Las perlas del Cura Miguel (81)

Las perlas del Cura Miguel (81)

Hemos querido a partir de hoy publicar los enlaces a las «Perlas para mis amigos» del Pro. Miguel Ruiz Tintoré, pidiendo al Señor nos ilumine en la reflexión y meditación de las palabras de santos muy santos que el Cura Miguel nos ilustra de forma tan bella. 

En cada imagen encontrarán los enlace a las tres perlas, acompañados del «Discursito». Aquí van..


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Queridos amigos:

En tanto no os veo para compartir unos orondos pinchos de morcilla reventona -que no sabéis lo que os perdéis-, sustituyo la tal morcilla por tres perlucas, pero ya sabéis: tengo que soltaros el discursito, que si no, no soy persona. Allá va, como el caballo de copas.

PRIMERA PERLA. Dios es Dios. De consiguiente, cualquier pecado -cualquiera, de la gravedad que sea- es como una gota en comparación con el océano de misericordia que ocupa el pecho de Dios. ¿Y la blasfemia contra el Espíritu Santo, de la que dice Jesús que no se perdonará (Mt 12,31)? También se perdonará, porque si tomamos en serio las palabras y el contexto, se refiere a lo que precisamente San Juan Pablo llama “falta de prontitud en la conversión y en la penitencia, es decir, su perdurar en la obstinación”.

¿Os viene bien un cuentecito? Un caballero cometió el pecado horrendo de matar a su hijo. Acudió temblando al confesor, que le dijo: “Obtendrás tu perdón el día que llenes este cáliz”, y le entregó uno. El penitente corrió desalado al pozo, pero comprobó asombrado que, por más agua que metía, el cáliz no se llenaba; corrió a una fuente, y descubrió que, por más agua que recogía, el cáliz seguía seco; recorrió con delirio ríos, lagos, mares… y terminó por sentarse y por echarse a llorar en soledad. Y narran las sabias consejas de mi lugar que las lágrimas del caballero, sin que este se diese cuenta, fueron cayendo dentro del cáliz. Cuando el pecador se dio cuenta, el cáliz estaba lleno, y él se supo perdonado por Dios. La moraleja, la sacáis vosotros.

SEGUNDA PERLA. La castidad que nos enseña la Iglesia no es un “no a todo”, sino un “cómo” para todo, de acuerdo con la naturaleza de las cosas y de los estados de las personas. Como escribió Jean Soulairol, toda la moral sexual de la Iglesia se resumiría en unas palabras: “Ninguna licencia contra el amor”. Y en el matrimonio no vale todo. Porque es el amor el que queda dañado (bombardeado) cuando la ley de la selva se implanta entre dos. Entonces los esposos se sienten cómplices, se saben cómplices, porque son justamente cómplices.

Y fijaos en que San Josemaría habla de “el bien divino de la sexualidad”. Igualmente, la Congregación para la Doctrina de la Fe declaró que “el orden moral de la sexualidad comporta para la vida humana valores tan elevados, que toda violación directa de este orden es objetivamente grave” (decl. Persona humana, del 29-XII-1975). Si es pecado, es pecado grave. Si no es pecado grave, pudo ser una tentación -ocurre sobre todo en el ámbito de los pensamientos que uno erróneamente cree que ha consentido- (y en esos casos, ¡que se confiese el diablo…!); existe también el peligro de engañarse a uno mismo cuando realmente hay pecado.

Pero lo que quería subrayar con garra de oso es que  la sexualidad es para nosotros un “bien divino” que “comporta valores tan elevados”. Tengo que suponer que no hay confesión religiosa ninguna que reverencie más los valores ínsitos en la sexualidad de lo que los reverencia la Iglesia católica.

TERCERA PERLA. Os recito un poema sobre la Anunciación, con dibujitos, música y todo, que me ha puesto Elisa, que no hay más que pedir. ¿Por qué Dios escogió a María? No sé si es muy fácil, muy misterioso o las dos cosas. La escogió porque la creó para escogerla. Más que eso. “En el principio era el Verbo” (Jn 1,1), y Dios, que sabía todo lo que iba a pasar con los hombres, tenía decretada la Encarnación del Verbo; pero juntamente con Este estaba decretada la función de la madre y compañera de Redención. Y un buen día Dios creó a María -María nace de Joaquín y Ana-. Y Dios la hizo hermosa para escogérsela, y luego se la escogió porque la vio hermosa… Y dice San Bernardo que, en la Anunciación, “la encontró la gracia llena de gracia”. Y -añado yo-, por la gracia de Dios y la correspondencia de María a la gracia, pudo ella ser hecha madre de Dios, que implicaba automáticamente ser madre de nosotros. De usted, por ejemplo.

Hoy hemos hablado de hermosuras: la del perdón de Dios, la de la sexualidad, la de Dios cuando se enamora de una niña. ¿De qué podemos hablar, si somos cristianos?

Gracias, pues, a Elisa. Y gracias a Joni.

Miguel Ruiz Tintoré, sacerdote,
monaguillo de la Virgen

Sobre la oración. Relacionarse con el Padre.

Sobre la oración. Relacionarse con el Padre.

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Cuántas páginas harían falta para hablar sobre la oración. De hecho a Santa Teresa de Jesús le tomó la vida hablar de ella. Tantos santos y doctores de la Iglesia han dicho tantas cosas como posible sea deducir sobre este tema, en función de la experiencia personal con la oración.

Y es que es eso: «Tratar de amistad con aquel que sabemos, nos ama». Y si hablamos de amistad… bueno, cada persona es un mundo. Con historias personales buenas o malas, con dones propios y tratos más cercanos o distantes, con culturas diferentes. Y cada cual tiene su manera única y particular de comunicarse y de establecer vínculos con un otro. Por ello la relación de amistad es única y diferente en cada caso.

Y cuando se trata de la amistad con Dios, Él tan inmutable y nosotros tan variables, ese trato personal  será siempre único y personal con cada uno de nosotros. Aunque con la especial característica de que Dios respeta nuestro estilo comunicacional.

Dios, al darnos la libertad, en su infinita sabiduría. ha querido que cada persona sea diferente de la otra, y en esa diferenciación, en esa particularidad que cada uno posee, se termine formando un abanico de alabanzas de múltiples formas y sonidos, gestos, colores y devociones. No somos clones, no somos máquinas, somos sus hijos, y cada hijo tiene una forma distinta de relacionarse con su Padre. Una forma distinta de besarlo, de abrazarlo, una confianza más cercana o más discreta y prudente, tiempos diferentes, apasionamientos diferentes.

Dios, que conoce a cada hijo suyo como buen Padre que es, sabe de estas diferencias, de estos tratos particulares, aunque siempre este buscando que este lazo se estreche, sea más sólido y estable. Y sabe por qué camino conducirnos para llegar al lazo perfecto con Él.

«Amar a Dios por sobe todas las cosas»

El primer mandamiento no está en primer lugar porque sí. Es la esencia de la vida misma. Para eso fuimos creados. Y esa es la llave de la plenitud y la felicidad. En ese especialísimo trato de amor con el Padre se nutren y encuentran vida todas nuestras otras relaciones con el resto de los vivientes y con el resto de la creación.

Como nos cuesta entender esto. Creemos que por amar a Dios por encima de todo, amaremos menos a nuestros hijos, padres, hermanos o lo que fuere. Es todo lo contrario. En la virtud de privilegiar este amor al Padre de los cielos se incrementan, purifican, solidifican todas nuestras otras relaciones.

Podría recomendarles muchos libros en este momento. Pero si no nace en el corazón esta necesidad, este querer tener una relación personal con Dios, nuestro Padre, el resto serán palabras que se las lleve el viento. Los que escribieron esas palabras primero entendieron esto. Y luego del corazón surgieron estas palabras como consecuencia lógica del trato personal con el Padre.

¡Es tan bello nuestro Padre! No se priven de una relación con Él. Nadie diga no puedo. El amor no se siente de golpe, el amor se construye.

En el nombre de la libertad… los “libertadores”.

En el nombre de la libertad… los “libertadores”.

Siempre fue así. Es difícil determinar quien acuñó el término en el sentido que hoy le brindamos “tan generosamente” a este término tan demasiado grande para ser definido por los hombres.

Pero siempre fue así. Siempre que el hombre, siempre que una persona con dotes de líder, con la salvedad de excepciones extraordinariamente honestas, o siempre que ideologías quisieron definir e imponer la libertad, sujetando su definición a sus propios pareceres, los pueblos terminaron -terminamos- en sangre, en muerte, en sometimiento, en prohibiciones a las libertades individuales.

Me viene a la mente la Revolución Francesa, “libertad, igualdad, fraternidad”. Uff… que mal terminó aquello… La revolución del comunismo, en busca de “equidades”. Tantos estallidos sociales sin ideologías, o con ideologías en construcción como las actuales. Todo termina en represiones, enfrentamientos y divisiones. Entiendo que todos estos estallidos tuvieron responsables de múltiples sectores. Personas sofocadas bajo el yugo económico de los poderosos, bajo el yugo de la indiferencia más radical, donde las mayorías muchas veces existieron, y existen, solo al servicio de que los poderosos vivan como viven.

Pero la libertad, ¿exige la imposición de una ideología? Puedo entender que exija enfrentamientos. Cuando alguien no escucha al que sufre, el que sufre llevado al límite grita. No debería ser así, los indiferentes no tendrían que ser tan cruelmente indiferentes. Pero así somos. Y alguien tiene que poner un límite.

Pero ¿hay derecho a que en el nombre de la libertad nos repriman lo que sentimos o lo que pensamos solo porque alguien cree que lo piensa en la soledad con su almohada es mejor?

Les digo lo que pienso. Occidente ha dejado de creer en la libertad. Estamos manejados por los intereses de personas que se valen de mentiras para alcanzar el poder. Y siguen haciendo estragos con los más vulnerables. Y combaten lo que les resulta un verdadero peligro: la libertad de espíritu.

Los poderosos tienen miedo de nuestra fe inquebrantable. Tienen miedo del Evangelio, que dice que sufrir, que morir en la cruz es ganancia. No pueden con Jesús. No pueden con la Palabra y eso los vuelve locos. Porque no pueden con el concepto de libertad de Jesús. Todas las ideologías que reprimieron en nombre de la libertad combatieron la Iglesia Católica. Por eso nuestra fe debe ser radical. Nuestra palabra tiene que ser la de Cristo. Y nuestra esperanza el cielo. Porque la verdadera libertad es Cristo.

Tuvo Dios que bajar a la tierra para darnos la definición real de libertad. Una libertad que nos permite ser libres aún en estado de esclavitud. Una libertad basada en la humildad y la mansedumbre, en el desapego, en la caridad y en la responsabilidad. Pero sobre todo en el amor. Amor libre de todo interés, libre del apego a las propias ideologías, libre de la esclavitud del dinero, libre de las posesiones o posiciones. Para definir la libertad es necesario primero comprender plenamente el concepto de Amor. Ese… es otro tema.

¡Cristo reina!

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Cartas a mis hijos – 04/12/2015

Cartas a mis hijos – 04/12/2015

4 de Diciembre de 2015

Queridas hijas:

Les escribo después de tanto tiempo… después de haber pasado tantas cosas juntas…

La vida nos lleva por un torbellino de complicaciones, problemas, peleas, luchas, alegrías, y pruebas, a tal velocidad, que no te da tiempo a digerir una, que ya te viene otra.

¿Crecimos mientras tanto? Eso espero… Solo sé que estamos a prueba en todo momento y no podemos, ni debemos escapar. ¿Cual sería el sentido de nuestra vida si lo hiciéramos?

Buscamos en todo momento, rodearnos de gente que nos haga felices, y sin embargo encontramos sufrimiento, injusticia, desamor y egoísmo. Así esta el mundo hijas…

¿Debemos alejarnos? ¿Nos sumergimos en ese mundo de diversión y crueldad?

A menudo me dicen… ¡¡¡¡pero tus hijas deben vivir la vida!!!! Y yo no contesto nada…

¿Ustedes que piensan?

¿Saben qué? ¡Yo lo hice! ¡Y sí que me divertí!

Pero el Señor no me perdió de vista. ¡Y yo pensaba que me podía escapar! ¡Que tonta!

Y como un caballito que va tras una manzana, el Señor me guió a la Iglesia. No recuerdo como, pero me encontré en misa rodeada de cientos de personas, ¡dándome la bienvenida! ¡¡Fue increíble!! El AMOR de Dios me invadió por completo y ya no pude vivir sin él.

Y pasando de comunidad en comunidad, me encontré con vos, mi pequeñita, mi Hermosa Georgi, y le diste sentido a mi vida. Y tampoco pude ya vivir sin vos.

¡Que difícil fueron los primeros tiempos! Pero ganó el amor entre nosotras. Y sin saberlo, esta chica perdida se encontró cumpliendo la santa misión que le fue encomendada, la de ser mamá. Y pidiendo consejo todo el tiempo a nuestra hermosa Madre María, fui a prendiendo a ser mamá.

Cualquier duda que tenga una madre, con respecto a sus hijos, siempre tiene el más maravilloso ejemplo de María, y es difícil equivocarse.

Ah, pero su ejemplo no tiene que ver con los tiempos actuales” me dicen y yo pienso: Observen a los chicos de un salón de clases y van a saber cuál es mi hija.

Hablan de valores… pero miran programas de TV, donde se defiende y justifica la desvalorización del ser, donde se defiende y se justifica el pecado abiertamente, donde se defiende y se justifica la superficialidad y el materialismo, burlándose de la espiritualidad de cualquier persona que quiera confesarla.

Hablan de valores… y envían las respuestas de un examen a sus hijos por mensaje de celular, en lugar de incentivarlos a estudiar y superarse.

Hablan de valores… y permiten que sus hijos e hijas, de 10, 11 o 12 años, deambulen por la calle, con la excusa de que deben tener vida social, exponiéndolos a cualquier peligro.

Hablan de valores… y permiten a sus hijos cualquier tipo de insultos y respuestas agresivas, olvidando que el respeto comienza en casa, en la familia, no solo de padre a hijo y viceversa, sino también de hermano a hermano.

Hablan de valores… y yo les contestaría… hay mucho que trabajar

Pero aquí es donde me detengo a pensar y preguntarle a nuestra Madre… ¿Tú que harías Mi Señora? Observo su imagen un rato, espero… Y siento que me dice

Derrama mi bendición sobre todos aquellos que no encuentran el camino al Señor, porque El los ama, son sus ovejas perdidas, y nunca dejará de buscarlas”

Y tenemos la enorme gracia de tenerlo a cada momento, y no le bastó esto, sino que nos dio una maravillosa Madre y a su propio hijo, para salvarnos.

¡Que afortunadas somos hija mía! Porque no le alcanza con todo lo que nos da, sino que te envió tres hermanos que llenan nuestro corazón… Ya no puedo pensar mi vida sin ustedes.

Y aunque el sufrimiento me ha acompañado últimamente, por diferentes motivos, no me impide seguir el camino del Señor. Porque si me desviara solo un poco, estaría perdida nuevamente.

No permitan, niñas mías, que nada les haga tomar un camino que no es el del Señor, ni siquiera el más grande de los sufrimientos, porque se sumergirían en la más profunda oscuridad.

Que el Señor las ame siempre, que las palabras de nuestro señor Jesucristo, guíen sus pasos, que nuestra Madre sea siempre su consejera y mediadora, y que los Ángeles del Señor las protejan siempre.

¡Y por sobre todas las cosas, que Ustedes sean luz en el camino de muchos hermanos!

Las amo.

MAMA

Sin título

¿Le digo a mi padre que se está muriendo?

¿Le digo a mi padre que se está muriendo?

Qué difícil es cuando sabemos que lo que vamos a hacer es lo correcto, pero que duele tanto.

Llevábamos casi una semana de hospitalización. No sé cuantos estudios le hicieron. Pero como sufrió, pobre padre mio, esos dias tan eternos que pasamos en el hospital. Aún a sus 76 años era un hombre muy fuerte. A pesar de la diabetes y de su ceguera consecuente de la misma enfermedad que padecía, en ningún momento dio señales de cáncer. Hasta que finalmente vino la tomografía. Tumor primario en el riñón, con metástasis en hígado, pulmón y próstata. Un balde de agua helada… Sabíamos que algo definitivamente no andaba bien, pero no esperábamos eso. Él no había dado señal de tanto. El oncólogo dio inmediatamente su veredicto. «Ni siquiera lo toco. Tratamiento paliativo. No hay nada que hacer…»

La primera reacción es hablar en secreto, murmurando la palabrita en los pasillos, tratando de que no escuche nada. Inevitable, es algo instintivo. Y por supuesto lo supo toda la familia ni bien tuvimos los resultados. Él único que no lo sabía era él. Si le decía que se estaba muriendo, seguramente se iba a deprimir. Yo habia visto a mi padre ser tan valiente toda su vida… Me resistía a verlo entregado.

Pero los que tenemos la esperanza de la vida eterna sabemos que no es tan fácil como callarse y que se vaya de este mundo sin sacramentos. Había que decirle. Yo sabía en mi corazón que no debía ocultarle la verdad, ni mucho menos mentirle. Y tampoco quería, porque con él siempre tuve relación de honestidad por sobre todo.

Creo que el Señor me ayudó. No recuerdo muy bien como fue. Yo dije algo sobre tratamientos que ya no me acuerdo, pero camuflando la verdad tanto como podía. Y él, tan inteligente e intuitivo como siempre me dijo sin darme tiempo a nada: «pero qué, ¿me estoy muriendo?»

Tragué saliva como nunca. Y no lo dilaté más. Aunque no le dije la verdad enteramente : «y… esta vez está difícil papá». Se quedó callado, mientras a mi se me partía el corazón. Creo que no pudo ser de mejor modo. Le dije sin decirle, comprendió el mensaje, pero a la vez conservó el espíritu de lucha hasta el final.

Unos días despues, ya en casa, hablé con mi director espiritual. Y me dijo algo que nunca me voy a olvidar, y que cada vez que puedo se lo digo a todos. Porque me abrió mucho los ojos y me parece de una importancia vital. Por eso es que estoy escribiendo esto.  Me dijo:

«El momento de la muerte es el más importante de nuestra vida. Es el momento en que sabemos que finalmente vamos a encontrarnos frente a Dios. Y tenemos que prepararnos. Vivimos la vida para llegar al fin a este momento. Por eso es que no hay que negarle a nadie esta verdad porque hay que darle la oportunidad de irse en condiciones. Porque sino lo privas a él de esta preparación que es importantísima. Una persona tiene que saber que se está muriendo para poder prepararse para este momento que es el más importante de nuestras vidas». 

No fue muy largo. En un mes y medio, de durísima experiencia en mi pequeña casa, mi padre se dedicó a poner todo en orden. No solo lo económico. Llamó a todos los que quería y se despidió de ellos uno por uno, diciéndoles lo mucho que los quería y lo agradecido que estaba con ellos. Dio instrucciones precisas sobre todo lo que quería con respecto a nosotros, con respecto a sus bienes, a su entierro. Nada se le escapó.

El sacerdote vino a confesarlo, le dio la Unción de los enfermos con indulgencias plenarias. Y ni bien ido el cura, lo primero que dijo fue «bueno, ya estoy en paz con Dios y con la vida. Ahora sí, que me lleve cuando quiera. Ya estoy listo».

Al día siguiente llegó la morfina. Y una semana despues, en medio de un sufrimiento tremendo, partía a la casa del Padre. Cuando se estaba yendo, mientras rezábamos en voz alta al lado suyo,  yo le decía «papá, no tengas miedo». Y el me respondió «no no, no tengo miedo, solamente me duele». Valiente, así era mi papá.

Murió en la madrugada del día de San Francisco de Asís. El rostro de terrible sufrimiento con el que dio su último suspiro, a medida que avanzaban las horas de velatorio pasó a ser de sonrisa y paz. Literalmente puedo decir que sonreía. Mi padre fue enterrado con un rostro de alegría suprema. Casi envidiable… No hace falta que explique ¿no?

Doy este testimonio con la esperanza que alcance a todos los que tienen a alguien en la misma condición, para que sepan la importancia de este momento, y de la importancia fundamental de que éste nos llegue con el alma en condiciones. Porque a quien vamos a ver es a Dios en persona. Hay que vestirse (revestirse) apropiadamente para el encuentro con el Rey de los Cielos, nuestro Creador.

En el día de los fieles difuntos, rezamos por todas las almas purgantes, y pedimos a nuestros seres queridos que ya están en la eternidad con Dios, que intercedan por nosotros para que este momento tan importante nos alcance a todos en la paz del Señor, como le tocó a mi papá.

Discurso del Papa Francisco en su visita al Congreso de los Estados Unidos de América

Lanza de Dios BLOG

Congreso de los Estados Unidos de América, Washington D.C.
Jueves 24 de septiembre de 2015

fran24092015_congresoSeñor Vicepresidente,
Señor Presidente,
Distinguidos Miembros del Congreso,
Queridos amigos:

Les agradezco la invitación que me han hecho a que les dirija la palabra en esta sesión conjunta del Congreso en «la tierra de los libres y en la patria de los valientes». Me gustaría pensar que lo han hecho porque también yo soy un hijo de este gran continente, del que todos nosotros hemos recibido tanto y con el que tenemos una responsabilidad común.

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¡Feliz día a todos nuestros Sacerdotes! Oración por la santificación de los sacerdotes.

¡Feliz día a todos nuestros Sacerdotes! Oración por la santificación de los sacerdotes.

Hoy, 4 de Agosto, celebramos el día de Sacerdote, en memoria de San Juan María Vianney, el Santo Cura de Ars, patrono de todos los párrocos.


¡Gracias Señor, porque no puedo estar otra cosa que agradecida al cielo por los maravillosos Sacerdotes que has puesto en mi camino!

En los peores momentos, claramente enviados por el Señor, ellos son nuestro norte, nuestra compañía, nuestros guías y padres espirituales, nuestros consejeros, y, gracias al Cielo, nuestros confesores…

Recordamos hoy a todos los Sacerdotes que, en forma real o virtual, nos forman y nos dan ejemplo de entrega todos los dias. Hombres aguerridos, con fuertes luchas y sufrimientos, que enfrentan la hostigación del mundo por ir contracorriente, presentado batalla a los prejuicios de nuevas ideologías que quieren quitarles méritos, aunque no pueden.

Hombres de Dios, grandes y pequeños, fuertes y vulnerables, fieles y frágiles, decididos pero prudentes, hombres valientes que han sabido decir que sí al llamado del Señor. Qué sería de la humanidad sin ustedes. Pueden faltar los científicos, los presidentes, pueden faltar los filósofos, puede faltar cualquiera, pero que no nos falte jamás un Sacerdote, cuyas manos consagradas nos llevan a Dios a través de los Sacramentos.

En nombre de toda la humanidad…

¡GRACIAS!


ORACIÓN POR LA SANTIFICACIÓN DE LOS SACERDOTES
De Santa Teresita del Niño Jesús

OH Jesús que has instituido el sacerdocio para continuar en la tierra
la obra divina de salvar a las almas
protege a tus sacerdotes (especialmente a: …………..) 
en el refugio de tu SAGRADO CORAZÓN.
Guarda sin mancha sus MANOS CONSAGRADAS,
que a diario tocan tu SAGRADO CUERPO,
y conserva puros sus labios teñidos con tu PRECIOSA SANGRE.
Haz que se preserven puros sus Corazones,
marcados con el sello sublime del SACERDOCIO,
y no permitas que el espíritu del mundo los contamine.
Aumenta el número de tus apóstoles,
y que tu Santo Amor los proteja de todo peligro.
Bendice Sus trabajos y fatigas,
y que como fruto de Su apostolado obtenga la salvación de muchas almas
que sean su consuelo aquí en la tierra y su corona eterna en el Cielo. Amén

La versión Argentina del Himno de la JMJ 2016.

La versión Argentina del Himno de la JMJ 2016.

Buenos Aires por una Nueva Evangelización (Banuev) anuncia el Evangelio al mundo trabajando desde lo artístico-cultural. Y participaran en  la JMJ cantando una de las versiones del Himno de este evento tan importante para la juventud cristiana.

Les dejamos el video.

«Bienaventurados los Misericordiosos»

Pueden encontrar una entrevista al grupo Banuev en este enlace:

http://www.aica.org/18972-el-himno-argentino-de-la-jmj-es-furor-en-internet.html

¡Cómo me duele! Un mundo que no conocemos.

¡Cómo me duele! Un mundo que no conocemos.

Escribió Santa Teresa de Jesus, tan magistralmente esta frase, muy aplicable para toda ocasión:

«Que diferente se entiende lo que despues de experimentado se ve».

Aunque de lo que voy a hablar, ruego al Señor, nadie lo tenga que experimentar. Pero creo que es necesario decir que todos los que no lo hemos experimentado, justamente por la falta de experiencia, deberíamos tener más discernimiento y caridad a la hora de hablar de estos temas.

Cómo me duele ver que personas católicas o no católicas, que se dicen buenas personas, honestas, decentes, y todo aquel que se encuentre dispuesto, vuelquen toda la oscuridad de su corazón al hablar de quienes no han tenido la misma oportunidad de crianza.  Y juzgan por los actos presentes sin contemplar todo el perfil socio-psico-emocional y espiritual de estos seres que también son hijos muy amados del Padre celestial.

Es que está de moda cierta vedette argentina que se dedica, es verdad, a provocar escándalo tras escándalo. Y parece que estas personas terminan por ser el chivo expiatorio de la sociedad. Y está de moda divertirnos en las redes sociales haciendo bromas nada caritativas utilizando su vida desordenada y poco feliz. No importa su nombre, porque solo se trata de la de turno, como a lo largo del paso del tiempo vamos viendo que este nombre va siendo reemplazado por otros nuevos. Y no son ellas solas. En este grupo escandaloso debemos incluir tambien, prostitutas, transvestistas, bailarinas eróticas, y toda persona que comercie con su cuerpo.

Tan solo uno de los millares de ejemplos. Y de los más suaves…

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¡Cómo me duele! Quienes hemos trabajado evangelizando, incluso prostitutas, sabemos de los sufrimientos tan grandes de estas personas que no llegan a estos negocios por voluntad propia, sino por toda una turbulenta y violenta historia de vida en las que se les enseña, del peor modo, a ser solo objetos utilizables. Seamos explícitos. Estamos hablando de abusos físicos, sexuales, mentales, emocionales, privación de derechos, tal vez hambrunas. No saben de infancias normales. No han crecido en un ambiente amoroso de cuidado y protección. No han sentido lo que es el amor de dos padres que te aman y te respetan, y que quieren lo mejor para tu vida.

Estas personan, aprenden desde muy pequeñas, porque un adulto perverso se los enseña, que sus cuerpos son una «cosa» utilizable, y ademas negociable. Y cuando llegan a edades adultas, su estructura psíquica solo comprende la vida como un comercio del cuerpo para sobrevivir. Y viven en un permanente vacío que les causa un gran dolor, que constantemente las mantiene con ideas suicidas, porque no conocen el amor. Porque todo aquel que se acerca es para dejar billetes, no amor. Están vacías, porque desde su niñez les han robado todo.

Y lo peor del caso es que no son culpables. ¿Quieren culparlas? Sepan que faltan gravemente a la caridad. A estas personas nadie se les acerca para darles afecto sincero. Para ayudarlas a comprender que hay otra vida posible. Las defenestramos públicamente como divertimento hundiéndolas más de lo que ya están. La vida y la sociedad no hacen otra cosa que colaborar agrandando ese vacío que las devora.

Me siento enormemente conmovida por ver transvestistas en la Basílica de Lujan, peregrinando con fe verdadera. Las he visto llorar frente a la Virgen santísima. ¿Creen que esas lágrimas no son válidas, no son valiosas para nuestra Madre Santísima? ¿Creen que con toda su vida de pecado la ofenden estando allí, de pie, pidiendo por favor a nuestra Madre, que es de todos, auxilio para sobrevivir en el mundo que les toca? Piadosísima como es Nuestra Madre, ¿creen que no sufre por ellas y que no aboga por su salvación? Pecadores somos todos, y el que juzga solo Uno. Y si creen que son despreciables, bueno, sepan que todos tenemos una obligación cristiana del amor al prójimo. Y si no estamos en condiciones de ayudarlas en formas concretas, al menos no las defenestremos públicamente.

Y recemos por ellas, que mucho lo necesitan. Dios nos ama a todos con amor de predilección. Está enamorado de «todos» nosotros. Nadie esta excluido del amor de Dios. Esto lo ha dicho Francisco. Ellas necesitan nuestra oración como tantos marginados que crecen sin dignidad, respeto, ni amor. Seamos piadosos por favor, veamos lo que veamos.

Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

La imagen destacada pertenece a la edición del Diario Clarín del 19/07/15:

http://www.clarin.com/extrashow/fama/Xipolitakis-Mirtha-furcio-religioso-jesus-ahorcado_0_1396660611.html

Escuchando a Francisco. El pastor nos llama.

Escuchando a Francisco. El pastor nos llama.

Hemos tenido en este fin de semana un pasaje del Evangelio precioso, pero uno de los más difíciles de obedecer, como otros que tambien hay, que son específicamente para llamarnos a la acción.

Entonces llamó a los Doce y los envió de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus impuros. Y les ordenó que no llevaran para el camino más que un bastón; ni pan, ni alforja, ni dinero; que fueran calzados con sandalias, y que no tuvieran dos túnicas. Les dijo: «Permanezcan en la casa donde les den alojamiento hasta el momento de partir. Si no los reciben en un lugar y la gente no los escucha, al salir de allí, sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos». Entonces fueron a predicar, exhortando a la conversión; expulsaron a muchos demonios y curaron a numerosos enfermos, ungiéndolos con óleo. Mc 6, 7-13.

El Señor ya entró a nuestra vida, y ¿que? ¿nos vamos a quedar sentados diciendo lo lindo que es el Evangelio sin hacer nada?

El sacerdote, en la Misa a la cual asistí, dijo algo muy importante. «¿Qué tuvieron en común los apóstoles? Escucharon a Jesus» . No es un Evangelio dedicado solo a los que entregan vocacionalmente su vida a Dios. Es para todos los fieles. Porque todos estamos llamados a la evangelización. Pero para eso, hay que escuchar lo que el Maestro nos pide. Tenemos que aprender a callar nuestras propias voces y escuchar sobre todas, la de Jesus.

Mas, no en forma aislada, para eso ha puesto a Pedro al mando. El Señor es muy creativo, y el Espíritu Santo, ejecuta su voluntad con tanta precisión y hermosura que nos deja perplejos. Para cada época, hablaré al menos en lo que tengo vivido solo como ejemplo, el Espíritu nos ha puesto al frente de la Iglesia pastores sobre todo dignos de un rebaño tan grande como somos, y acorde a la necesidad que nos aqueja en cada tiempo.

Juan Pablo II, con su maravilloso estilo filosófico y teológico, y con toda la experiencia de dolor de haber atravesado dos guerras, ha escrito sin cansancio sobre la dignidad del ser humano. Una persona debe ser reconocida como persona, y respetada como tal, con toda la vida y dignidad que Dios pensó para ella desde la eternidad. Su legado ha sido teorizar sobre el respeto que cada persona merece por ser hijo de Dios. Y más. Hablar de su filosofía aqui, y tratar de sintetizarla sería una bestialidad de mi parte. Pero entrando en Vatican.va se enteran.

Luego, en tiempos un poco más calmos que en los turbulentos años del pontificado de Juan Pablo II, nos encontramos todos con que la doctrina estaba débil. Se fue Juan Pablo, y su sucesor, hasta hoy es una maravilla en sabiduría y humildad, aún teniendo tanto conocimiento. Sin dudar, será recordado por los siglos como una de las mentes más brillantes que conoceremos en la historia de la Iglesia. Que hay muchas, pero él una de ellas.

Nuestro amado Benedicto XVI se dio cuenta del analfabetismo espiritual reinante, y con su sabiduría y ejemplo nos instó e impulsó a formarnos, porque no podemos evangelizar lo que no conocemos. He visto a sacerdotes preguntar en misa cuántos conocen los diez mandamientos y la respuesta da miedo. No saber es pecado, esta en el Catecismo, y no sabe el que no quiere. Pero ante todo, el conocimiento de la doctrina, si no esta acompañado de oración, lleva mal camino. Porque cuanto más sepas, más humilde deberás ser. Y de esto, nos ha dado sobrado ejemplo nuestro amado Benedicto XVI, que no sabemos si nos enseña más de humildad o de teología.

Uff… ¡y ahora Francisco! ¡A correr se ha dicho! Porque a este pastor sí que hay que seguirle el paso. Una de las primeras cosas que dijo, ni bien asumió como Sumo Pontífice, esto fue en la reunión con el CELAM en Brasil, durante la JMJ 2013, es que venimos de una guerra, donde muchos fieles se fueron heridos de las parroquias, y «tenemos que salir a la calle a sanar heridas». No podía ser de otro modo. Este era un tema que estaba sofocando a la Iglesia, Y nuestro pastor nos da el ejemplo ¡y cómo! Hombre valiente si lo hay. Y el que no entiende ni sigue al pastor, es porque no quiere, porque está muy claro lo que el Espíritu Santo nos está llamando a hacer como obreros de Dios en este momento de la historia. Mirar el dolor, obrar con misericordia, no juzgar pero enseñar, evangelizar con amor y piedad, y sobre todo, salir a las periferias existenciales, y si hace falta, ensuciarse un poco con el barro para llegar a ellos. Son gages del oficio. No lo digo yo, Lo dijo Francisco.

¿Por qué digo esto? Cuántos han elegido enquistarse en el enmohecimiento espiritual. No entienden a Francisco. Aman tanto a Benedicto XVI, y es tanto el contraste del estilo pastoral entre uno y otro, que no les entra Francisco. Por supuesto que cada cual con su carisma, desde su comunidad, con sus dones personales. Pero tener los libros, idolatrarlos, para luego no ponerlos en práctica es espiritualidad vana.

¡Sacando los plumeros hermanos! Nos hace falta sacudirnos el polvo, y mirar un poco más al pastor. Y sobre todo a las ovejas heridas. Porque este tiempo nos pide algo, y hay que aprender a escuchar lo que nos pide Jesús a través del Espíritu Santo que se esta llevando a Francisco en andas de tan fuerte como le sopla. La formación, el enriquecimiento espiritual, para estar habilitados para una tarea más alta, ejecutada con sencillez o complejidad segun el caso, pero obedeciendo el llamado del Señor a través del Pastor.

Y dicho sea de paso, rebaño es rebaño, y debemos mostrarnos como tal.

«Ámense profundamente los unos a los otros, porque el amor cubre todos los pecados» 1Pe 4, 8.

Hay que ver la discordia que corre, demasiado frecuentemente, entre católicos. Que si la Iglesia no ha fracasado es por pura intervención divina. Fieles católicos drenando toda la agresividad posible con cualquier excusa. Realmente no está presente la alegría del Evangelio, no parecemos católicos. El ácido de la soberbia parece una droga tan preciada. Y qué difícil es desintoxicarse de ella. Tengan en cuenta que quienes pagan el precio son los pobrecitos heridos de la guerra que esperan atención. Y sobre todo, no nos olvidemos, que a todos nos sacó el Señor de «detras del rebaño» ( Amós 7, 12-15).

Pero, volviendo al tema, debemos entender que ya no es tiempo de quedarse viendo. El Señor está con «la vara y el callado» (*), y el pastor nos esta llamando. Oveja que se queda atrás, se la comen lo lobos por desorejadas. Y a su tiempo el Señor nos pedirá cuentas de nuestra desobediencia.

¿No saben en qué ser útil? Busquen una pastoral que les llame la atención en sus parroquia. ¿No hay? busquen otra, o busquen misiones por internet, o van a un hogar de niños a lavar los platos, o van a un hospital a llevar poesía a los enfermos, o visitan un hogar de ancianos, o atienden los baños en un santuario, o colaboran en misa, o se entrenan como catequistas, o evangelizan por internet, o lavan los manteles de la parroquia, o, o ,o ,o…… Que todo es digno, y hay tanto trabajo para hacer. Y hasta en los trabajos más pequeños el Señor nos utiliza para evangelizar. Cuánta gente habrá secándose las lágrimas en los baños de los santuarios, lugares pequeños donde podemos poner el oído, que ya es mucho. Pidan al Señor que los guíe, que Él los pondrá en el camino las personas que puedan servirse de sus dones.

Pidan al Señor que les diga en qué puesto de combate los quiere. Por sencillo que sea su destino, si allí es donde los quiere el Señor, benditos sean que obedecen su voluntad. El mundo está ahí, esta listo para su presencia, solamente falta un «si» y seguir al pastor.

Pidamos a Nuestra Madre que nos enseñe la ternura con los pobrecitos del mundo.

(*) Sl 23, 4.