Navidad y Janucá -Celebración ecuménica entre un Moishe y un Goy.

Navidad y Janucá -Celebración ecuménica entre un Moishe y un Goy.

Nuestra querida Marta nos comparte este video tan especial. No cabe dudas que el ecumenismo, aunque muchos no lo entiendan, es verdaderamente un llamado de Dios.

Como mis amigos saben tengo raíces judías, y una profunda devoción católica. Por lo cual este video me conmueve especialmente.

Que lo disfruten…

La visitadora

La visitadora

Les dejo estos maravillosos versos, cortesía de mi amigo, el cura Miguel.


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La visitadora

Recitado por Miguel Ruiz Tintoré

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Era Belén y era Nochebuena la noche.
Apenas si la puerta crujiera cuando entrara.
Era una mujer seca, harapienta y oscura
con la frente de arrugas y la espalda curvada.

Venía sucia de barro, de polvo de caminos.
La iluminó la luna, y no tenía sombra.
Tembló María al verla; la mula no, ni el buey,
rumiando paja y heno igual que si tal cosa.

Tenía los cabellos largos color ceniza,
color de mucho tiempo, color de viento antiguo.
En sus ojos se abría la primera mirada,
y cada paso era tan lento como un siglo.
Temió María al verla acercarse a la cuna.
En sus manos de tierra, ¡oh Dios!, ¿qué llevaría…?
Se dobló sobre el Niño, lloró infinitamente
y le ofreció la cosa que llevaba escondida.

La Virgen, asombrada, la vio al fin levantarse.
¡Era una mujer bella, esbelta y luminosa!
El Niño la miraba. También la mula. El buey
mirábala y rumiaba igual que si tal cosa.

Era en Belén y era Nochebuena la noche.
Apenas si la puerta crujió cuando se iba.
María al conocerla gritó y la llamó: «¡Madre!»
Eva miró a la Virgen y la llamó: «¡Bendita!».

¡Qué clamor, qué alborozo por la piedra y la estrella!
Afuera aún era pura, dura la nieve y fría.
Dentro, al fin, Dios dormido sonreía teniendo,
entre sus dedos niños, la manzana mordida.

Antonio Murciano

San Francisco de Asís y el primer pesebre.

San Francisco de Asís y el primer pesebre.

nacimiento

Relato de San Buenaventura

Tres años antes de su muerte se dispuso Francisco a celebrar en el castro de Greccio, con la mayor solemnidad posible, la memoria del nacimiento del niño Jesús, a fin de excitar la devoción de los fieles.

Más para que dicha celebración no pudiera ser tachada de extraña novedad, pidió antes licencia al sumo pontífice; y, habiéndola obtenido, hizo preparar un pesebre con el heno correspondiente y mandó traer al lugar un buey y un asno.

Son convocados los hermanos, llega la gente, el bosque resuena de voces, y aquella noche bendita, esmaltada profusamente de claras luces y con sonoros conciertos de voces de alabanza, se convierte en esplendorosa y solemne.

El varón de Dios estaba lleno de piedad ante el pesebre, con los ojos arrasados en lágrimas y el corazón inundado de gozo. Se celebra sobre el mismo pesebre la misa solemne, en la que Francisco, levita de Cristo, canta el santo evangelio. Predica después al pueblo allí presente sobre el nacimiento del Rey pobre, y cuando quiere nombrarlo -transido de ternura y amor-, lo llama «Niño de Bethlehem».

Todo esto lo presenció un cabalAlero virtuoso y amante de la verdad: el señor Juan de Greccio, quien por su amor a Cristo había abandonado la milicia terrena y profesaba al varón de Dios una entrañable amistad. Aseguró este caballero haber visto dormido en el pesebre a un niño extraordinariamente hermoso, al que, estrechando entre sus brazos el bienaventurado padre Francisco, parecía querer despertarlo del sueño.

Dicha visión del devoto caballero es digna de crédito no sólo por la santidad del testigo, sino también porque ha sido comprobada y confirmada su veracidad por los milagros que siguieron. Porque el ejemplo de Francisco, contemplado por las gentes del mundo, es como un despertador de los corazones dormidos en la fe de Cristo, y el heno del pesebre, guardado por el pueblo, se convirtió en milagrosa medicina para los animales enfermos y en revulsivo eficaz para alejar otras clases de pestes. Así, el Señor glorificaba en todo a su siervo y con evidentes y admirables prodigios demostraba la eficacia de su santa oración.

FUENTE: http://www.religionenlibertad.com/meditando-la-navidad-san-buenaventura-32865.htm

Contemplar los iconos. 3 – La Natividad… y una yapa.

Contemplar los iconos. 3 – La Natividad… y una yapa.

Serie “Contemplar los iconos”

1- La Anunciación

2- La Visitación

3- La Natividad 

4- La presentación del Niño en el Templo

5- Jesus entre los doctores de la ley

6- Oración de Jesus en el huerto

7- La Flagelación del Señor

8- La Coronación de espinas

9- Jesus con la cruz a cuestas 

10- La Crucifixión de Jesus


En el tercer misterio gozoso el nacimiento del Niño Jesus en el Portal de Belén.

Aquí, como lo habíamos esbozado en los anteriores, encontramos el relato de una historia completa. Porque cuenta muchas cosas desde antes hasta despues del nacimiento del Señor, con algunas simbologías que refieren al Antiguo Testamento.

Hay variantes, y trataremos de abarcarlas todas.

José:

Podríamos decir que la historia comienza en la escena inferior izquierda. Quien está allí sentado es San José, que aparece pensativo y melancólico.

Esta escena guarda referencias con aquella primera duda que lo lleva a José a querer repudiar a María, cuando se entera que está embarazada. Por supuesto, y como no podía ser de otro modo, quien está con el bastón es el demonio asediando a José, causándole aflicciones. José es un varón justo, y está resuelto a obedecer los mandatos divinos tal como lo estipula la ley,pero no quiere perjudicar a María y sufre. Esa noche, el ángel del Señor arreglará todo, y le devolverá la paz.

En algunos iconos esta duda de José no aparece, y, en cambio, se lo ve adorando al Niño.

 María y el Niño:

Vamos ahora al momento presente de la escena. El nacimiento del Niño-Dios.

María es representada de dos formas, segun el iconoclasta. Una forma es la del ejemplo que hemos puesto, donde María esta en completa adoración de su Dios y Señor. Ella comprende que su Hijo es más que su Hijo. Y lo adora.

Pero lo más usual es que la encontremos recostada, fuera de la cueva.

Hay muchas dudas con respecto al significado de que la Virgen no mire al Niño. La versión más coherente refiere al desapego. María no tiene sentimientos posesivos sobre su Hijo, sabe que Jesus viene para ser de toda la humanidad. Entrega este desapego con calma, aceptando la voluntad de Dios.  Esto esta señalado en la comodidad en la que reposa María. El color rojo del paño que suaviza su reposo es rojo, simboliza la divinidad. Dios sostiene a María en todo sentido, incluso en sus sentimientos maternos.

Aquí no aparecen los tres rosetones, sino dos. Porque el tercero esta cubierto por la mano de María que parece que lo tapa a propósito. La virginidad post parto es algo intimo para ella. Y un misterio muy grande del que nadie tiene ningún detalle.

El Niño yace a su lado. Pero aun dentro de la cueva oscura, en la que está simbolizada la oscuridad de un mundo sin Cristo, y que el Niño-Dios ha venido a iluminar.

Sorprendentemente el Niño no está envuelto en pañales, sino en una mortaja. Jesús ha tomado como propio todo aquello a lo que los humanos estamos sometidos.

El Niño siempre aparece en el centro de la escena junto a su Madre, siempre la más cercana a Jesús es María. Pero el resto de las escenas lo rodean, y se subordinan a la escena principal del nacimientos, Cristo es el centro.

La escena:

Avanzamos en el futuro próximo. Al parecer la tradición indica que algunas mujeres ayudaron en los primeros cuidados del Niño, y aparecen en la parte inferior izquierda de la escena. Al parecer esto esta contenido en los evangelios apócrifos de Santiago y Mateo.

Los pastores en la escena en que el angel les anuncia el nacimiento. Los más humildes son los primeros en recibir la noticia. Cristo viene por los pobres, por los que sufren:

Y los reyes magos tambien están en la escena. A veces aparecen viajando a caballo señalando la estrella.

Y dos detalles muy importantes. El primero, la infaltable presencia del Espíritu Santo. El segundo la cima de un monte vacío. Este detalle no es casual. Durante el Antiguo Testamento los hombres subían al monte para poder hablar con Dios. Como es el Caso de Moises o Elías por ejemplo. Pero el monte aqui aparece vacía, pues Dios ha descendido desde las alturas y se acerca a nosotros tomando para sí naturaleza humana.

Finalmente un detalle que se repite desde el momento de la Anunciación. El árbol de la vida. Cristo viene a vencer a la muerte, y a dar cumplimiento a las escrituras.

Los dejamos con una versión del Gloria que hace saltar el corazon. Misa criolla en el Vaticano, Patricia Sosa con Fernando Ramirez, hijo del creador de esta obra maravillosa.