Contemplar  los iconos. 11- El bautismo del Señor.

Contemplar los iconos. 11- El bautismo del Señor.

En el Primer Misterio Luminoso, el Bautismo del Señor en el río Jordán.


En este icono Jesus entra en el Jordán, que recuerda la muerte y las aguas del diluvio. En la tradición de la Iglesia estas aguas son llamadas «sepulcro fluido»: «La inmersión y la emersión son imagen del descenso a los infiernos y de la Resurrección» (San Juan Crisóstomo).

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La imagen está divida en dos por un eje vertical, cuyo centro es la Santísima Trinidad: el Padre en el cielo, el Hijo en la Tierra, y el Espíritu Santo que desciende. En otros ejemplares, esto se acentúa con la imagen del rayo divido en tres haces que descienden.

En el centro esta Jesus, orientado hacia Juan, esperando su bautismo, pero bendiciendo a su vez las aguas, que tambien son bendecidas por Juan. Que con una mano bendice a Jesus, y con la otra las aguas, como parte del ritual del Bautismo.bautismo-1

Los personajes en el agua, tienen cierta equivalencia a la calavera que habíamos visto en el icono de la Crucifixión, cuando Jesus vence a la muerte. Aquí, los demonios huyen, y los muertos son vueltos a la vida. Cristo vence a la muerte por el bautismo.

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Lo que sostienen los ángeles no es una toalla, sino un paño. Símbolo de lo sagrado. Cristo debe ser tocado con el paño por respeto a lo sagrado de su Persona.

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El árbol con el hacha hace alusión a la palabra evangélica:

«Ya está el hacha puesta a la raíz del árbol, y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego» (Mt 3,10).

 

Para finalizar les dejamos esta maravilla del Siglo XV, pintada por Andrei Rubleiv, en la Catedral de la Dormicion, en Vladimir, Rusia.

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1- La Anunciación

2- La Visitación

3- La Natividad 

4- La presentación del Niño en el Templo

5- Jesus entre los doctores de la ley

6- Oración de Jesus en el huerto

7- La Flagelación del Señor

8- La Coronación de espinas

9- Jesus con la cruz a cuestas

10-La cucifixión del Señor

Contemplar los iconos .10- La crucifixión del Señor

Contemplar los iconos .10- La crucifixión del Señor

En el quinto y último misterio doloroso, «La crucifixión y muerte de Nuestro Señor».

Este Icono tiene la peculiaridad de que todos los integrantes son personas orantes. Había mucha gente en el Monte Calvario. Pero los iconoclastas solo han dejado a las personas que habían sido tocadas por Dios en su corazón.

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Por supuesto, Jesus está en el centro de la imagen. Raramente aparece sangre sobre su cuerpo. En pocas ocasiones solo aparecen unas gotas en su costado herido por la lanza, aunque este no es el caso.

La postura de los brazos siempre es la misma, las palmas de las manos hacia arriba. Símbolo de total abandono y de entrega en los brazos de su Padre que esta esperando su regreso al trono de los cielos. Jesus se hace pequeño, humildísimo y pequeño frente a los tormentos y la muerte. Ha quedado reducido a la nada misma en manos del mundo que lo ha matado, pero sus brazos elevados nos hablan de que todavía no ha terminado. Nada ha terminado.

Está de pie sobre un montículo árido y yermo. ¿Recuerdan el monte de oración de iconos anteriores? Recordemos que el monte se menciona siempre en el Antiguo Testamento para referirse a lugares de oración donde se «sube» al encuentro con Dios.

Habíamos dicho que mientras Jesús estuvo en la tierra esos montes aparecen en la iconoclasia como lugares vacíos porque ya no es necesario subir a encontrarse con Dios, pues estaba en la tierra. Por ejemplo lo habíamos visto en el caso del Icono de la oración en el huerto, el montículo esta allí, vacío. Jesus ora, pero todavía no sube a él.

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Icono de la Oración en el huerto.

En cambio, en el icono de la crucifixión, volvemos a tener esta imagen de monte árido de oración, pero esta vez lo ha llenado Jesus, que ha subido al Padre en la oración más profunda de la historia. Allí, en el Calvario, en aquel monte de la soledad y el abandono más profundo es donde a partir de ahora debemos subir todos para el encuentro con Dios.

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Y dos detalles, la tierra se ha rasgado, aprontándose para recibir al Señor que no se irá sin antes descender a los abismos. Allí, en la entrada, bajo los pies de Jesus, la muerte que ha sido vencida. Bajo sus pies ha quedado subyugada por Quien manda sobre la vida y la muerte.

Los acompañantes del Crucificado suelen ser en muchos iconos la Santísima Virgen y San Juan. Hemos elegido otra versión que también es frecuente, donde aparecen más personas, y como ya dijimos, todos orantes.

A la derecha de Jesús esta su Madre, con manto rojo. Ella también ha sido una mártir. Su Corazón sangra junto con el de su Hijo: «Una espada atravesará tu corazón» le había anunciado el anciano Simeón, y así ha sido. El vestido negro es señal de luto. Pero no esta sola, la acompañan el resto de las mujeres que acompañaban a Jesús. También con manto negro, María Magdalena esta de luto por la muerte del amado.

Lo mismo se repite en San Juan, cuya túnica tambien es de color negro. Todos los acompañantes tienen esto en común, como también el tono marrón en sus vestimentas. Este color marrón terroso es símbolo de la humildad. Incluso su Madre, con ese rojo que no es intenso sino con tonalidades terrosas.

guardiaFinalmente, el personaje detras de Juan, que tambien esta en oración. El centurión levanta su mano y reconoce que

«verdaderamente, este era el hijo de Dios»


1- La Anunciación

2- La Visitación

3- La Natividad 

4- La presentación del Niño en el Templo

5- Jesus entre los doctores de la ley

6- Oración de Jesus en el huerto

7- La Flagelación del Señor

8- La Coronación de espinas

9- Jesus con la cruz a cuestas

Contemplar los iconos. 9- Jesus carga con la cruz.

Contemplar los iconos. 9- Jesus carga con la cruz.

En el cuarto misterio doloroso Jesus carga con la cruz, camino del monte Calvario. El misterio de la venida del Hijo del Hombre culminará ya muy pronto. El monte Calvario esta a la vista.

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En casi todas las versiones, este icono es muy parecido. Jesus ya no carga con la cruz. El cirinero ha tomado su lugar. La cruz es la de la ortodoxia rusa, con los tres parantes cruzados.

Jesus viste de rojo, color del martirio. Pero su túnica reviste bordes dorados como señal de su realeza. Su rostro sufriente, las manos atadas, algo que no es usual. Como los corderos cuando van a ser sacrificados…

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A lo lejos se divisa el Calvario. En este icono es usual que aparezcan tres picos. Recordemos que el monte tiene una simbología especial. En el antiguo testamento el monte era donde se «subía» a orar con Dios. Pero en los iconos que involucran a Jesus ese monte siempre aparece vacío, pues Dios ha bajado a la tierra.

Y aquí apareces tres picos, dos de tierra árida, el otro con un tono rojizo, señal de que sangre inocente será derramada sobre él. El rojo, nuevamente, es color de martirio.

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En otros casos este dato no aparece, aunque si se repite el detalle de los tres picos. Uno para cada cruz.

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Camino al Calvario, sobre un nivel de elevación, podemos ver a María Santísima y a San Juan que tambien van subiendo al monte:

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Dios estaba en la tierra, y el monte ya no era necesario. Pero Dios va a dejar este mundo, será necesario subir de nuevo al monte para el encuentro con Dios, pero esta vez crucificado. Los hombres ahora conocen a Dios, que dejará su sangre en la tierra, en ese monte que conoció el abandono total y la soledad más grande. En la soledad del Calvario Dios esta presente para hablar a los que buscan al Señor de la Vida. Subir al Calvario es necesario para el encuentro con Dios. Jesus, muriendo en la cruz, nos ha dejado el sentido del dolor.

Un detalle importante y que nunca falta en la iconografía cristocéntrica. El árbol de la vida se hace de nuevo presente:

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Sin embargo su tamaño es desproporcionalmente menor al que hemos visto en iconos anteriores. Jesus, la Vida, va a morir temporariamente.

Finalmente una referencia a los guardias. Las vestiduras diferencian claramente los soldados del templo de los soldados romanos. Todos están presentes.

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Aunque no todos parecen entender completamente lo que está sucediendo. Alguien habla al oído y el guardia pone su mano en el hombro de Jesus. ¿Mayor complicidad? ¿o culpa? Todo depende de quien sea el personaje que habla al oído del guardia. Detalle que no he podido hallar:

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Extracto del Via Crucis dictado por el Señor a la vidente Catalina Rivas:

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Voy camino hacia el Calvario. Aquellos hombres inicuos, temiendo verme morir antes de llegar al término, se entienden entre sí para buscar a alguien que Me ayude a llevar la Cruz y requisaron a un hombre de las cercanías llamado Simón. Este hombre Me ayuda a llevar parte de la Cruz, pero no toda Mi Cruz… Hay almas que caminan así en pos de Mí. Aceptan ayudarme a llevar Mi Cruz, pero se preocupan aún del consuelo y del descanso. Muchas otras consienten en seguirme y, con este fin, han abrazado la vida perfecta. Pero no abandonan el propio interés, que sigue siendo, en muchos casos, su primer cuidado; por eso vacilan y dejan caer Mi Cruz, cuando les pesa demasiado; buscan la manera de sufrir lo menos posible, miden su abnegación, evitan cuanto pueden la humillación y el cansancio y, acordándose quizá con pena de los que dejaron, tratan de procurarse ciertas comodidades, ciertos placeres.


1- La Anunciación

2- La Visitación

3- La Natividad 

4- La presentación del Niño en el Templo

5- Jesus entre los doctores de la ley

6- Oración de Jesus en el huerto

7- La Flagelación del Señor

8- La Coronación de espinas

9- Jesus con la cruz a cuestas 

10- La Crucifixión de Jesus

Contemplar los iconos. 8- La coronación de espinas.

Contemplar los iconos. 8- La coronación de espinas.

1- La Anunciación

2- La Visitación

3- La Natividad 

4- La presentación del Niño en el Templo

5- Jesus entre los doctores de la ley

6- Oración de Jesus en el huerto

7- La Flagelación del Señor

8- La Coronación de espinas

9- Jesus con la cruz a cuestas 

10- La Crucifixión de Jesus


Desde hoy, y entrando ya en la cuaresma, retomamos este camino de los misterios de la vida de Jesús, a la luz de los iconoclastas. Y lo hacemos con uno de los iconos más gloriosos, a pesar de pertenecer a los misterios dolorosos: La coronación de espinas.

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La descripción de este icono no será extensa, pues no hay muchos detalles que describir como en los casos anteriores. Y con razón. Cristo es coronado rey, el Rey de los cielos vino a humillarse, su corona es una burla a su persona. Se ríen de Él. Lo escupen y lo golpean. Y como remate le colocan una corona de dolor que se le hace carne de su carne. Largas espinas atraviesan su cabeza y se incrustan causando un dolor impensable. No solo por las clavaduras, tambien la ponzoña de las espinas. Y más aún, cuando camine al Calvario y caiga, se clavarán mucho más causando tremendas llagas en su divina e inocente cabeza. Un humilde báculo le concede poder sobre toda la creacion. El manto rojo simboliza la sangre mártir, inocente, que esta siendo derramada.

¿Acaso podía darsele lugar a alguien más en este icono? Solo hay lugar para tan valiente, generoso y digno rescatador nuestro, «varón de dolores». Por sus llagas hemos sido salvados, solo cabe en este icono Él, que humillándose de este modo y en total mansedumbre, finalmente recibe su bendita y sacrificada corona.

Solo resta contemplar….

Les dejo otras versiones:

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Las perlas del Cura Miguel (81)

Las perlas del Cura Miguel (81)

Hemos querido a partir de hoy publicar los enlaces a las «Perlas para mis amigos» del Pro. Miguel Ruiz Tintoré, pidiendo al Señor nos ilumine en la reflexión y meditación de las palabras de santos muy santos que el Cura Miguel nos ilustra de forma tan bella. 

En cada imagen encontrarán los enlace a las tres perlas, acompañados del «Discursito». Aquí van..


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Queridos amigos:

En tanto no os veo para compartir unos orondos pinchos de morcilla reventona -que no sabéis lo que os perdéis-, sustituyo la tal morcilla por tres perlucas, pero ya sabéis: tengo que soltaros el discursito, que si no, no soy persona. Allá va, como el caballo de copas.

PRIMERA PERLA. Dios es Dios. De consiguiente, cualquier pecado -cualquiera, de la gravedad que sea- es como una gota en comparación con el océano de misericordia que ocupa el pecho de Dios. ¿Y la blasfemia contra el Espíritu Santo, de la que dice Jesús que no se perdonará (Mt 12,31)? También se perdonará, porque si tomamos en serio las palabras y el contexto, se refiere a lo que precisamente San Juan Pablo llama “falta de prontitud en la conversión y en la penitencia, es decir, su perdurar en la obstinación”.

¿Os viene bien un cuentecito? Un caballero cometió el pecado horrendo de matar a su hijo. Acudió temblando al confesor, que le dijo: “Obtendrás tu perdón el día que llenes este cáliz”, y le entregó uno. El penitente corrió desalado al pozo, pero comprobó asombrado que, por más agua que metía, el cáliz no se llenaba; corrió a una fuente, y descubrió que, por más agua que recogía, el cáliz seguía seco; recorrió con delirio ríos, lagos, mares… y terminó por sentarse y por echarse a llorar en soledad. Y narran las sabias consejas de mi lugar que las lágrimas del caballero, sin que este se diese cuenta, fueron cayendo dentro del cáliz. Cuando el pecador se dio cuenta, el cáliz estaba lleno, y él se supo perdonado por Dios. La moraleja, la sacáis vosotros.

SEGUNDA PERLA. La castidad que nos enseña la Iglesia no es un “no a todo”, sino un “cómo” para todo, de acuerdo con la naturaleza de las cosas y de los estados de las personas. Como escribió Jean Soulairol, toda la moral sexual de la Iglesia se resumiría en unas palabras: “Ninguna licencia contra el amor”. Y en el matrimonio no vale todo. Porque es el amor el que queda dañado (bombardeado) cuando la ley de la selva se implanta entre dos. Entonces los esposos se sienten cómplices, se saben cómplices, porque son justamente cómplices.

Y fijaos en que San Josemaría habla de “el bien divino de la sexualidad”. Igualmente, la Congregación para la Doctrina de la Fe declaró que “el orden moral de la sexualidad comporta para la vida humana valores tan elevados, que toda violación directa de este orden es objetivamente grave” (decl. Persona humana, del 29-XII-1975). Si es pecado, es pecado grave. Si no es pecado grave, pudo ser una tentación -ocurre sobre todo en el ámbito de los pensamientos que uno erróneamente cree que ha consentido- (y en esos casos, ¡que se confiese el diablo…!); existe también el peligro de engañarse a uno mismo cuando realmente hay pecado.

Pero lo que quería subrayar con garra de oso es que  la sexualidad es para nosotros un “bien divino” que “comporta valores tan elevados”. Tengo que suponer que no hay confesión religiosa ninguna que reverencie más los valores ínsitos en la sexualidad de lo que los reverencia la Iglesia católica.

TERCERA PERLA. Os recito un poema sobre la Anunciación, con dibujitos, música y todo, que me ha puesto Elisa, que no hay más que pedir. ¿Por qué Dios escogió a María? No sé si es muy fácil, muy misterioso o las dos cosas. La escogió porque la creó para escogerla. Más que eso. “En el principio era el Verbo” (Jn 1,1), y Dios, que sabía todo lo que iba a pasar con los hombres, tenía decretada la Encarnación del Verbo; pero juntamente con Este estaba decretada la función de la madre y compañera de Redención. Y un buen día Dios creó a María -María nace de Joaquín y Ana-. Y Dios la hizo hermosa para escogérsela, y luego se la escogió porque la vio hermosa… Y dice San Bernardo que, en la Anunciación, “la encontró la gracia llena de gracia”. Y -añado yo-, por la gracia de Dios y la correspondencia de María a la gracia, pudo ella ser hecha madre de Dios, que implicaba automáticamente ser madre de nosotros. De usted, por ejemplo.

Hoy hemos hablado de hermosuras: la del perdón de Dios, la de la sexualidad, la de Dios cuando se enamora de una niña. ¿De qué podemos hablar, si somos cristianos?

Gracias, pues, a Elisa. Y gracias a Joni.

Miguel Ruiz Tintoré, sacerdote,
monaguillo de la Virgen

Contemplar los iconos. 7- La flagelación.

Contemplar los iconos. 7- La flagelación.

Serie “Contemplar los iconos”

1- La Anunciación

2- La Visitación

3- La Natividad 

4- La presentación del Niño en el Templo

5- Jesus entre los doctores de la ley

6- Oración de Jesus en el huerto

7- La Flagelación del Señor

8- La Coronación de espinas

9- Jesus con la cruz a cuestas 

10- La Crucifixión de Jesus


En el segundo misterio doloroso, la Flagelación del Señor. Este icono no presenta grandes novedades respecto del anterior. Suele ser una escena muy representada en el arte de occidente, pero en los iconos no ha tenido mucha representación.

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Este icono presenta una enorme diferencia con el de la oración en le huerto. Aquí Jesus, y en otros iconos similares tambien, no presenta una actitud de dolor. Su figura esta rígida, de pie, no hay manchas de sangre. Apenas se esboza en su rostro la angustia. Pero no parece demostrar sufrimiento humano frente a la gravedad de las lesiones que seguramente sufrió al ser flagelado.

Ni siquiera en este otro, que presenta un mayor dramatismo, esboza el sufrimiento que hoy entendemos los cristianos que sufrió el Señor.

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En ambos ejemplos coincide la idea de implicar como culpables a los dos poderes que condenaron a Jesus. Esto está indicado en la presencia de los dos edificios detras de la escena. Uno representa a Roma, el otro al Sanedrín.

Y los dos esbirros que flagelan al Señor. En este segundo ejemplo un detalle que no figura en el otro. La columna roja representa el martirio.

Y con este icono suspendemos esta serie de Contemplar los Iconos hasta pasado el tiempo de fiesta de Adviento y Navidad.

«y por sus llagas hemos sido sanados…»

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Contemplar los iconos. 6- Oración de Jesus en el huerto

Contemplar los iconos. 6- Oración de Jesus en el huerto

Entramos ya a los misterios dolorosos, donde veremos iconos de una riqueza espiritual sin comparación. Pues este don de la iconoclasia nos da enriquecimientos exclusivos del don que no encontraremos en otras formas de oración. Al igual que sucede, desde luego, con cada don en particular, que es irreemplazable y en su esencia muy rico para el alma.

Pero vamos al icono de la Oración en el Huerto:

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El personaje principal es Jesus, que se halla en el centro de la escena aunque ligeramente hacia la izquierda pues comparte protagonismo con el mismísimo Padre que se hace presente en el mismo formato que ya hemos visto en iconos anteriores. Tres círculos concéntricos, símbolo de la Santísima Trinidad, y la divinidad indicada por el tono azul de lo sagrado, con un rayo que desciende desprendido desde la luz central que genera la Trinidad, como señal del consuelo del que habla la escritura, que recibió el Señor en medio de tanta agonía.

Acompaña tambien esta escena principal, un páramo desolado, un monte vacío que representa, como ya habíamos dicho, el monte donde los antiguos profetas «subían» a hablar con Dios, y que ahora se halla vacío porque Dios está entre los hombres.

Pocas veces veremos a Jesus en una actitud suplicante como esta.

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El azul de su manto, como siempre, indica su realeza. El rojo de la túnica, en este icono representa el martirio que esta por sufrir, el fuego del Espíritu Santo que esta puesto en marcha para el plan de salvación de los hombres, la Vida misma esta por ser regada por sobre la tierra, que en este icono se representa muy bien con ese amarillo reseco donde solo se ve un olivo, que da indicios claros del lugar en que se encuentran.

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Bajo el olivo, el cordero inmaculado, sin mancha alguna, mira al Padre, símbolo de sacrificio que esta comenzando justo ahora.

Pero no es fácil comenzar, Jesus sufre pruebas durísimas. El demonio aprovecha que se encuentra vulnerable, pues es Dios, pero tambien hombre. Y su suplica la escucha Dios, pero tambien el demonio, que hace lo imposible por detenerlo.

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Sus amigos no colaboran en absoluto. Un poco mas lejos, se quedan dormidos. Aquí no solo duermen los tres que Jesus habia apartado para llevarse con Él. Están todos. Señal de que todos colaboraron en el dolor del abandono.

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No duermen en cualquier parte, están en la boca de una caverna oscura. Que en iconoclastia significa la oscuridad del mundo, de la mente, del alma. Están dormidos no solo de hecho, todo el ser estará dormido hasta que llegue el Espíritu Santo en Pentecostés.


Himno de la Liturgia de la Horas

Edificaste una torre
para tu huerta florida;
un lagar para tu vino
y, para el vino, una viña.

Y la viña no dio uvas,
ni el lagar buena bebida:
sólo racimos amargos
y zumos de amarga tinta.

Edificaste una torre,
Señor, para tu guarida;
un huerto de dulces frutos,
una noria de aguas limpias,
un blanco silencio de horas
y un verde beso de brisas

Y esta casa que es tu torre,
este mi cuerpo de arcilla,
esta sangre que es tu sangre
y esta herida que es tu herida
te dieron frutos amargos,
amargas uvas y espinas.

¡Rompe, Señor, tu silencio,
rompe tu silencio y grita!
Que mi lagar enrojezca
cuando tu planta lo pisa,
y que tu mesa se endulce
con el vino de tu viña.


Serie “Contemplar los iconos”

1- La Anunciación

2- La Visitación

3- La Natividad 

4- La presentación del Niño en el Templo

5- Jesus entre los doctores de la ley

6- Oración de Jesus en el huerto

7- La Flagelación del Señor

8- La Coronación de espinas

9- Jesus con la cruz a cuestas 

10- La Crucifixión de Jesus

Contemplar los iconos. 5- Jesus entre los doctores

Contemplar los iconos. 5- Jesus entre los doctores

Serie “Contemplar los iconos”

1- La Anunciación

2- La Visitación

3- La Natividad 

4- La presentación del Niño en el Templo

5- Jesus entre los doctores de la ley

6- Oración de Jesus en el huerto

7- La Flagelación del Señor

8- La Coronación de espinas

9- Jesus con la cruz a cuestas 

10- La Crucifixión de Jesus


En el quinto misterio gozoso «Jesus perdido y hallado en el Templo entre los doctores de la ley»

Este icono me ha costado más trabajo de lo usual, pues es un pasaje evangelico menos retratado que los anteriores. He hallado este icono, “Jesús Maestro”. Es un icono ruso del siglo XVI. Catedral de la Anunciación, Moscú.

Dado que es un fresco de bastante antigüedad, cuesta un poco definir los elementos. No he podido hallar la razón de que se llame de ese modo, porque parece que se refiere a la vida publica de Jesús. Sin embargo en todo momento lo he encontrado, incluso en otros idiomas, graficando este pasaje de Jesus entre los doctores.

El icono se llama “Jesús Maestro”. Pudiera dar la impresión de referirse a etapas adultas de la vida publica de Jesus. Sin embargo hay iconos que se le parecen bastante y que si pertenecen a este misterio gozoso, lo cual genera dudas.

Podríamos argumentar que Jesus esta pintado de dimensiones más grandes, por lo que sin dudar se lo puede tomar como una figura adulta. Pero hay un detalle importante, uno de los recursos utilizados en estos siglos era lo que se llama hoy en dia la “perspectiva jerárquica“, a mayor importancia del personaje, mayor tamaño de la figura. Daremos un ejemplo para que se entienda mejor:

La Madonna es más importante, por eso su figura se resalta representándola en un tamaño mucho mayor que el resto de los personajes. Por lo tanto, en el primer icono, Jesus maestro, bien pudiera tratarse de Jesus a los doce años, y nosotros no notarlo. Y veremos que sucede lo mismo con este otro, donde Jesús sí aparece ya representado con una imagen más juvenil.

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El personaje central es Jesus, que esta en medio de los doctores de la ley.

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Está en la «sede», esa tarima sobre lo que apoya sus pies, que indica que imparte sabiduría por encima de los demás. Mientras una de sus manos esta en alto, en señal de que esta hablando, en la otra sostiene un rollo de papel escrito. Es símbolo de dos cosas. En primer lugar es Palabra de Dios, y luego el rollo de papel en general se lo utiliza tambien para representar la misión. Jesus ha abandonado a sus padres para cumplir con lo el Padre le pide.

A ambos lados los doctores se preguntan y se asombran de este Niño tan sabio. Ya tiene doce, ha llegado a la edad adulta, adquiere derechos para hacer lo que está haciendo pero no se supone que a su edad su sabiduría se imponga sobre la de los doctores del templo. En eso reside el misterio.

Jesus esta en el centro, pero ligeramente situado hacia a la derecha. Esto no es casual, el iconoclasta ha querido asociarlo al edificio rojo que se encuentra a su lado:

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Jesus no esta en cualquier parte predicando, esta nada menos que en Templo de Jerusalen. Ese edificio rojo que destaca es el Sancto Santorum, el Santo de los Santos, el centro más importante de la fe judía. Allí habitaba Dios hasta que el velo se rasgó con la muerte de Jesus en la Cruz. El iconoclasta ha querido representar esta asociación del Santo de los Santos con el Niño que predica tan pronto como le es permitido. Incluso se puede ver que el velo esta ligeramente corrido, lo cual estaba prohibido. ¿Dios abre la cortina para deleitarse con su Hijo? ¿Su Palabra? Todo parece indicar esa asociación. En el otro icono, el más antiguo, esta asociación pudiera estar representada en que Jesus este sentado «sobre» este habitáculo, aquella pequeña puerta negra bajo sus pies.

Los techos de los edificios son azules. Esto no es casual. Recordemos que el azul era exclusivo en la pintura para representar todo aquello que alude al emperador. Esta es la Casa de Dios, sus techos lo reflejan.

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Finalmente un detalle que no aparece en la iconoclasia rusa. En los iconos occidentales de la misma epoca, suelen apareces en escena Jesus y María reclamando a su Hijo la ausencia:

Pero Jesus era buen Hijo, sensible al amor de sus padres. Esperaría a que estuviera todo dispuesto para la misión, y mientras tanto se sujetó a su amoroso cuidado.

Al ver, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: «Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados». Jesús les respondió: «¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?».

Ellos no entendieron lo que les decía. El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón.

Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia, delante de Dios y de los hombres. (Lc 2,48-52)

Violencia, barbarie y genocidio en el Antiguo Testamento (V y ultima Parte)

Violencia, barbarie y genocidio en el Antiguo Testamento (V y ultima Parte)

Enlaces anteriores:

Violencia, barbarie y… (I parte)

Violencia, barbarie y… (II parte)

Violencia, barbarie y… (III parte)

Violencia, barbarie y… (IV parte)


Confusión de las exigencias de Dios con las de los ídolos

Otra teoría es la que defiende que el origen de los episodios violentos del Antiguo Testamento tienen su base en la violencia sacrificial sangrienta que vivían los pueblos como el cananeo que seguían a ídolos y dioses falsos.

La contaminación de Israel con estas religiones les lleva a ejercer una violencia propia que imputan a Dios.

El Antiguo Testamento relata multitud de ocasiones en las que el pueblo ofrece sacrificios a YHWH que no son pedidos por él y por tanto los considera como sacrificios que el hombre realiza para satisfacción de sus propios intereses, violencia ejercida para si mismos, citaré algunos textos que creo que serán esclarecedores de lo que intento resumir:

«…vuestros sacrificios…vuestras víctimas…vuestros diezmos…vuestras fiestas…vuestras solemnidades…» (Am. 4:4; 5:21)

«¿Quién os ha pedido esto?» (Is.1:12)

«Les gustan los sacrificios: ¡que sacrifiquen!» (Os.8:13)

«Quiero lealtad, no sacrificios; conocimiento de Dios, no holocaustos»  (Os.6:6)

Un ejemplo de la confusión que existía entre lo que exigían los ídolos y lo que exigía YHWH (y que probablemente no fueron hechos aislados), lo tenemos en la historia de Jefté (Jueces 11), en la que se vio obligado a sacrificar a su hija por hacer la promesa imprudente a Dios de inmolar a la primera persona que saliera a su encuentro si obtenía la victoria en una batalla.

Durante la época del destierro el profeta Ezequiel va más allá en la denuncia de la idolatría del pueblo declarando que:

«Tomaste además a tus hijos y a tus hijas que habías dado a luz para mí, y se los sacrificaste como alimento. ¿Acaso eran poca cosa tus prostituciones para que degollases a mis hijos y se los ofrecieras haciéndolos pasar por fuego?»

Se puede ver que el pueblo de Dios no logró librarse en su totalidad (en el tiempo de la monarquía) de sus orígenes de contaminación con los cananeos (durante la época de la conquista y los jueces).

Estos ritos fueron llevados a cabo en varias ocasiones por personas que creían estar obedeciendo a YHWH como vemos en el ejemplo de Jefté. Ante este tipo de confusión de culto sangriento Dios habla diciendo:

«¿Acaso les di estatutos que no eran buenos o decretos que no eran buenos, mandamientos por los cuales no podrían vivir? ¿Los contaminé con las ofrendas, que hacían inmolando a sus primogénitos? ¿Los horroricé para que supieran que yo soy el SEÑOR?» (Ezequiel 20:24-26).

Al igual que el culto a los ídolos evoca mutilaciones, matanzas y violencia «sacrificial», también a menudo estas prácticas están destinadas a YHWH pero el las rechaza.

Es un error que solo puede ser alegorizado u obviado

Por último, otra posible argumentación, según Dionisio Byler, es la de entender los genocidios, las matanzas y la violencia en general como un error humano.

Entender esto como una aberración, una verdadera atrocidad que de ningún modo puede ser justificada, una muestra de injusticia e inmoralidad contraria a la voluntad de Dios ante lo cual puede hacerse cualquier cosa excepto tomarlo como conducta aceptable y mucho menos exigida por Dios a su pueblo, que incluso dirá que «cualquier persona mínimamente espiritual se queda de piedra, horrorizado, al recordarlos» .

CONCLUSIONES

Sin títuloEl problema de la violencia y el mal en el Antiguo Testamento puede ser entendido sin necesidad de intentar suavizar los textos, ni restarles dramatismo.

Es fundamental al leer la Palabra de Dios tener presente que lo relevante no son las palabras que utiliza sino la lectura que yo hago de ellas y la interpretación que realizo. Por ello al acercarme a este tema, desde el conocimiento general de la naturaleza y características del Dios de la Palabra, ésta, recobra su sentido (si es que en algún momento lo perdió).

No se puede explicar un texto desgarrándolo de un todo. Los textos oscuros o difíciles de entender deben cobrar sentido a la luz de los que hablan claramente y nunca al contrario.

Por ello cualquiera de las claves de lectura citadas creo que son válidas para entender la realidad del Dios de Paz que se nos revela sin lugar a dudas en la Escritura, teniendo su imagen más completa y perfecta en Jesús de Nazaret. Personalmente me resulta innegable darme cuenta que Dios se caracteriza por involucrarse de forma real y tangente en la historia de su pueblo. Irrumpe en ella.

Marca momentos históricos puntuales, épocas sujetas a una geografía, cultura, economía, costumbres, creencias, etc.

Al leer los textos desde la abrumadora realidad a la que Dios se enfrenta para levantar un pueblo y mantener viva su promesa, creo que se entiende que los acontecimientos del pasado obedecen a un momento puntual con unas tensiones teológicas y sociales concretas que no han vuelto a repetirse, no obstante a pesar del momento de terrible barbarie Cananea entre la que el pueblo de Dios debe abrirse paso, vemos a un Dios que pide que su pueblo sea santo como él es Santo, dando normas levíticas de cuidar al pobre y extranjero, de no difamar, no vengarse, no tener rencor, no derramar sangre, amar al prójimo, al extranjero y al residente como a si mismos, para que la tierra que vomitó a los cananeos no los vomite a ellos también (Lev.18-20).

Si a pesar de ello se albergó alguna distorsión de la imagen de Dios, en Jesús fue disipada.

Como dijo G. Lohfink:
“El Antiguo Testamento aún procedía del mundo de la violencia, la desenmascaró a todas luces y preparó su superación”.


VIII. BIBLIOGRAFÍA.
1. Dionisio Byler, Historias inmorales en el texto sagrado, Revista Alétheia. Pág.7-19. Edita Comisión de Teología de la Alianza Evangélica Española.
2. José Grau, El Dios del Antiguo Testamento, Revista Alétheia. Pág.27-52. Núm.20. Edita Comisión de Teología de la Alianza Evangélica Española. 02/2001.
3. Bernhard Häring, La no violencia, Ed. Herder, Barcelona, 1989.
4. J.M. Palomares Fernández, Reflexiones en la ética cristiana, Ed. Clie. Barcelona, 1992.
5. Dionisio Byler, Los genocidios en la Biblia, Ed. Clie, Barcelona, 1997.
6. Kenneth Scott Latourette, Historia del cristianismo TOMOI, Ed. Casa Bautista de Publicaciones, Barcelona, 1959
7. José M. Martínez, Fundamentos teológicos de la fe cristiana, Ed. Clie y Publicaciones Andamio, Barcelona, 2001.
8. José Grau, La violencia: una perspectiva Bíblica, Revista vol. IV: La VIOLENCIA, Ed. Andamio, Barcelona. 1990.
9. P. Beauchamp, D.Vasse, La violencia en la Biblia, Cuadernos bíblicos nº 76, Ed. Verbo Divino, Navarra, 1992.
10. Carson, D.A.; France, R.T.; Motyer, J.A.; Wenham, G.J., Nuevo Comentario Bíblico: Siglo Veintiuno, (El Paso, TX: Casa Bautista de Publicaciones) 2000, c1999.
11. Douglas, J. D., Nuevo Diccionario Bíblico Certeza, (Barcelona: Ediciones Certeza) 2000, c1982.
12. Apuntes de clase de la asignatura de Filosofía impartida por Joana Ortega en Ibste 2003 – 2004.

Autora: Pepi Vicente

FUENTE: http://www.mercaba.org/Enciclopedia/V/violencia_genocidio_AT.htm

 

Violencia, barbarie y genocidio en el Antiguo Testamento (IV Parte)

Violencia, barbarie y genocidio en el Antiguo Testamento (IV Parte)

Enlaces anteriores:

Violencia, barbarie y… (I Parte)

Violencia, barbarie y… (II Parte)

Violencia, barbarie y… (III Parte)


Respuesta necesaria ante un momento histórico-teológico concreto

Si Dios no ha cambiado, ya que su naturaleza sigue siendo la misma hoy, que en tiempos de los patriarcas y profetas, tal vez tan solo fue la conducta que él exige de su pueblo la que es distinta.

Es posible que como estrategia temporal y pasajera, en un momento puntual de la historia, con un pueblo en particular (Israel), y en un contexto de vida específico, Dios permitió e inspiró ciertas conductas que en Jesús ya no eran necesarias y por tanto no eran permitidas, ya que no responden al carácter y naturaleza de Dios sino que son respuesta a una situación concreta de un pueblo concreto con unas circunstancias concretas.

Como expone Norman Gottwald tras sus estudios sociológicos sobre la historia de Israel, para que este pueblo sobreviviese y nos dejase documentación histórica, era necesario que recurriese a la guerra y a ciertos episodios de genocidio selectivo.

A pesar de confiar en la salvación que proviene de Dios, esta fe debía acompañarse de las acciones bélicas exigidas por el momento, ya que lo contrario hubiese desembocado en la desaparición del pueblo judío como etnia y también como “religión”, se hubiese extinguido la luz que debía alumbrar a las naciones.

Las circunstancias en las que Israel se establece como nación, como pueblo de Dios, fueron tan frágiles que Dios tuvo que tomar medidas extremas para asegurar su supervivencia.

A pesar de que la guerra es siempre cruel, llena de horror y muerte, en un mundo sumido en el pecado, la degradación moral, el carácter despiadado de los pueblos y la violencia de aquel tiempo, hicieron que solo fuese posible la entrada de Israel en Canaan mediante el derramamiento de sangre.

Dios se revela irrumpiendo en la historia humana aceptando las consecuencias de esa decisión. Que en el caso de establecer la identidad de Israel como nación santa, apartada, incluyó el exterminio de un pueblo como el cananeo.

La preservación de Israel era fundamental para el bien de las naciones ya que era el portador de la Palabra de Dios y de la simiente mesiánica (Gen.49:8,10; 2Sam.7; 23:1-7).

Solo en esta ocasión es Dios quien para proteger al pueblo de la promesa actuó en sentido estrictamente militar como escudo y espada de Israel (Dt. 33:29; 1Cr.5:22), de ahí se deduce la idea de que estos enfrentamientos sean en realidad guerras de Dios (Ex.15:3; 1Sam.18:27) y que el botín no se tome como premio tras la victoria, sino que sea “anatema”, consagrado al Señor y por ello no podían quedarse con nada.

Sin embargo estas circunstancias históricas han cambiado radicalmente, es más, ya en los tiempos de dominación del Imperio Romano en el que le tocó vivir a Jesús, la guerra y la violencia dejaron de ser instrumentos necesarios para el avance del plan de Dios para su pueblo.

Vemos como la iglesia surge y se establece siguiendo el camino de la paz, el amor, la misericordia y el perdón. Ahora Dios ya podía revelarse como siempre había sido: como Dios de amor, perdón, misericordia y paz.

Dios se muestra en Jesús corrigiendo la falsa impresión dejada en el pasado debido a las exigencias históricas particulares e irrepetibles del nacimiento de Israel como nación santa en Canaan. Dios nunca más actúa ni permite una matanza, sino que los discípulos de Jesús, el pueblo de Dios, tomarán su cruz cada día y sufrirán ellos mismos antes de hacer sufrir al prójimo.

Información incompleta y por tanto errónea de los autores debido a que el proceso de revelación es progresivo

Es posible sin embargo que la explicación radique en que esta distorsión del Dios del Antiguo Testamento se deba simplemente a que los mismos autores del Antiguo Testamento no tenían una idea clara o acertada de cómo era YHWH en realidad.

En aquel momento histórico la revelación que Dios había dado sobre sí mismo no era completa, es más era hasta tal punto tan escasa e incompleta que podría entenderse desde nuestra visión hoy como errónea y tachar el concepto incompleto de entonces como equivocado.

Entenderíamos por tanto que el problema de distorsión del Antiguo Testamento no es sólo de nuestras propias limitaciones a la hora de entender los textos, sino que la distorsión viene ya dada por el texto mismo.

Con esta teoría no se pretende poner en duda la inspiración de estos textos, sino admitir que el Antiguo Testamento no comprende íntegramente por sí solo toda la revelación de Dios y que aunque inspirado el Antiguo Testamento está incompleto y por ello en algunos casos puede considerarse que puede llevar a confusión o engaño, que se evidencia en la multitud de cuestiones que Jesús debe corregir por las concepciones erróneas que los estudiosos de la Torá se habían formado de Dios.

El mal proviene del hombre, Dios no justifica sino que busca poner límites a la violencia
En la línea de pensamiento que traza P. Beauchmanp he recogido algunas reflexiones que creo que son interesantes.

Beauchmanp se remonta al relato de la creación en Génesis, tras la caída, cuando señala que se hace evidente la violencia interna en el corazón del hombre al rechazar a Dios.

A pesar de esta actitud de pecado fruto de un mal uso del libre albedrío, el hombre sigue siendo imagen de Dios, incluso cuando vemos que es capaz de manchar sus manos de sangre.

Este es un argumento importante a tener en cuenta en cuanto a la clave hermenéutica de lectura para entender los episodios de violencia en el Antiguo Testamento Dios no se desentiende del hombre a pesar de su degradación (caída), sin embargo nuestra visión de Dios está mediatizada por lo que el hombre es en realidad (como imagen de Dios), ahora bien a través de este «cristal» se ve a un Dios violento, esto no quiere decir que Dios no pase por esa imagen sino que Dios acepta pasar por ahí pero con un propósito, transformar esa violencia y convertirla, y esto no se trata de una decisión puntual, sino de un proceso, que se va cumpliendo en la historia.

Por tanto en la Biblia muchas veces llamamos violencia a lo que en realidad es un reflejo de nuestro propio comportamiento violento.

Es importante recordar que (como relata Génesis 9) el hombre se había vuelto violento y es Dios quien actúa poniendo un límite a esa violencia por medio de la ley (con determinados pueblos no acabar con la vida de todos los habitantes sino solo de los hombres, dejando con vida a mujeres y niños Dt.20:13, no apropiarse de los tesoros de las ciudades conquistadas Jos.6:18, respetar los pactos o alianzas Jos 17:25, la famosa ley del Talión que se da no para justificar la violencia, sino para poner límites y acotar la sed de venganza desmesurada que hay en el corazón del hombre).

Aunque parece un poco complicado es vital no perder de vista lo que hay detrás de estos textos, en ellos se puede ver el deseo de contrarrestar mediante la ley, una violencia que se vivía libremente como algo natural en aquel momento histórico.

Con el establecimiento de estas leyes al parecer violentas, en realidad lo que se hace es contrarrestar una violencia que sería aún peor, la ausencia de toda ley (en la que se encontró en el pasado la humanidad y por la que Dios envío el diluvio: «Y la tierra se había corrompido delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia».  Génesis 6:11.


En este punto se defiende una posible explicación que remontándose al origen de la humanidad y a la caída, enseña que la ley permite una forma concreta de violencia con el fin claro de contrarrestar a la violencia y el caos en mayúsculas. Obviar esta explicación podría entenderse como expresó el profeta Jeremías como querer cerrar los ojos a una realidad escabrosa pero cierta: “Y curan a la ligera el quebranto de mi pueblo, diciendo: «Paz, paz», pero no hay paz».  Jer.6:14.

El camino perfecto propuesto por Dios en Gen.1, su imagen real, sin distorsionar la tenemos en la mansedumbre que es atacada por la violencia en la caída, pero a pesar de ello la mansedumbre se irá abriendo camino a través de la violencia y no fuera de ella, con el fin de obtener la victoria final. «Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú la herirás en el talón». Gen.3:15.

Viendo como Jesús se abre paso ampliando la imagen distorsionada que teníamos de Dios debido a una ley dada por la dureza del corazón del hombre, amplia el decálogo con el sermón de la montaña, en especial, las bienaventuranzas.

En Jesús el ministerio de la violencia se revela plenamente en la violencia que se despierta contra él hasta matarlo. Por tanto en la cruz se revela plenamente la violencia del amor (si es que ambas palabras pueden llegar a concebirse juntas) que movía tanto las acciones como las enseñanzas de Jesús, alejadas totalmente de una falsa mansedumbre hipócrita.

El mal proviene del hombre, es usado por Dios y será erradicado en un final escatológico

Otra posibilidad que se puede contemplar, y que estaría ligada en algunos puntos coincidentes a la anterior es la que dice que el mal no proviene de Dios sino del hombre y que Dios usa su consecuencia (el sufrimiento) para edificación. Es decir, Dios en su soberanía tolera el mal en el universo, aunque lo somete a su dominio y lo utiliza en su administración del mundo. Se utiliza para castigar la iniquidad individual y nacional (Is.45:7; Lm.3:38; Am.3:6).

Los hijos de Israel repetidamente «hicieron lo malo» y sufrieron las consecuencias (Jue.2:11; 1 R.1:6). Dios está separado de todo mal y de ninguna manera es responsable del mismo. Dios está en contra del mal, pero su existencia constituye a menudo una piedra de tropiezo en algunos a la hora de creer en un Dios de amor.

Pero el mal sólo puede atribuirse al abuso del libre albedrío de parte de los seres creados, sean estos angelicales o humanos.

El sufrimiento como pueblo de Dios, sea en forma de problemas o persecución, es permitido divinamente con fines de bendición espiritual (Stg. 1.2–4; 1 P. 1.7; etc.) y no puede ser separado del amor de Dios.

En sintonía con lo dicho anteriormente esta teoría coincide en la visión de toda la actividad salvadora de Dios orientada a resolver el problema del mal. Durante su vida, Cristo experimentó dolor, pena, y sufrimiento (Mt. 8.16–17), pero la cruz es la respuesta final de Dios al problema del mal.

Allí se demostró su amor de manera suprema (Ro. 5.8; 8.32) en la identificación del Señor con el mundo sufriente al cargar con el pecado en la cruz. Esto debería hacerse palpable con el cambio moral que el evangelio produce en los hombres como evidencia de la realidad del triunfo de Cristo sobre todos los poderes malignos (Col. 2.15; 1 Jn. 3.8), y por lo tanto de la victoria escatológica final de Dios, donde el mal será eliminado del universo, y la creación compartirá con el hombre redimido su glorioso destino y donde tanto el mal físico como el mal moral desaparecerán eternamente (Ap. 21.1–8). El poder de Satanás está bajo el control divino (Job1-2), y finalmente será derrotado (He.2:14; Ap.12:9-11).


Continuará


Violencia, barbarie y… (V y última parte)


FUENTE: http://www.mercaba.org/Enciclopedia/V/violencia_genocidio_AT.htm