Volviendo…

Volviendo…

Ha pasado mucho desde mi última entrada en este blog. No por falta de dedicación a mi Madre del cielo. Se los prometo. Es que Ella lleva la agenda de mi vida y estos últimos años me ha pedido tareas diferentes que requerían mi atención a cuestiones familiares y materiales. Porque todo es parte de la misión. Trabajar, tratar con ventas y mercados para poner el pan de la mesa también es Dios. «Entre los pucheros anda el Señor» ha dicho Santa Teresa de Jesús.

La pandemia, que ha dejado tantas cosas malas, pero no pocas muy buenas, finalmente me ha dado la oportunidad de organizarme distinto y aqui estoy.

Quiero agradecer a todos los seguidores de este blog de María por entrar cada día. Por dejar sus oraciones. Llegan muchos mensajes con pedidos de oración. Sepan que son escuchados con el alma y todos los sacrificios y los rezos de estos años tan duros que hemos tenido han ido e irán siempre para auxilio y consuelo de todos nuestros hermanos.

Y ya mismo un Ave María por ustedes.:

Dios te salve María, llena eres de gracia. El Señor es contigo. Bendita tu eres entre todas las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre Jesus. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Contemplar  los iconos. 11- El bautismo del Señor.

Contemplar los iconos. 11- El bautismo del Señor.

En el Primer Misterio Luminoso, el Bautismo del Señor en el río Jordán.


En este icono Jesus entra en el Jordán, que recuerda la muerte y las aguas del diluvio. En la tradición de la Iglesia estas aguas son llamadas «sepulcro fluido»: «La inmersión y la emersión son imagen del descenso a los infiernos y de la Resurrección» (San Juan Crisóstomo).

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La imagen está divida en dos por un eje vertical, cuyo centro es la Santísima Trinidad: el Padre en el cielo, el Hijo en la Tierra, y el Espíritu Santo que desciende. En otros ejemplares, esto se acentúa con la imagen del rayo divido en tres haces que descienden.

En el centro esta Jesus, orientado hacia Juan, esperando su bautismo, pero bendiciendo a su vez las aguas, que tambien son bendecidas por Juan. Que con una mano bendice a Jesus, y con la otra las aguas, como parte del ritual del Bautismo.bautismo-1

Los personajes en el agua, tienen cierta equivalencia a la calavera que habíamos visto en el icono de la Crucifixión, cuando Jesus vence a la muerte. Aquí, los demonios huyen, y los muertos son vueltos a la vida. Cristo vence a la muerte por el bautismo.

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Lo que sostienen los ángeles no es una toalla, sino un paño. Símbolo de lo sagrado. Cristo debe ser tocado con el paño por respeto a lo sagrado de su Persona.

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El árbol con el hacha hace alusión a la palabra evangélica:

«Ya está el hacha puesta a la raíz del árbol, y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego» (Mt 3,10).

 

Para finalizar les dejamos esta maravilla del Siglo XV, pintada por Andrei Rubleiv, en la Catedral de la Dormicion, en Vladimir, Rusia.

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1- La Anunciación

2- La Visitación

3- La Natividad 

4- La presentación del Niño en el Templo

5- Jesus entre los doctores de la ley

6- Oración de Jesus en el huerto

7- La Flagelación del Señor

8- La Coronación de espinas

9- Jesus con la cruz a cuestas

10-La cucifixión del Señor

Coronilla al Niño Jesus de Praga

Coronilla al Niño Jesus de Praga

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Por la señal de la Santa Cruz…..

Se dice el Acto de Contrición….

V. Abre, Señor, mis labios.
R. Y mi lengua pronunciará tu alabanza.

V. Acude, oh! Dios, en mi auxilio.
R. Apresúrate Señor a socorrerme.

Adorada y glorificada sea la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, por todos los siglos de los siglos. Amén. Adorado y glorificado sea el Padre.

V. El Verbo se hizo carne.
R. Y habitó entre nosotros.

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V. Adorado y Glorificado sea el Padre.

V. El Verbo se hizo Carne.

R. Y habitó entre nosotros.

Padre Nuestro…

1º Divino Niño Jesús, Bendito y Alabado seas en el misterio de Tu Encarnación.
Un Ave María.

2º Divino Niño Jesús, Bendito y Alabado seas en el misterio de tu Visitación.
Un Ave María

3º Divino Niño Jesús, Bendito y Alabado seas en el misterio de tu Nacimiento.
Un Ave María

4º Divino Niño Jesús, Bendito y Alabado seas en el misterio de la Adoración de los pastores.
Un Ave María.

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En este intermedio se dice:

V. Adorado y Glorificado sea el Hijo.
V. El Verbo se hizo carne.

R. Y habitó entre nosotros.

Padre Nuestro….

5º Divino Niño Jesús, Bendito y Alabado seas en el misterio de tu Circuncisión.
Un 
Ave María

6º Divino Niño Jesús, Bendito y Alabado seas en el misterio de la Epifanía.
Un 
Ave María

7º Divino Niño Jesús, Bendito y Alabado seas en el misterio de Vuestra presentación en el templo.
Un 
Ave María

8º Divino Niño Jesús, Bendito y Alabado seas en el misterio de Vuestra huída a Egipto.
Un 
Ave María

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-Segundo intermedio:

V. Adorado y glorificado sea el Espíritu Santo.
V. El verbo se hizo carne.

R. Y habitó entre nosotros.

Padre Nuestro…

9º Divino Niño Jesús, Bendito y Alabado seas en el misterio de Vuestra permanencia en Egipto.
Un 
Ave María

10º Divino Niño Jesús, Bendito y Alabado seas en el misterio de Vuestro regreso a Nazareth.
Un 
Ave María

11º Divino Niño Jesús, Bendito y Alabado seas en el misterio de Vuestra vida oculta en Nazareth.
Un 
Ave María

12º Divino Niño Jesús, Bendito y Alabado seas en el misterio de Vuestra pérdida y hallazgo en el Templo.
Un 
Ave María

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Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén

V. Sea bendito el Nombre del Señor.
R. Ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén


LES DEJAMOS LA VERSION PARA IMPRIMIR. CLICK EN LA IMAGEN:

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PARA CONOCER LA HISTORIA DEL NIÑO JESUS DE PRAGA CLICK AQUI

FUENTE: http://oracionesydevocionescatolicas.com/coronilla_jesus_praga.htm

Triduo al Espíritu Santo. Preparación para Pentecostés. 20 de Mayo.

Triduo al Espíritu Santo. Preparación para Pentecostés. 20 de Mayo.

El próximo jueves iniciamos estos tres días de preparación para Pentecostés. Les dejamos el Triduo al Espíritu Santo para disponer nuestro corazón y todo nuestro ser, a la espera del fuego de Su Amor y de Sus preciosos dones. 

Al final de la página encontrarán, como siempre, el archivo para imprimir.


TRIDUO AL ESPÍRITU SANTO

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En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración de inicio:
CREDO
Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor,espiritu-santo
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos
y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna.
Amén.

Oración preparatoria para todos los días:
Padre de bondad, que nos has llamado a participar de la vida divina y para ello nos has entregado la presencia del Espíritu Santo, fruto del Sacrificio de Cristo Redentor. Te suplicamos, Padre, que derrames en nuestros corazones, en forma abundante, la efusión de tu Divino Espíritu, para que seamos dóciles a sus divinas inspiraciones y nos dejemos transformar por su santificadora acción. Te lo pedimos, Padre, por el amor que le tienes a tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

Oración de consagración al Espíritu Santo:
¡Oh Espíritu Santo! Recibe la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser. Dígnate ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida y en cada una de mis acciones: mi Director, mi Luz, mi Guía, mi Fuerza y el Amor de mi corazón.

Yo me abandono sin reserva a tus operaciones divinas y quiero ser siempre dócil a tus inspiraciones.

¡Oh Espíritu Santo! Transfórmame con María y en María, en otro Cristo Jesús, para gloria del Padre y salvación del mundo. Amén.

DÍA PRIMERO

Padre de Bondad, que nos has concedido la gracia de ser templos vivos del Espíritu Santo. Otórganos el privilegio de valorar este insigne beneficio: experimentar en nosotros, tan fuertemente la presencia de este Divino Don, que impulsados por el fuego de la verdadera caridad, te sirvamos con este temor filial, que es delicadeza y correspondencia amorosa a todos tus beneficios. Te lo pedimos por Cristo, tu Hijo amado.

Padre nuestro, Ave María y Gloria…
Letanías al Espíritu Santo

Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.

Padre celestial Ten piedad de nosotros.
Dios hijo, Redentor del mundo, Ten piedad de nosotros.

Espíritu Santo que procedes del Padre y del Hijo ………Te alabamos y te bendecimos.
Espíritu del Señor, Dios de Israel.
Espíritu que posees todo poder.cruzful
Espíritu, fuente de todo bien.
Espíritu que embelleces los cielos.
Espíritu de sabiduría e inteligencia.
Espíritu de consejo.
Espíritu de fortaleza.
Espíritu de ciencia.
Espíritu de piedad.
Espíritu de temor del Señor.
Espíritu, inspirador de los santos.
Espíritu prometido y donado por el Padre.
Espíritu de gracia y de misericordia.
Espíritu suave y benigno.
Espíritu de salud y de gozo.
Espíritu de fe y de fervor.
Espíritu de paz.
Espíritu de consolación.
Espíritu de santificación.
Espíritu de bondad y benignidad.
Espíritu, suma de todas las gracias.

Cordero de Dios Que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.

Ven, ¡oh Santo Espíritu!, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.

V. Envía tu Espíritu y todo será creado.
R. Y se renovará la faz de la tierra.

Oremos
¡Oh Dios!, que habéis instruido los corazones de los fieles con la luz del Espíritu Santo, concedednos, según el mismo Espíritu, conocer las cosas rectas y gozar siempre de sus divinos consuelos. Por Jesucristo, Señor nuestro. R. Amén.

Oración final para todos los días:
Padre de misericordia y de bondad, que nos has enviado al Espíritu Santo para que desde el fondo de nuestros corazones, eleve nuestra plegaria final hacia Ti, te pedimos que intensifiques en nosotros la devoción al Espíritu Santo, que seamos dóciles a sus divinas inspiraciones y a su prodigiosa acción. Te lo pedimos por el amor que le tienes a tu Cristo, el Ungido, que vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén



DÍA SEGUNDO

Padre de ternura y compasión, que sabes las dificultades en las que se realiza nuestra existencia, que conoces todos los peligros que nos asechan, que sabes lo que más nos conviene. Te pedimos envíes sobre nosotros la presencia de tu Santo Espíritu, de tal manera que no ejecutemos nada importante en nuestra vida, sin antes pedir su sapientísimo consejo. Que sea este Divino Espíritu el que nos guíe continuamente hacia Ti, inspirándonos y manifestándonos la forma de agradarte con mayor perfección. Te lo pedimos Padre, por el amor que le tienes a tu Hijo. Jesucristo Nuestro Señor. Amén

DÍA TERCERO

Padre de las Misericordias divinas. Incendia nuestras vidas con el fuego inextinguible de tu divina caridad: tu Espíritu Santo. Que sea Él quien calcine nuestros egoísmos, quien doblegue nuestra soberbia y orgullo, quien acalle nuestros vanos deseos, quien dulcifique las penas y aliente la virtud, quien penetre nuestros corazones y los pacifique con su presencia amable, que es espiritual unción. Todo esto te lo pedimos, Padre, por el amor que le tienes a tu Hijo, tu Unigénito que vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.


Para descargar el archivo CLICK en la foto:

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La historia de San Expedito. Patrono de las causas justas y urgentes. 19 de abril.

La historia de San Expedito. Patrono de las causas justas y urgentes. 19 de abril.

viaje-de-fe-a-san-expedito-en-buenos_24599ca12a_3San Expedito es conocido en toda Europa y Asia menor. El santo habría sido armenio, y si bien se desconoce su lugar real de nacimiento, es probable que haya sido la localidad de Metilene, que es también en donde sufre su martirio. Otra posibilidad es que fuera oriundo de Roma, y enviado en misión militar a Metilene. Esta ciudad fue construida en el Siglo II por el emperador romano Trajano. Armenia fue una de las primeras regiones en recibir las enseñanzas de los apóstoles Judas Tadeo, Simón y Batoloméo, como así también un lugar de innumerables persecuciones a los cristianos. En este país se derramó la sangre de muchos mártires, entre ellos San Expedito y San Pantaleón.

San Expedito era contemporáneo de Santa Filomena y San Jorge y vivió a principios del siglo IV. Nuestro santo era un militar del Imperio Romano que tenía a su cargo toda una legión a las ordenes de Dioclesiano, emperador que años más tarde lo mandaría a matar. La Tradición cuenta que Expedito era jefe de la 12ª Legión Romana conocida como “Fulminante”, que estaba establecida en Metilene, sede de una de las provincias romanas da Armenia. Militar de carrera, tenía más de seis mil hombres a su cargo, y había recibido el estricto entrenamiento militar de las legiones del César, comprometido con la defensa del imperio y sus leyes. Se cree que su nombre deriva de «Expedici», que era un tipo de formación militar romana ligera y veloz; seguramente nuestro santo se inició en una unidad de este tipo y de allí deriva su apellido.

Milagro en batalla

Las legiones eran poderosas unidades militares dispersas a lo largo y ancho del imperio, con unos siete mil soldados de infantería cada una y apoyadas también por caballería. Expedito estaba a cargo de la Legión ?Fulminante?, con el título de Tribuno, equivalente al rango de General de División. Las milicias romanas habían recibido de Diocleciano el decreto ordenando la persecución de los cristianos, que se oponían a profesar la fe politeísta oficial del imperio. La pena era la muerte, y en particular era la pena de flagelación y decapitación para los funcionarios del imperio, militares o civiles, que se convirtieran al cristianismo.

La legión de Expedito estaba basada en Armenia y tenía como misión principal luchar contra los pueblos bárbaros en la zona de Germania, esto es en Armenia y Turquía. Habían luchado durante mucho tiempo, bajo las órdenes de su general, pero habían agotado las provisiones de alimentos y agua en tierras que estaban infectadas de enemigos. Finalmente, enfrentaron una vez más la batalla sin tener las fuerzas para hacerlo. Expedito les habló, trató de levantar sus espíritus una vez más, pera nada logró esta vez. El enemigo estaba cada vez más cerca, y sin fuerzas, alimentos ni bebida, nada podía hacerse.

Los soldados romanos habían visto muchas veces lo que hacían los cristianos cuando enfrentaban la muerte que ellos mismos les prodigaban: elevaban sus brazos al cielo y pedían ayuda a su Dios. Y la leyenda decía que ese Dios muchas veces escuchaba sus pedidos y oficiaba milagros. Para sorpresa de Expedito, sus soldados, de uno en uno empezaron a elevar sus brazos al cielo y rogar a ese Dios único de los cristianos del que ellos habían escuchado hablar. Las tropas enemigas se sorprendieron porque nunca habían visto a una Legión Romana completa elevando sus brazos al cielo y rogando a Dios en pleno campo de batalla. Se detuvieron extasiados, sin comprender lo que ocurría. En ese momento el cielo se oscureció y precipitó un vendaval de viento y agua que cubrió a soldados y bestias, transformando el lugar en confusión. La Fulminante se recompuso y aprovechando la situación volvió a salir victoriosa de la batalla.

La conversión y muerte de Expedito

Muchos de los soldados de la legión se convirtieron al Cristianismo de inmediato, felices de haber testimoniado el Poder del Dios Único. Expedito no comprendía lo que ocurría, sin embargo su corazón estaba tocado por la fortaleza de ese Dios que se había acordado de sus hombres, y de él mismo. Su corazón sabía que Dios lo estaba llamando, pero su puesto en la milicia romana no era compatible con tal conversión, lo esperaba la muerte en caso de desafiar la autoridad del Emperador. Los hechos llegaron a los oídos de Dioclesiano, que preocupado envió ordenes para que se detenga esa revuelta militar, de soldados romanos convertidos al cristianismo.

Expedito dudó y dudó, postergó su decisión una y otra vez. Muchos de sus propios soldados se habían unido a Jesucristo, a la fe de los cristianos. Su corazón no se decidía entre los apegos a las glorias humanas, a su carrera militar, y el llamado que indudablemente recibía desde lo alto. Pero cierto día Expedito fue tocado por la Gracia de Dios y recibió la Luz Divina. Este episodio cambiaría para siempre su vida, convirtiéndose inmediatamente al cristianismo, cueste lo que cueste.

San Expedito -Hodie-Conmovido por los hechos vividos e inspirado por el Espíritu Santo, Expedito resuelve un día cambiar su vida y convertirse al cristianismo. Fue entonces que se le apareció el espíritu del mal en la forma de un cuervo. El cuervo le gritaba ¡cras…cras…!, palabra latina que quiere decir “mañana…mañana”. Esta decisión déjala para mañana, le decía el cuervo. ¡No tengas apuro! ¡Espera por tu conversión! Pero San Expedito reaccionó enérgicamente aplastando al cuervo con su pie derecho mientras exclamaba Hodie… Hodie… Hodie (que en latín significa Hoy… Hoy… Hoy…). ¡No dejaré nada para mañana, a partir de hoy seré cristiano!

El circo romano había sido creado por el Emperador para demostrar el poder del Imperio, pero irónicamente había producido el efecto contrario, el de difundir el cristianismo más y más. Cuando Expedito se convirtió al Cristianismo comenzó a proteger a los mártires que eran devorados por los leones en el circo. Para Dioclesiano esto era inadmisible, un general a cargo de una Legión del Imperio se atrevía a desafiar su decreto Imperial. De inmediato se ordenó el arresto y el interrogatorio de Expedito y sus más cercanos soldados y amigos, todos convertidos a la fe de Cristo, por aquellos que hasta poco tiempo atrás eran sus compañeros de milicia.

El 19 de abril del año 303 de nuestra era, por orden del Emperador Diocleciano, nuestro santo fue sacrificado en Melitene, sede de una de las Provincias Romanas en Armenia junto con sus compañeros de milicia Caio, Galatas, Hermogenes, Aristonico y Rufo. La pena fue de flagelación (dando lugar al posible arrepentimiento del reo) y la decapitación. Su sangre regó aquellos primeros siglos de la Iglesia, junto a la de tantos otros mártires que comprendieron que Cristo mismo, en Su Cruz, tiene Su Trono en la celebración Eucarística legada en la noche del Jueves Santo.

La devoción a San Expedito se ha ido difundiendo especialmente en la época moderna. Se recogen noticias de su devoción hacia mediados del siglo XVII en Sicilia, especialmente, en las ciudades de Mesina y Arcireale, donde en 1781 fue declarado segundo patrono de la ciudad y patrono especial de comerciantes y navegantes, y también protector para obtener rápida solución a los problemas urgentes. En nuestros tiempos, infinidad de Iglesias tienen imágenes de nuestro santo, y rinden culto a su devoción.

san expeditoFuente: http://www.reinadelcielo.org/san-expedito-devocion-e-historia/

«La Divina Misericordia en mi alma» – Diario de Santa Faustina Kowalska

«La Divina Misericordia en mi alma» – Diario de Santa Faustina Kowalska

¿Queremos aprender sobre la Divina Misericordia?  ¡Acá los dejo con la experta!

Santa Faustina es apóstol de la Misericordia de Dios. Una persona pequeña. Pero de las pequeñas personas gigantescas. Santa amiga si la hay, a quien les aconsejo que acudan siempre pidiendo su poderosa intercesión. Amiga de los santos perfumes celestiales, siempre dispuesta a que un alma se salve. La Divina Misericordia se le hizo carne por la privilegiada convivencia cotidiana con el Señor de la Misericordia en persona.

Les dejo para descargar su diario, para que lo saboreen de a poco. Nútranse de esta fuente inagotable del amor del Señor.


Para descargar click en la imagen:

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Novena a la Divina Misericordia

Novena a la Divina Misericordia

Sor Faustina escribió en su Diario: El Señor me pidió que rezara este rosario (la coronilla) durante los nueve días que preceden a la Fiesta de la Misericordia, comenzando el día de Viernes Santo. Entonces, me dijo: Por esta novena concederé todas las gracias posibles a las almas (11, 197). También se puede hacer esta novena en otros momentos y por cualquier necesidad.

Palabras de Nuestro Señor que Sor Faustina tomó por escrito:
Deseo que durante estos nueve días encamines almas hasta el manantial de Mi misericordia, para que encuentren allí la fortaleza, el refugio y toda aquella gracia que necesiten en las penalidades de la vida, y especialmente en la hora de la muerte. Cada día traerás a Mi corazón un grupo de almas diferentes y las sumergirás en el océano de Mi misericordia y Yo conduciré todas esas almas a la mansión de Mi Padre… Todos los días implorarás a Mi Padre gracias para esas almas en atención a los méritos de mi amarga Pasión.

Yo (Sor Faustina) contesté: Jesús, no sé cómo hacer esta novena y qué almas traer al abrigo de Tu Compasivo Corazón. Jesús contestó que El me haría saber qué almas encaminar hasta su corazón cada día. (Diario HI, pp. 57-65)

Tiene Indulgencia Plenaria, establecida por Juan Pablo II para toda la Iglesia el segundo Domingo de Pascua, tal como pidió Jesús en el Diario de Santa Faustina.

Al final de la página encontrarán el archivo para descargar e imprimir:


NOVENA A LA DIVINA MISERICORDIA

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Se rezan las oraciones del día y se finaliza con la Coronilla de la Divina Misericordia.

PRIMER DÍA

Hoy tráeme a todo el género humano, especialmente a los pecadores y sumérgelos en el océano de Mi misericordia. De esta forma me consolarás de la honda pesadumbre en que me sume la pérdida de las almas.

ORACION

Misericordiosísimo Jesús, cuya prerrogativa es tener compasión de nosotros y perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en Tu bondad infinita. Acógenos en la morada de Tu Piadosísimo Corazón y no permitas que salgamos jamás de el. Te lo pedimos por el amor que te une al Padre y al Espíritu Santo.

Padre Eterno, vuelve Tu compasiva mirada hacia todo el género humano y en especial hacia los pobres pecadores, todos unidos en el Piadosísimo Corazón de Jesús. Por los méritos de Su dolorosa Pasión, muéstranos Tu misericordia, para que alabemos la omnipotencia de Tu misericordia, por los siglos de los siglos. Amén.

SEGUNDO DÍA

Hoy tráeme las almas de los sacerdotes y religiosos y sumérgelas en Mi misericordia insondable. Fueron ellos los que me dieron fortaleza para soportar hasta el fin las amarguras de Mi Pasión. A través de ellos, como por canales, Mi misericordia fluye hasta los hombres.

ORACION

Misericordiosísimo Jesús, de quien procede toda bondad, multiplica Tus gracias sobre las religiosas consagradas a Tu servicio, para que puedan hacer obras dignas de misericordia; y que todos aquellos que las vean, glorifiquen al Padre de Misericordia que está en el cielo.

Padre Eterno, vuelve Tu mirada misericordiosa hacia el grupo elegido en Tu viña – hacia las almas de sacerdotes y religiosos -; dótalos con la fortaleza de Tus bendiciones. Por el amor del corazón de Tu Hijo, en el cual están unidos, impárteles Tu poder y Tu luz, para que guíen a otros en el camino de la salvación y con una sola voz canten alabanzas a tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

TERCER DÍA

Hoy tráeme a todas las almas devotas y fieles y sumérgelas en el océano de Mi misericordia. Ellas me confortaron a lo largo del Vía Crucis. Fueron gota de consuelo en un océano de amargura.

ORACION

Misericordiosísimo Jesús, del tesoro de Tu misericordia distribuye Tus gracias a raudales entre todos y cada uno de nosotros. Acógenos en el seno de Tu Compasivísimo Corazón y no permitas que salgamos nunca. Te imploramos esta gracia en virtud del más excelso de los amores; aquel con el que Tu corazón arde tan fervorosamente por el Padre Celestial.

Padre Eterno, vuelve Tu piadosa mirada hacia las almas fieles, pues que guardan el legado de Tu Hijo. Por los méritos y dolores de Su Pasión, concédeles Tu bendición y tenlos siempre bajo Tu tutela. Que nunca claudique su amor o pierdan el tesoro de nuestra santa fe, sino que, con todo el ejército de Angeles y Santos, glorifiquen tu infinita misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

CUARTO DÍA

Hoy tráeme a los que no creen en mí1 y a los que todavía no me conocen. Pensaba en ellos durante las angustias de Mi Pasión, y su futuro fervor servía de consuelo a Mi corazón. Sumérgelos en el océano de Mi misericordia.

ORACION

Piadosísimo Jesús, Tú que eres Luz del género humano, recibe en la morada de Tu corazón lleno de compasión, las almas de aquellos que todavía no creen en Ti, o que no te conocen. Que los rayos de Tu gracia los iluminen para que también, unidos a nosotros, ensalcen tu maravillosa misericordia; y no los dejes salir de la morada de Tu corazón desbordante de piedad.

Padre Eterno, vuelve Tu piadosa mirada a las almas de aquellos que no creen en Tu Hijo y las de aquellos que todavía no te conocen pero anidan en el Compasivo Corazón de Jesús. Aproxímalos a la luz del Evangelio. Estas almas desconocen la gran felicidad que es amarte. Concédeles que también ellos ensalcen la generosidad de Tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

QUINTO DÍA

Hoy tráeme las almas de nuestros hermanos separados y sumérgelas en el océano de Mi misericordia. Durante las angustias de Mi Pasión desgarraron Mi Cuerpo y Mi Corazón, es decir, mi Iglesia. A medida que se reincorporan a ella, Mis heridas cicatrizan y de esta forma sirven de bálsamo a Mi Pasión.

ORACION

Misericordiosísimo Jesús, que eres la Bondad misma, no niegues la luz a aquellos que Te buscan. Recibe en el seno de tu corazón desbordante de piedad las almas de nuestros hermanos separados. Encamínalos, con la ayuda de Tu luz, a la unidad de la Iglesia y no los dejes marchar del cobijo de Tu Compasivo Corazón, todo amor; haz que también ellos lleguen a glorificar la generosidad de Tu misericordia.

Padre Eterno, vuelve tu piadosa mirada hacia las almas de nuestros hermanos separados, especialmente hacia las almas de aquellos que han malgastado Tus bendiciones y abusado de Tus gracias, manteniéndose obstinadamente en el error. También a ellos da cobijo el Corazón misericordiosísimo de Jesús; no mires sus errores, sino el amor de Tu Hijo y los dolores de la Pasión que sufrió y que aceptó por su bien. Haz que glorifiquen Tu gran misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

SEXTO DÍA

Hoy tráeme las almas mansas y humildes y las almas de los niños pequeños y sumérgelas en Mi misericordia. Son éstas las más parecidas a Mi corazón. Me proporcionaron fortaleza durante Mi amarga agonía, puesto que las veía como Angeles terrestres, velando junto a Mis altares. Derramo sobre ellas gracias torrenciales, porque sólo el alma humilde es capaz de recibir Mi gracia. Distingo a las almas humildes con Mi confianza.

ORACION

Misericordiosísimo Jesús, que dijiste: Aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón. Acoge en el seno de Tu corazón desbordante de piedad a todas las almas mansas y humildes y las de los niños pequeños. Estas almas son la delicia de las regiones celestiales y las preferidas del Padre Eterno, pues se recrea en ellas muy particularmente. Son como un ramillete de florecillas que despidieran su perfume ante el trono de Dios. El mismo Dios se embriaga con su fragancia. Ellas encuentran abrigo perenne en Tu Piadosísimo Corazón, Oh Jesús, y entonan, incesantemente himnos de amor y gloria.

Padre Eterno, vuelve Tu mirada llena de misericordia hacia estas almas mansas, hacia estas almas humildes y hacia los niños pequeños acurrucados en el seno del corazón desbordante de piedad de Jesús. Estas almas se asemejan más a Tu Hijo. Su fragancia asciende desde la tierra hasta alcanzar Tu Trono, Señor. Padre de misericordia y bondad suma, Te suplico, por el amor que Te inspiran estas almas y el gozo que Te proporcionan: Bendice a todo el género humano, para que todas las almas a la par entonen las alabanzas que a Tu misericordia se deben por los siglos de los siglos. Amén.

SÉPTIMO DÍA

Hoy tráeme las almas que veneran y glorifican especialmente Mi misericordia3 y sumérgelas en Mi misericordia. Ellas sintieron los sufrimientos de Mi Pasión y penetraron en Mi espíritu más profundamente que ninguna otra. Son vivo reflejo de Mi piadoso corazón, y resplandecerán con esplendor especial en la vida futura. Ninguna de ellas sufrirá el tormento del fuego eterno, porque las defenderé con particular empeño a la hora de la muerte.

ORACION

Misericordiosísimo Jesús, cuyo Tu corazón es el amor mismo, recibe en el seno de Tu corazón piadosísimo las almas de aquellos que de una manera especial alaban y honran la grandeza de Tu misericordia. Son poderosas con el poder de Dios mismo. En medio de las dificultades y aflicciones siguen adelante, confiadas en Tu misericordia; y unidas a Ti, Oh Jesús, portan sobre sus hombros a todo el género humano; por ello no serán juzgadas con severidad, sino que Tu misericordia las acogerá cuando llegue el momento de partir de esta vida.

Padre Eterno, vuelve Tu mirada sobre las almas que alaban y honran Tu Atributo Supremo, Tu misericordia infinita, guarecidas en el Piadosísimo Corazón de Jesús. Estas almas viven el Evangelio con sus manos rebosantes de obras de misericordia y su corazón, desbordante de alegría, entona cánticos de alabanza a Ti, Altísimo Señor, exaltando tu misericordia. Te lo suplico Señor: Muéstrales Tu misericordia, de acuerdo con la esperanza y confianza en Ti depositada. Que se cumpla en ellos la promesa hecha por Jesús, al expresarles que durante su vida, pero sobre todo a la hora de la muerte, aquellas almas que veneraron Su infinita misericordia, serían asistidas por El, pues ellas son su gloria. Amén.

OCTAVO DIA

Hoy tráeme las almas que están detenidas en el purgatorio y sumérgelas en las profundidades de Mi misericordia. Que Mi Sangre, cayendo a chorros, apacigüe las llamas en que se abrasan. Todas estas almas me son muy queridas. Ellas pagan el castigo que se debe a Mi justicia. En tu poder está socorrerlas. Saca todas las indulgencias del tesoro de Mi Iglesia y ofrécelas por ellas. Oh, si supieras qué tormentos padecen, ofrecerías continuamente por ellas las limosnas del espíritu y saldarías las deudas que tienen con Mi justicia.

ORACION

Misericordiosísimo Jesús, que exclamaste ¡misericordia! introduzco ahora en el seno de tu corazón desbordante de misericordia, las almas del purgatorio, almas que tanto aprecias pero que, no obstante,. han de pagar su culpa. Que el manantial de Sangre y Agua que brotó de Tu corazón apague las llamas purificadoras para que, también allí, el poder de Tu misericordia sea glorificado.

Padre Eterno, mira con ojos misericordiosos a estas almas que padecen en el purgatorio y que Jesús acoge en Su corazón, desbordante de piedad. Te suplico, por la dolorosa Pasión que sufrió Tu Hijo, y por toda la amargura que anegó Su sagradísima alma: Muéstrate misericordioso con las almas que se hallan bajo Tu justiciera mirada. No los mires de otro modo, sino sólo a través de las heridas de Jesús, Tu Hijo bien amado; porque creemos firmemente que Tu bondad y compasión son infinitas. Amén.

NOVENO DIA

Hoy tráeme las almas tibias4 y sumérgelas en las profundidades de Mi misericordia. Ellas fueron las que más laceraron, Mi corazón. Por su indiferencia Mi alma padeció un terrible hastío en el Huerto de los Olivos. Ellas me hicieron gritar: «Padre, si quieres, aparta de Mi este cáliz». La última esperanza de salvación para ellas estriba en apelar a Mi misericordia.

ORACION

Piadosísimo Jesús, que eres la piedad misma, traigo hoy al seno de Tu Compasivo Corazón a las almas enfermas de tibieza. Que el puro amor que Te inflama encienda en ellas de nuevo la llama de Tu amor, y no vuelva el peso muerto de su indiferencia a abrumarte con su carga. Oh Jesús, todo compasión, ejerce la omnipotencia de Tu Misericordia, y atráelas a Ti, que eres llama de amor viva y haz que ardan con santo fervor, porque Tú todo lo puedes.

Padre Eterno, mira con ojos misericordiosos a estas almas que a pesar de todo, Jesús cobija en el seno de Su corazón lleno de piedad. Padre de Misericordia, te ruego, por los sufrimientos que Tu hijo padeció, y por Sus tres largas horas de agonía en la Cruz: que ellas también glorifiquen el mar sin fondo de Tu misericordia. Amén.

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Fuentehttp://www.corazones.org/jesus/divina_misericordia_novena.htm

Contemplar los iconos .10- La crucifixión del Señor

Contemplar los iconos .10- La crucifixión del Señor

En el quinto y último misterio doloroso, «La crucifixión y muerte de Nuestro Señor».

Este Icono tiene la peculiaridad de que todos los integrantes son personas orantes. Había mucha gente en el Monte Calvario. Pero los iconoclastas solo han dejado a las personas que habían sido tocadas por Dios en su corazón.

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Por supuesto, Jesus está en el centro de la imagen. Raramente aparece sangre sobre su cuerpo. En pocas ocasiones solo aparecen unas gotas en su costado herido por la lanza, aunque este no es el caso.

La postura de los brazos siempre es la misma, las palmas de las manos hacia arriba. Símbolo de total abandono y de entrega en los brazos de su Padre que esta esperando su regreso al trono de los cielos. Jesus se hace pequeño, humildísimo y pequeño frente a los tormentos y la muerte. Ha quedado reducido a la nada misma en manos del mundo que lo ha matado, pero sus brazos elevados nos hablan de que todavía no ha terminado. Nada ha terminado.

Está de pie sobre un montículo árido y yermo. ¿Recuerdan el monte de oración de iconos anteriores? Recordemos que el monte se menciona siempre en el Antiguo Testamento para referirse a lugares de oración donde se «sube» al encuentro con Dios.

Habíamos dicho que mientras Jesús estuvo en la tierra esos montes aparecen en la iconoclasia como lugares vacíos porque ya no es necesario subir a encontrarse con Dios, pues estaba en la tierra. Por ejemplo lo habíamos visto en el caso del Icono de la oración en el huerto, el montículo esta allí, vacío. Jesus ora, pero todavía no sube a él.

portada

Icono de la Oración en el huerto.

En cambio, en el icono de la crucifixión, volvemos a tener esta imagen de monte árido de oración, pero esta vez lo ha llenado Jesus, que ha subido al Padre en la oración más profunda de la historia. Allí, en el Calvario, en aquel monte de la soledad y el abandono más profundo es donde a partir de ahora debemos subir todos para el encuentro con Dios.

muerte

Y dos detalles, la tierra se ha rasgado, aprontándose para recibir al Señor que no se irá sin antes descender a los abismos. Allí, en la entrada, bajo los pies de Jesus, la muerte que ha sido vencida. Bajo sus pies ha quedado subyugada por Quien manda sobre la vida y la muerte.

Los acompañantes del Crucificado suelen ser en muchos iconos la Santísima Virgen y San Juan. Hemos elegido otra versión que también es frecuente, donde aparecen más personas, y como ya dijimos, todos orantes.

A la derecha de Jesús esta su Madre, con manto rojo. Ella también ha sido una mártir. Su Corazón sangra junto con el de su Hijo: «Una espada atravesará tu corazón» le había anunciado el anciano Simeón, y así ha sido. El vestido negro es señal de luto. Pero no esta sola, la acompañan el resto de las mujeres que acompañaban a Jesús. También con manto negro, María Magdalena esta de luto por la muerte del amado.

Lo mismo se repite en San Juan, cuya túnica tambien es de color negro. Todos los acompañantes tienen esto en común, como también el tono marrón en sus vestimentas. Este color marrón terroso es símbolo de la humildad. Incluso su Madre, con ese rojo que no es intenso sino con tonalidades terrosas.

guardiaFinalmente, el personaje detras de Juan, que tambien esta en oración. El centurión levanta su mano y reconoce que

«verdaderamente, este era el hijo de Dios»


1- La Anunciación

2- La Visitación

3- La Natividad 

4- La presentación del Niño en el Templo

5- Jesus entre los doctores de la ley

6- Oración de Jesus en el huerto

7- La Flagelación del Señor

8- La Coronación de espinas

9- Jesus con la cruz a cuestas

La hora santa en el huerto de Getsemaní.

La hora santa en el huerto de Getsemaní.

Hermanos míos, quiero dejarles hoy una devoción que practico hace años. La aprendí de las hermanas salesas de la Visitación, cuando me consagré como guardia de honor del Sagrado Corazón de Jesús. Una práctica muy preciada que todos pueden realizar en los conventos de la orden de las Visitantadinas.

Esta devoción no es obligatoria, y aunque está dirigida a los Guardias de Honor todos pueden practicarla. Pío XI facilitó el tiempo para la Hora Santa al fijarlo desde la puesta del sol hasta su salida, aunque la hora más indicada es la de once a doce en la noche del jueves a viernes. Cualquier lugar es válido aunque es preferible la Iglesia y ante el sagrario a ser posible, para acompañar aquella agonía de Nuestro Señor en Getsemaní.

Les dejo el archivo descargable al final de la página.


LA HORA SANTA

La devoción de la hora santa tuvo su origen en la oración que Jesús hizo en Getsemaní la víspera de su muerte en la noche del Jueves al Viernes Santo. Consiste en pasar una hora entera de oración de once a doce, en la noche del jueves al viernes de cada semana, como Nuestro Señor mismo lo pidió a su fiel sierva Santa Margarita María.

Por un rescripto de la Sagrada Congregación del Concilio (16-III-1954). La Hora Santa puede hacerse el viernes hasta media noche.

El ejercicio siguiente fue compuesto por la Venerada Hermana María del Sagrado Corazón, Bernaud, Fundadora de la Guardia de Honor.

PREPARACIÓN

¡Oh amantísimo Jesús inmolado por nosotros, amado Salvador nuestro! Permite que me arrodille a tu lado en el Huerto de los Olivos y que pase íntimamente unido a tu Corazón agonizante la Hora Santa que has pedido a tu fiel sierva Santa Margarita María.

Concédeme, ¡oh adorable Salvador! una íntima participación de tus incomprensibles dolores y de los sentimientos de compasión que llenaron el alma de tu Santísima Madre en aquella noche de mortales angustias. Te ofrezco para suplir mi insuficiencia los afectos de esta Santa Madre, los de Santa Margarita María y de las almas que más te han consolado en este misterio de dolor y de amor; y en fin, de tus fieles guardias de honor, que en esta misma hora se asocian a las tristezas de tu santísima alma en el Huerto de Getsemaní.

¡Oh Jesús! Oh dulcísimo y alfigidísimo Dueño, súfreme en tu presencia… escúchame… bendíceme… y anégame en el océano de amargura que va a invadir y sumergir tu dulcísimo corazón. Amén.

PRIMER CUARTO DE HORA

“Mi alma esta triste hasta la muerte”

Consideremos la gran víctima de amor, Jesús, el Cordero Inmaculado, presentando se a la faz de su Padre cargado con todas las iniquidades del mundo. “Tomó sobre sí nuestros pecados”, dice San Pablo. “Se hizo nuestro fiador”; debe pagar nuestras deudas hasta el último maravedí…

Todas la abominaciones, impurezas, traiciones… todos los atentados, iniquidades, sacrilegios… todos los crímenes, en fin, que han manchado y mancharán la humanidad entera… ¡Él, la santidad infinita, se ve cubierto de una lepra horrorosa!…

Bajo este manto de ignominia cae de rodillas para confesar, en el tribunal de justicia divina, todos los pecados de los hombres.

No solamente los confiesa uno a uno, sino que concibe de ellos una vergüenza inexplicable y una contrición infinita, implorando desde el fondo del abismo de humillación y del dolor en que esta sumergido el más humilde perdón…

Y el pecado, ese cenegal impuro, este mal abominable del cual se siente como impregnado en las profundidades de su ser, pone en tal angustia al nobilísimo Hijo de Dios, que cayendo con la faz en tierra exclama: “Mi alma está triste hasta la muerte”.

¡Mi alma está triste hasta la muerte!

¡Ah! A nuestra vez imitemos al Divino Penitente… ¡ay!, ¡cuantas iniquidades veremos en nuestra vida!… Hagamos aquí un serio examen sobre nosotros mismos, sobre nuestro triste pecado… ¡Recojámonos, hagamos nuestro su dolor y oremos!…

Acto de contrición: Yo pecador.

Dulcísimo Cordero que borras los pecados del mundo, presérvanos para siempre de este único y soberano mal… Por la mortal aflicción a que te redujeron nuestras iniquidades en Getsemaní, haznos concebir un gran dolor de todos lo pecados de nuestra vida y la enérgica resolución de no ofenderte más en adelante.

¡Perdón Señor!, para nosotros; perdón para todos los pobres pecadores, nuestros hermanos.

Se puede cantar algún cántico penitencial.

SEGUNDO CUARTO DE HORA

“Padre, si es posible, pase de Mi este cáliz”

No solamente Jesucristo se ha revestido de nuestras ignominias y las ha confesado a la Majestad Divina, sino que debe expiarlas: en su Corazón durante las agonías del Huerto, en su carne sobre la Cruz.

Es primeramente sobre el Corazón santísimo de su amado Hijo, donde el Padre va a descargar los dardos de su indignación, ejercitar los rigores de su justicia.

Consideremos a Jesús, el dulce cordero, la mansedumbre infinita, atemorizado a la vista de su Padre irritado.

El espanto, el disgusto, la tristeza, se apoderan de su santísima alma. Comienza a tener miedo, pavere, al ver los tormentos que le esperan; a sentir un tedio mortal, taedere, causado por la ingratitud de los hombres y l inutilidad de su Pasión para tantos de ellos… a ser traspasado de una amarga tristeza, considerando los innumerables pecados de que se ve cubierto.

Y la santísima alma del Salvador, temblorosa, fuera de sí, pide gracia: “Padre, si es posible, que pase lejos de Mi este cáliz”. Su espíritu se turba, su cuerpo se estremece y destila un sudor mezclado de sangre, cuyas gotas rocían la tierra.

Escuchemos lo que Nuestro Señor mismo dijo a Santa Margarita María de la lucha formidable que sostuvo en Getsemaní:

“Comparecí, dijo, ante la santidad de Dios, que sin tener en consideración mi inocencia me hirió con su ira, haciéndome beber el cáliz que contenía la hiel y la amargura de su justa indignación, como si hubiese olvidado el nombre de Padre para sacrificarme en su justa cólera”.

“No hay ninguna criatura, añadió Nuestro Señor, que pueda comprender la intensidad de los tormentos que Yo sufrí entonces, y este mismo dolor es el que el alma criminal experimenta cuando está delante del Tribunal de la Santidad divina, que descarga sobre ella, la hiere, la oprime y la abisma en su justa indignación”.

¡Oh!, pensemos que llegará un día en el cual nosotros también deberemos presentarnos ante la Santidad de Dios; preparémonos a sufrir todos los rigores, pues: “Si así es tratado el leño verde, ¿qué será del leño seco?”.

Y sobre todo seamos indulgentes y misericordiosos con nuestros hermanos… no los juzguemos y no seremos juzgados, porque con la misma medida que midiéramos se nos medirá.

Señor, pequé, ten misericordia de mí.

TERCER CUARTO DE HORA

“Qué, ¿no han podido velar una hora conmigo?”

La Victima Santa, toda inundada de su sangre, se levanta y va a buscar consoladores… ¡ay! El gran abandono de Getsemaní estaba solo para pisar el lagar… Sus tres más amados, sus íntimos, sus amigos Pedro, Santiago y Juan dormían a algunos pasos; ¿quién puede expresar el dolor que sintió Jesús con tal abandono… en tal hora… en aquel lugar? Pero su Corazón amantísimo debía conocer todos los dolores, cubrirnos con todas las indulgencias. “Cómo, ¿no han podido velar una hora conmigo?” ¡Que dulce reproche!… seguido de tan caritativa advertencia: “¡Velen y oren para que no entren en tentación!”…

¡Oh! Maestro agonizante y siempre pacientísimo y benigno, no permitas que tus escogidos, tus Guardias de Honor se duerman jamás cobardemente en el Puesto de Amor donde los has colocado tan misericordiosamente.

En tu Sagrario, como en el Huerto de los Olivos, sufres aun todos los horrores de una lenta agonía. Las traiciones te persiguen allí, la ingratitud de los hombres te hace gemir, lloras nuestros crímenes, los confiesas noche y día a tu Padre Celestial…

¡Oh Jesús! Jesús dulcísimo, que nos has invitado a consolar tus divinos abandonos, haznos vigilantes generosos y plenamente consagrados a tu Sagrado Corazón.

Enseñanos a velar y orar, a fin de no caer en tentación y líbranos de todos los peligros de la hora presente. Por los dolorosos abandonos de tu Corazón en Getsemaní, ten piedad, Jesús mio, de los corazones afligidos.

CONSUÉLALOS, SOSTENLOS, SANTIFÍCALOS EN LA PRUEBA

Piedad también, Señor, para los agonizantes y para nosotros mismos cuando llegue la hora temible en que deberemos aparecer ante Vos y recibir la sentencia que nos hará dichosos o desgraciados por toda la eternidad.

ULTIMO CUARTO DE HORA

“He aquí que el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levantémonos, vamos!”.

Por tres veces había orado Jesús diciendo: “Padre, si es posible, pase de Mi este cáliz”, añadiendo al momento: “No se haga mi voluntad, Padre mío sino la tuya”.

Esa voluntad santa era que el adorable agonizante marchase a la muerte: “porque la muerte es el estipendio del pecado”. Levantémonos, dijo a sus Apóstoles, y vamos. ¿A dónde, amantísimo Maestro y Señor?

Al beso de Judas, al Pretorio, a la columna, al Calvario, al patíbulo infame.

Y adelantándose hacia la tropa enemiga que venía a prenderle: “¿A quién buscan?”, le dijo -A Jesús Nazareno-, “Yo soy”.

¡Oh gran combatiente de amor! ¡Oh luchador magnánimo que nos invitas a seguirte! ¡VÉNOS AQUÍ! Tus guardias de honor te harán buena escolta; ellos subirán con Vos a la montaña de los dolores que es el monte de los amantes.

Bajo tus ordenes, ¡Oh rey inmortal de los siglos!, quieren combatir el buen combate, vencer al príncipe de las tinieblas, triunfar del mundo, morir resueltamente a sí mismos, para vivir únicamente en Vos.

Vamos y muramos con Él.

Transportados en espíritu al Calvario adoremos al Divino Ajusticiado expirando en el árbol de la Cruz, es el Amor muriendo de Amor. ¡Ah! ¿No viviremos en adelante para amarle a Él solo? Sí, en retorno nos daremos, nos entregaremos enteramente a Jesús y por Él, con Él y en Él a todos los divinos quereres. Unamos nuestras pequeñas inmolaciones a su inmolación incesante sobre los altares. Volvamos, en fin, abnegación por abnegación, amor por amor, al Corazón Herido de Jesús y entremos en pos de la Santísima Virgen María, de San Juan y de la Santa Magdalena, en su Llaga adorable y suavísima para no salir de ella jamás:

Aquí esta mi descanso.

CONCLUSIÓN

Padre Santo que has amado tanto al mundo, que le has dado y sacrificado tu Hijo único, te bendecimos por esta incomprensible misericordia. No pudiendo hacerlo dignamente, es por el Corazón de nuestra dulce y santa Víctima por quien te manifestaremos nuestro agradecimiento; después de haberse hecho nuestra Redención se hará también nuestra acción de gracias.

Y vos ¡oh Salvador, oh cordero, oh nuestro amor inmolado! Sé alabado, bendecido, glorificado en todos los siglos por haberte sacrificado para salvar a tus pobres criaturas.

Por el Corazón de María inmolado al pie de la Cruz, con la voz elocuente de sus lágrimas de Madre y de víctima, te damos gracias y te prometemos, ¡oh Jesús! Huir el pecado, combatir nuestras perversas inclinaciones, vencer nuestras repugnancias al bien y nuestras inclinaciones al mundo y sus falsos placeres, repitiendo con tu fiel amante Santa Margarita María:

“El amor divino me ha vencido.
Él solo poseerá mi corazón”.

Amen.


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Novena a San José

Novena a San José

Hoy, 10 de Marzo iniciamos la novena a nuestro querido San José, quien goza de especial privilegio en el cielo por el amor y cuidado que ha dado a la Sagrada Familia. Por su devoción de esposo casto y protector, y por su vocación de padre ejemplar, nos encomendamos a su poderosa intercesión, y a su amorosa protección.

¡San José, ruega por nosotros!

(Al final de la entrada encontrarán el documento descargable como siempre).


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Oración Inicial de todos los días

Hacer la señal de la cruz.

Santísima Trinidad, Padre Hijo y Espíritu Santo, tres personas distintas un solo Dios verdadero, en quien creo y espero y a quien amo con todo mi corazón. Te doy gracias por haber honrado sobre todos los santos a San José con la dignidad incomparable de padre adoptivo de Jesús, Hijo de Dios, y esposo verdadero de María, Madre de Dios. Ayúdame a honrarle y merecer su protección en vida y en la hora de la muerte.

San José patrón de la Iglesia, jefe de la Sagrada Familia, te elijo por padre y protector en todo peligro y en toda necesidad. Descubre a mi alma la pureza de tu corazón, tu santidad para que la imite y tu amor para agradecerte y corresponderte. Enséñame a orar, tu que eres maestro de oración y alcánzame de Jesús por María la gracia de vivir y morir santamente. Amén.

Día Primero: Fe de San José

La fe es una virtud sobrenatural que nos inclina a creer todo lo que Dios ha revelado y la Iglesia nos propone. Es la virtud sobre la que se apoyan todas las demás virtudes, pues sin ella no participamos de la vida de la gracia. San José creyó con una fe tan viva que sólo la Santísima Virgen pudo aventajarlo. Toda su vida fue verdaderamente una vida de fe, un acto continuo de fe.

Hacer Petición por la cual se ofrece la Novena

Oración Final de todos los días

¡ACUÉRDATE!

¡Acuérdate! Oh castísimo esposo de la Virgen María, dulce protector mío San José que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han invocado tu protección e implorado tu auxilio, haya quedado sin consuelo! Animado con esta confianza, vengo a tu presencia y me recomiendo fervorosamente a tu bondad. No desatiendas mis súplicas, oh padre adoptivo del Redentor, antes bien acógelas propicio y dígnate socorrerme con piedad. Amén.

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Día Segundo: Fervor de San José

El fervor es la prontitud de la voluntad en el servicio de Dios. San José, siervo bueno y fiel, siempre vivió y trabajó por hacer con perfección y diligencia la voluntad de Dios, aunque le ocasionara grandes sacrificios. Los que aman como San José están dispuestos a sacrificar todo cuanto el Señor les pida.

Día Tercero: Amor de San José al prójimo

El amor con que amamos a Dios y el amor con que amamos al prójimo es un solo amor: son dos ramas de una misma raíz porque si al prójimo no le amamos por Dios y con Dios no le amamos con amor verdadero.

El amor de San José a Dios es el mayor que se puede encontrar después de la Virgen María; su amor al prójimo, por tanto, es también el mayor después del de la reina del Cielo.

Día Cuarto: Prudencia de San José

La prudencia es al virtud que dirige todas las cosas a buen fin. Ninguna virtud obra sin que ella le ordene el modo y el tiempo en que debe hacerlo.La prudencia sirvió de guía a san José para llevar a cabo felizmente la misión del Señor de ser custodio de Jesús y esposo de María, a pesar de los grandes trabajos y contradicciones que halló a su paso.

Día Quinto: Fortaleza de San José

La fortaleza es una firmeza de ánimo, una presencia de espíritu, contra todos los males y contrariedades. La vida de San José, después de la de Jesús y María, fue la que mayores contradicciones experimentó; debía ser también varón fuerte. Belén, Nazaret, Egipto, demostraron el heroísmo de la fortaleza del Santo, que sufrió con constancia todos los dolores y trabajos de su vida.

Día Sexto: Pureza de San José

San José fue custodio de Cristo Jesús, y verdadero esposo de la más pura criatura, María Madre de Dios. San José apareció a los ojos de Dios adornado con tanta pureza que el Señor le confió sus más grandes tesoros. Con este ejemplo sublime de pureza. ¿No nos animaremos a ser puros en pensamientos, palabras y obras?

Día Séptimo: Pobreza de San José

Bienaventurados son los pobres de Cristo, que viven desprendidos de los bienes de este mundo y dan a sus hermanos aún de lo preciso. San José tenía ante sí el ejemplo de María y el ejemplo de Jesús, hijo de Dios, que para predicar el desprendimiento y amor a la pobreza se hizo pobre, teniendo por cuna un pesebre en su nacimiento. Vivió pobre San José y dio de su pobreza a los  más necesitados.

Día Octavo: Paciencia de San José

Es esta una virtud que nos hace sobrellevar con alegría y paz todos los males de la vida por amor de Dios. Es necesaria la paciencia para alcanzar el cielo; y no hay virtud de mas frecuente ejercicio desde que existe el pecado. En la vida de san José hubo muchas penas pero él padeció con paz, con alegría y completamente resignado a la voluntad de Dios.

Día Noveno: Conformidad de San José con la voluntad de Dios

Todos tenemos absoluta necesidad de esta santa virtud, pues con ella nuestra vida se hace un cielo y sin ella se vuelve un infierno. San José, modelo acabado de toas las virtudes, lo es especialmente de la conformidad con la voluntad de Dios. Toda su vida sembrada de alegrías y de penas, es escogido por Dios Padre para que hiciese sus veces en la Sagrada Familia, asociado a la suerte de Jesús y de María, practicó constantemente esta virtud.

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