíso, “para guardar el camino del árbol de la vida” (Gén. 3,24), el ángel a través de quien Dios publicó el Decálogo para su pueblo escogido, el ángel que se puso en el camino para estorbarle a Balaam (Núm. 22,22 ss.), el ángel que puso en fuga al ejército de Senaquerib (2 Ry.19,35).

Según estos pasajes bíblicos, la tradición cristiana le da a San Miguel cuatro oficios:

• Pelear contra Satanás.

• Rescatar las almas de los fieles del poder del enemigo, especialmente a la hora de la muerte.

• Ser el campeón del pueblo de Dios: los judíos en la antigua Ley, los cristianos en el Nuevo Testamento; por lo tanto él era el patrón de la Iglesia, y de la orden de caballeros durante la Edad Media.

• Llamar de la tierra y traer las almas de los hombres a juicio.


SAN GABRIEL ARCANGEL

«Fortitudo Dei» (Fortaleza de Dios)

Se registran cuatro apariciones de Gabriel:

1- En Daniel 8: explica la visión del carnero y del macho cabrío como presagiando la destrucción del Imperio Persa por el Macedonio Alejandro Magno, y que posterior a su muerte el reino sería divido entre sus generales. De uno de ellos nacería Antioco Epifanio.

2- Daniel 10: luego de que Daniel había rezado por Israel , leemos que «aquél varón Gabriel. se me acercó en rápido vuelo» y le comunicó la misteriosa profecía de las «setenta semanas» de años que deben pasar antes de la venida de Cristo. En el capítulo x, no queda claro si es que el ángel es Gabriel o no, pero de cualquier manera podemos atribuirle la maravillosa descripción de los versículos 5 y 6.

3-Lucas 1, 11:  predice a Zacarías el nacimiento del Precursor,

4- Lucas 1, 26: anuncia a María que será la Madre de Nuestro Salvador.

Es el ángel de la Encarnación y del Consuelo, y en la tradición cristiana Gabriel es siempre el ángel de la misericordia mientras que Miguel es más bien el del juicio.

Como ha sido recalcado, Gabriel es mencionado sólo en dos oportunidades en el Nuevo Testamento, pero no es razonable suponer con la tradición cristiana que es él quien se apareció a San José y a los pastores, y también que fue él quien «fortaleció» a nuestro Señor en el jardín (cf. El himno para Laudes del 24 de Marzo). Gabriel es generalmente llamado sólo arcángel, pero la expresión usada por San Rafael, «yo soy el ángel Rafael, uno de los siete que asistimos delante del Señor» (Tob XII, 15) y las propias palabras de San Gabriel, «Yo soy Gabriel que asisto a la vista de Dios» (Lc, 1, 19), han llevado a algunos a pensar que estos ángeles deben pertenecer al mayor rango; pero esto se explica generalmente refiriéndose a su rango como el mayor de los mensajeros de Dios.


SAN RAFAEL ARCANGEL

El nombre de este arcángel (Raphael = “Medicina de Dios” o “Dios ha obrado la salud”) aparece solamente en el Libro de Tobías. Aquí aparece primero disfrazado en forma humana, como el viajero acompañante del hijo de Tobías, llamándose a si mismo “Azarías el hijo del gran Ananías”. La historia de esta travesía esta llena de aventuras, y en ella es visible la influencia protectora del ángel que se muestra de diferentes maneras, incluyendo la atadura “en el desierto del alto Egipto” del demonio quien previamente había matado a siete esposos de Sara, hija de Raquel, y que es pintorescamente relatada en Tobías 5-11.

 Luego del retorno y la curación de la ceguera de Tobías, Azarías se hace llamar “el ángel Rafael, uno de los siete que se paran ante el Señor” (Tob., xii, 15. Cf. Apoc., viii, 2). De estos siete “arcángeles” que aparecen en la angelología del Judaísmo post-exilio, solo tres, Gabriel, Miguel y Rafael son mencionados en las Escrituras canónicas. Figuran nombres de otros arcángeles en los libros apócrifos pero no se consideran dentro del Canon de la Iglesia.
 En cuanto a las funciones atribuidas a Rafael, tenemos un poco más que su declaración a Tobías, que cuando el último estuvo ocupado en su trabajo de misericordia y caridad, él (Rafael) ofreció sus plegarias al Señor, ya que él fue enviado por el Señor para curar a Tobías de su ceguera y para sacar a Sara, la esposa de su hijo, de las garras del demonio.
La categoría judía de los arcángeles es reconocida en el Nuevo Testamento pero solo Gabriel y Miguel son mencionados en nombre. Sin embargo, muchos comentadores identifican a Rafael con el “ángel del Señor” mencionado en Juan 5. Esta conjetura se basa en la importancia del nombre y en el rol de curación atribuido a Rafael en el Libro de Tobías.
Los himnos del Oficio llaman a su poder de curación y a su victoria sobre el demonio.

ORACIÓN

Dios todopoderoso y eterno, bendito y alabado seas por toda la eternidad. Que todos los ángeles y los hombres que has creado te adoren, te amen y te sirvan, Dios Santo, Dios Fuerte, Dios Inmortal.

Y tú, María, reina de los ángeles, medianera de todas las gracias, todopoderosa en tu oración, recibe bondadosamente la oración que les dirigimos a los arcángeles y hazla llegar hasta el Trono del Altísimo para que obtengamos gracia, salvación y auxilio. Amén.

Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael ¡rueguen por nosotros!

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FUENTES:

ecWiki – Enciclopedia Catolica Online: http://ec.aciprensa.com/wiki/P%C3%A1gina_principal

AciPrensa: https://www.aciprensa.com/angeles/

Iglesia.org:http://www.iglesia.org/articulos/el-mas-alla/item/723-fiesta-de-san-miguel-san-gabriel-y-san-rafael-arc%C3%A1ngeles

«San Nicolás es ahora Caná de Galilea» – Homilía de Mons. Cardelli a las 00 hs. en la primera Misa en San Nicolás.

«San Nicolás es ahora Caná de Galilea» – Homilía de Mons. Cardelli a las 00 hs. en la primera Misa en San Nicolás.

Homilía del señor Obispo
del 24 de setiembre de 2015
en el campito de la Virgen
Misa de la 0.00 hora .

El Dios de la Misericordia, en su infinito designio de amor, envió a su divino hijo Jesús para que haciéndose nuestro hermano, nos diera la posibilidad de ser adoptados por el Padre Dios como a sus hijos.
Invitó a María para que fuera la madre de su divino Hijo, que tomando nuestra naturaleza, por su encarnación, nos hizo partícipes de la suya, por su Redención.
Vivió con nosotros y nos habló como palabra, no sólo pronunciada, sino también traducida en vida, en verdad y camino para facilitarnos entenderla y en modo especial, practicarla.
La primera oyente y portadora de ese Verbo de Dios fue María, que divide la historia sagrada del antes de la espera, al ahora de gozar de su presencia y aprender de su modo de vivirla, no se trató de adaptarla a nuestra vida, sino de adaptar nuestra vida a ella. Dijo Jesús: mi madre y mis hermanos son aquellos que escuchan y practican la Palabra de Dios.
María fue la portadora, la testigo en el modo de vivirla y la maestra, la catequista para enseñarnos a nosotros a incorporarla en nuestras vidas.

A partir de las Bodas de Caná, aún en su condición de discípula, comienza haciendo docencia; ya no era ella sólo la depositaria, sino la gran aprendiz, de tal modo que gozaba de la autoridad de su propio hijo, Quien no pudo evadir obedecerla, cuando nos dijo “¡Hagan lo que Él les diga!”. Ella supo que Él era el camino que debíamos seguir y además sabía que de no seguirlo corríamos el peor riesgo de nuestra vida, porque nuestros pasos perderían el rumbo y nos precipitaríamos a los más profundo de nuestra ruina.
Ahora su misión de mediadora de todas las gracias la ejerce no sólo a lo largo del Nuevo Testamento, sino que nosotros tenemos la alegría de saber que eligió este bendito lugar para seguir haciéndolo desde aquí. Nosotros somos hoy quienes escuchamos y recibimos ese último consejo maternal que nos dejó en el Evangelio, a fin de que procedamos a actuar según esa enseñanza, que aún respetó Jesús, su hijo divino, que fue enviado a cumplir la voluntad de su Padre, ahora sabiamente interpretada por su madre de la tierra: y Jesús obedeció y ordenó a los mozos a proceder, porque era necesario que la fiesta no se apagara por falta de vino nuevo que Él tenía reservado para hacer de nuestra vida temporal el adelanto de la fiesta del Reino anticipado aquí en esta vida.

Hoy somos nosotros, hermanos, quienes recibimos este pedido de Ella, la fiesta del Reino no debe posponerse por más tiempo, los invitados a la boda están desanimados y tristes por la falta del vino nuevo y comienzan a buscar la alegría donde está la tristeza, el dolor, la muerte!
El materialismo, la persecución, la guerra, el apetito desordenado de poder, la ambición desmedida de riqueza y de placer son grietas por donde se escurre el vino nuevo que fortalece y celebra la vida.
Cambiemos el rumbo de nuestra historia desgastada por estos males. Donde haya materialismo, pongamos los valores del Evangelio.
Donde haya persecución, pongamos diálogo, comprensión y amor.
Donde haya guerra, pongamos paz.
Donde haya poder, pongamos servicio.
Donde haya ambición de riqueza y placer, pongamos conciencia de que valemos mucho más que las tentaciones que nos esclavizan.
Hoy solamente el Evangelio puede darnos respuestas a tanto dolor.
Hoy solamente a través de los que creemos y vivimos este compromiso vendrá la alegría y se hará presente el Reino de Dios.

Queridos jóvenes, matrimonios, familias, consagrados, comunidades cristianas, María se manifiesta para animarnos a llevar adelante lo que Jesús nos pide.
Esta el la razón por la cual estamos hoy aquí, porque San Nicolás es ahora Caná de Galilea y Ella está aquí con Jesús, nos falta el vino y para poder recuperar la fiesta debemos hacer lo que nos dice.
Abramos el corazón a lo que Jesús, obediente a su madre, nos dice hoy. Brindemos con ese vino nuevo que el Señor nos convida y hagamos de nuestra vida la fiesta del Reino donde sobresalen aquellas conductas que nos adelantan aquí las alegrías que todos estamos llamados a vivir eternamente en el Cielo!
Gracias, María, por tu docencia; gracias, por tu amor materno; gracias, por venirte hasta aquí y poder celebrar con alegría este nuevo aniversario de tu cercanía!!!

Mons. Héctor Cardelli
Obispo de San Nicolás

Les adjuntamos este enlace con las fotos de la primera celebración de anoche en San Nicolas.

https://www.facebook.com/profile.php?id=100006378545807&sk=photos&collection_token=100006378545807%3A2305272732%3A69&set=a.1571177519771518.1073741868.100006378545807&type=3

De una entrevista al Papa Francisco, y de una Virgen María «popular en entre las clases populares».

De una entrevista al Papa Francisco, y de una Virgen María «popular en entre las clases populares».

Para comenzar este articulo, y ya que vamos a hablar de «populismo», les quiero transcribir una cita textual de alguien muy «popular» en la Iglesia. Ya se, no es lo mismo populismo que popular, pero es que algunos periodistas están dando cátedra en esta clase de confusiones. Pero salvando los descomunales errores terminológicos de mis coterráneos, quisiera que mientras leen esta cita, traten de imaginar quien lo esta diciendo:

«¿Quieres honrar al Cuerpo de Cristo? No permitas que sea objeto de desprecio en sus miembros, es decir, en los pobres, faltos de ropa con la que cubrirse. No lo honres aquí en la Iglesia con telas de seda, mientras fuera lo dejas de lado mientras sufre a causa del frío y de la desnudez. Aquel que ha dicho: “Esto es mi cuerpo”, confirmando el hecho con la palabra, ha dicho también: “Me visteis hambriento y no me disteis de comer” (Mt 25, 42), y, también: “Cada vez que no hicisteis estas cosas con uno de estos pequeños, no lo hicisteis conmigo” (Mt 25, 45). El cuerpo de Cristo que está sobre el altar no necesita manteles, sino almas puras; mientras que aquel que está fuera necesita mucha atención. Aprendamos, pues, a pensar y a honrar a Cristo como Él quiere. De hecho, la honra que más agradece de las que podemos dar a quien queremos venerar, es la que Él mismo quiere, no la que nosotros pensamos. También Pedro creía que le honraba impidiéndole lavarle los pies. Eso no era honra, sino verdadera descortesía. Lo mismo tú, ríndele el honor que Él ha mandado, haz que los pobres se aprovechen de tus riquezas. Dios no necesita copas de oro, sino almas de oro».

¿Ya te lo imaginaste? Aca va otro, no del mismo autor:

«Y, en primer lugar, lo que hiere nuestros ojos hoy es que en nuestro tiempo no solo hay concentración de la riqueza, sino también acumulación de un poder enorme, de un despótico señorío sobre la economía en manos de unos pocos, y estos a menudo ni siquiera son propietarios, sino únicamente depositarios y administradores del capital, pero del cual disponen a su gusto y capricho. Este poder se hace más que nunca despótico en aquellos que, poseyendo el dinero, se comportan como amos; allí donde de algún modo son los distribuidores de la sangre misma de la que vive el organismo económico, y tienen en su mano, por decirlo así, el alma de la economía, de modo que nadie puede ni siquiera respirar en contra de su voluntad».

La primera cita pertenece a San Juan Crisóstomo, quien viviera entre el 344 y 407. La segunda es una cita de Pio XI, perteneciente a una encíclica escrita en 1931. 

Jesús no era populista, ni lo es. Jesus es Dios, Dios de amor, que se deshace por los pobres y desprotegidos. Lo Padres de la Iglesia son quienes portan su palabra y su ejemplo. No podemos hablar en términos eclesiásticos de Izquierdas o Derechas, de Comunistas o Conservadores, conjeturando a partir de la cercanía que tiene una persona en su trato con los pobres. ¡Que simplificación tan burda!. Ocuparse de los pobres no es una cuestion política, es una cuestion de amor.

Que en todos lados hay pronunciamientos extremistas por supuesto los hay, pues no habrían hecho falta, por ejemplo, las advertencias de la Santa Sede a la Teología de la Liberación. Pero que el Papa hable de los pobres no lo convierte en populista, ni comunista, sino en claro ejemplo evangélico de lo que Jesus nos ordenó: «porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer» (Mt 25, 35). Francisco  no hace otra cosa que como Vicario de Cristo tiene deber y derecho, que es dar ese amor que le desborda del corazón, y que se deshace por los que sufren.

Les dejo una  entrevista al Papa Francisco, que pertenece a un libro cuya introducción tuve la oportunidad de leer, «Esta economía mata», de Andrea Tornielli y Giacomo Galeazzi, redactores en el diario La Stampa. Vaticano.


-Santidad, ¿el capitalismo tal y como lo hemos estado viviendo en las últimas décadas es, según su opinión, un sistema de alguna manera irreversible?
-No sabría cómo responder a esta pregunta. Reconozco que la globalización ha ayudado a muchas personas a salir de la pobreza, pero ha condenado a muchas otras a morir de hambre. Es cierto que, en términos absolutos, aumentó la riqueza mundial, pero este sistema se mantiene con esa «cultura del descarte» de la que ya he hablado en varias ocasiones. Existen una política, una sociología y una actitud del descarte. Cuando ya no es el hombre, sino el dinero, lo que ocupa el centro del sistema, cuando el dinero se convierte en un ídolo, los hombres y las mujeres son reducidos a meros instrumentos de un sistema social y económico caracterizado, es más, dominado por profundos desequilibrios. Y así se «descarta» lo que no le sirve a esta lógica: es esa actitud la que descarta a los niños y a los ancianos, y que ahora también afecta a los jóvenes. Me impresionó saber que en los países desarrollados hay muchos millones de jóvenes menores de 25 años que no tienen trabajo. A veces me pregunto cuál será el próximo descarte. Debemos detenernos a tiempo. Diría que no debemos considerar estas cosas como irreversibles, no debemos resignarnos. Tratemos de construir una sociedad y una economía en las que el hombre y su bien, y no el dinero, sean el centro.

-¿Puede darse un cambio, una mayor atención por la justicia social, gracias a una economía que sea más ética o se puede pensar en cambios estructurales en el sistema?

-Antes que nada, hay que recordar que se necesita ética en la economía y también se necesita ética en la política. Muchas veces, varios de los jefes de Estado y líderes políticos que pude conocer después de mi elección a obispo de Roma me hablaron de esto. Han dicho: ustedes, los líderes religiosos, tienen que ayudarnos, darnos indicaciones éticas. Sí, el pastor puede hacer llamados, pero estoy convencido de que se necesitan, como recordaba Benedicto XVI en la encíclica Caritas in veritate, hombres y mujeres con los brazos elevados hacia Dios para rezarle, conscientes de que el amor y el compartir de los que deriva el auténtico desarrollo no son un producto de nuestras manos, sino un don que hay que pedir. Y, al mismo tiempo, estoy convencido de que es necesario que estos hombres y estas mujeres se comprometan, a todos los niveles, en la sociedad, en la política, en las instituciones y en la economía, poniendo en el centro el bien común. Ya no podemos esperar para resolver las causas estructurales de la pobreza, para curar a nuestras sociedades de una enfermedad que sólo puede llevarnos hacia nuevas crisis. Los mercados y las especulaciones financieras no pueden gozar de una autonomía absoluta. Nunca resolveremos los problemas del mundo sin una solución de los problemas de los pobres. Se necesitan programas, mecanismos y procesos orientados a una mejor distribución de los recursos, a la creación de trabajo, a la promoción integral de los excluidos.
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-Muchos se han sorprendido por sus palabras sobre los pobres «carne de Cristo». ¿Le molesta que lo acusen de «pauperismo»?
 -El pauperismo es una caricatura del Evangelio y de la misma pobreza. En cambio, San Francisco nos ayudó a descubrir el vínculo profundo que hay entre la pobreza y el camino evangélico. Jesús afirma que no se puede servir a dos amos, a Dios y a las riquezas. ¿Es pauperismo? La pobreza aleja de la idolatría, del sentirse autosuficientes. Zaqueo, después de haberse cruzado con la mirada misericordiosa de Jesús, dio la mitad de lo que tenía a los pobres. El del Evangelio es un mensaje que va dirigido a todos, el Evangelio no condena a los ricos, sino la idolatría de la riqueza, esa idolatría que nos hace insensibles al grito del pobre. Jesús dijo que, antes de ofrecer nuestro don ante el altar, debemos reconciliarnos con nuestro hermano, para estar en paz con él. Creo que podemos, por analogía, extender esta petición al estar en paz con nuestros hermanos pobres.
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-Usted ha subrayado la continuidad con la tradición de la Iglesia en esta atención por los pobres. ¿Puede dar algún ejemplo?
-Un mes antes de inaugurar el Concilio Ecuménico Vaticano II, el papa Juan XXIII dijo: «La Iglesia se muestra como es y como quiere ser: como la Iglesia de todos y, particularmente, la Iglesia de los pobres». Años después, la elección preferencial por los pobres entró a los documentos del magisterio. Alguien podría pensar en una novedad, en cambio, se trata de una atención que tiene su origen en el Evangelio y se encuentra documentada ya en los primeros siglos del cristianismo. No es una invención del comunismo y no hay que ideologizarla, como a veces ha sucedido durante la historia. La Iglesia está lejos de cualquier interés político y de cualquier ideología: movida únicamente por las palabras de Jesús, quiere ofrecer su aporte a la construcción de un mundo en donde se custodien los unos a los otros y en donde se cuiden los unos a los otros.

Finalizo este artículo dejándoles este enlace a la historia de la Virgen Desatanudos en Argentina, quien ayer ha sido catalogada como popular entre las «clases populares» por una periodista argentina. Leyendo la explicación de la estampa verán que nada tiene que ver con «clases» ni simpatías políticas.

Los encomiendo especialmente a esta advocación que es luz para todos los cristianos, especialmente para los que pasan por los peores momentos, en que como reza su oración, nos da ejemplo de cómo desenredar la madeja de nuestras vidas.

https://misionerosyperegrinos.wordpress.com/2015/05/28/mayo-una-oracion-a-maria-cada-dia-2905/

Elisa Shejtman

Fuente de la entrevista: 

http://www.lanacion.com.ar/1759154-francisco-a-veces-me-pregunto-cual-sera-el-proximo-descarte

Escuchando a Francisco. El pastor nos llama.

Escuchando a Francisco. El pastor nos llama.

Hemos tenido en este fin de semana un pasaje del Evangelio precioso, pero uno de los más difíciles de obedecer, como otros que tambien hay, que son específicamente para llamarnos a la acción.

Entonces llamó a los Doce y los envió de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus impuros. Y les ordenó que no llevaran para el camino más que un bastón; ni pan, ni alforja, ni dinero; que fueran calzados con sandalias, y que no tuvieran dos túnicas. Les dijo: «Permanezcan en la casa donde les den alojamiento hasta el momento de partir. Si no los reciben en un lugar y la gente no los escucha, al salir de allí, sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos». Entonces fueron a predicar, exhortando a la conversión; expulsaron a muchos demonios y curaron a numerosos enfermos, ungiéndolos con óleo. Mc 6, 7-13.

El Señor ya entró a nuestra vida, y ¿que? ¿nos vamos a quedar sentados diciendo lo lindo que es el Evangelio sin hacer nada?

El sacerdote, en la Misa a la cual asistí, dijo algo muy importante. «¿Qué tuvieron en común los apóstoles? Escucharon a Jesus» . No es un Evangelio dedicado solo a los que entregan vocacionalmente su vida a Dios. Es para todos los fieles. Porque todos estamos llamados a la evangelización. Pero para eso, hay que escuchar lo que el Maestro nos pide. Tenemos que aprender a callar nuestras propias voces y escuchar sobre todas, la de Jesus.

Mas, no en forma aislada, para eso ha puesto a Pedro al mando. El Señor es muy creativo, y el Espíritu Santo, ejecuta su voluntad con tanta precisión y hermosura que nos deja perplejos. Para cada época, hablaré al menos en lo que tengo vivido solo como ejemplo, el Espíritu nos ha puesto al frente de la Iglesia pastores sobre todo dignos de un rebaño tan grande como somos, y acorde a la necesidad que nos aqueja en cada tiempo.

Juan Pablo II, con su maravilloso estilo filosófico y teológico, y con toda la experiencia de dolor de haber atravesado dos guerras, ha escrito sin cansancio sobre la dignidad del ser humano. Una persona debe ser reconocida como persona, y respetada como tal, con toda la vida y dignidad que Dios pensó para ella desde la eternidad. Su legado ha sido teorizar sobre el respeto que cada persona merece por ser hijo de Dios. Y más. Hablar de su filosofía aqui, y tratar de sintetizarla sería una bestialidad de mi parte. Pero entrando en Vatican.va se enteran.

Luego, en tiempos un poco más calmos que en los turbulentos años del pontificado de Juan Pablo II, nos encontramos todos con que la doctrina estaba débil. Se fue Juan Pablo, y su sucesor, hasta hoy es una maravilla en sabiduría y humildad, aún teniendo tanto conocimiento. Sin dudar, será recordado por los siglos como una de las mentes más brillantes que conoceremos en la historia de la Iglesia. Que hay muchas, pero él una de ellas.

Nuestro amado Benedicto XVI se dio cuenta del analfabetismo espiritual reinante, y con su sabiduría y ejemplo nos instó e impulsó a formarnos, porque no podemos evangelizar lo que no conocemos. He visto a sacerdotes preguntar en misa cuántos conocen los diez mandamientos y la respuesta da miedo. No saber es pecado, esta en el Catecismo, y no sabe el que no quiere. Pero ante todo, el conocimiento de la doctrina, si no esta acompañado de oración, lleva mal camino. Porque cuanto más sepas, más humilde deberás ser. Y de esto, nos ha dado sobrado ejemplo nuestro amado Benedicto XVI, que no sabemos si nos enseña más de humildad o de teología.

Uff… ¡y ahora Francisco! ¡A correr se ha dicho! Porque a este pastor sí que hay que seguirle el paso. Una de las primeras cosas que dijo, ni bien asumió como Sumo Pontífice, esto fue en la reunión con el CELAM en Brasil, durante la JMJ 2013, es que venimos de una guerra, donde muchos fieles se fueron heridos de las parroquias, y «tenemos que salir a la calle a sanar heridas». No podía ser de otro modo. Este era un tema que estaba sofocando a la Iglesia, Y nuestro pastor nos da el ejemplo ¡y cómo! Hombre valiente si lo hay. Y el que no entiende ni sigue al pastor, es porque no quiere, porque está muy claro lo que el Espíritu Santo nos está llamando a hacer como obreros de Dios en este momento de la historia. Mirar el dolor, obrar con misericordia, no juzgar pero enseñar, evangelizar con amor y piedad, y sobre todo, salir a las periferias existenciales, y si hace falta, ensuciarse un poco con el barro para llegar a ellos. Son gages del oficio. No lo digo yo, Lo dijo Francisco.

¿Por qué digo esto? Cuántos han elegido enquistarse en el enmohecimiento espiritual. No entienden a Francisco. Aman tanto a Benedicto XVI, y es tanto el contraste del estilo pastoral entre uno y otro, que no les entra Francisco. Por supuesto que cada cual con su carisma, desde su comunidad, con sus dones personales. Pero tener los libros, idolatrarlos, para luego no ponerlos en práctica es espiritualidad vana.

¡Sacando los plumeros hermanos! Nos hace falta sacudirnos el polvo, y mirar un poco más al pastor. Y sobre todo a las ovejas heridas. Porque este tiempo nos pide algo, y hay que aprender a escuchar lo que nos pide Jesús a través del Espíritu Santo que se esta llevando a Francisco en andas de tan fuerte como le sopla. La formación, el enriquecimiento espiritual, para estar habilitados para una tarea más alta, ejecutada con sencillez o complejidad segun el caso, pero obedeciendo el llamado del Señor a través del Pastor.

Y dicho sea de paso, rebaño es rebaño, y debemos mostrarnos como tal.

«Ámense profundamente los unos a los otros, porque el amor cubre todos los pecados» 1Pe 4, 8.

Hay que ver la discordia que corre, demasiado frecuentemente, entre católicos. Que si la Iglesia no ha fracasado es por pura intervención divina. Fieles católicos drenando toda la agresividad posible con cualquier excusa. Realmente no está presente la alegría del Evangelio, no parecemos católicos. El ácido de la soberbia parece una droga tan preciada. Y qué difícil es desintoxicarse de ella. Tengan en cuenta que quienes pagan el precio son los pobrecitos heridos de la guerra que esperan atención. Y sobre todo, no nos olvidemos, que a todos nos sacó el Señor de «detras del rebaño» ( Amós 7, 12-15).

Pero, volviendo al tema, debemos entender que ya no es tiempo de quedarse viendo. El Señor está con «la vara y el callado» (*), y el pastor nos esta llamando. Oveja que se queda atrás, se la comen lo lobos por desorejadas. Y a su tiempo el Señor nos pedirá cuentas de nuestra desobediencia.

¿No saben en qué ser útil? Busquen una pastoral que les llame la atención en sus parroquia. ¿No hay? busquen otra, o busquen misiones por internet, o van a un hogar de niños a lavar los platos, o van a un hospital a llevar poesía a los enfermos, o visitan un hogar de ancianos, o atienden los baños en un santuario, o colaboran en misa, o se entrenan como catequistas, o evangelizan por internet, o lavan los manteles de la parroquia, o, o ,o ,o…… Que todo es digno, y hay tanto trabajo para hacer. Y hasta en los trabajos más pequeños el Señor nos utiliza para evangelizar. Cuánta gente habrá secándose las lágrimas en los baños de los santuarios, lugares pequeños donde podemos poner el oído, que ya es mucho. Pidan al Señor que los guíe, que Él los pondrá en el camino las personas que puedan servirse de sus dones.

Pidan al Señor que les diga en qué puesto de combate los quiere. Por sencillo que sea su destino, si allí es donde los quiere el Señor, benditos sean que obedecen su voluntad. El mundo está ahí, esta listo para su presencia, solamente falta un «si» y seguir al pastor.

Pidamos a Nuestra Madre que nos enseñe la ternura con los pobrecitos del mundo.

(*) Sl 23, 4.