«La Divina Misericordia en mi alma» – Diario de Santa Faustina Kowalska

«La Divina Misericordia en mi alma» – Diario de Santa Faustina Kowalska

¿Queremos aprender sobre la Divina Misericordia?  ¡Acá los dejo con la experta!

Santa Faustina es apóstol de la Misericordia de Dios. Una persona pequeña. Pero de las pequeñas personas gigantescas. Santa amiga si la hay, a quien les aconsejo que acudan siempre pidiendo su poderosa intercesión. Amiga de los santos perfumes celestiales, siempre dispuesta a que un alma se salve. La Divina Misericordia se le hizo carne por la privilegiada convivencia cotidiana con el Señor de la Misericordia en persona.

Les dejo para descargar su diario, para que lo saboreen de a poco. Nútranse de esta fuente inagotable del amor del Señor.


Para descargar click en la imagen:

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Novena a la Divina Misericordia

Novena a la Divina Misericordia

Sor Faustina escribió en su Diario: El Señor me pidió que rezara este rosario (la coronilla) durante los nueve días que preceden a la Fiesta de la Misericordia, comenzando el día de Viernes Santo. Entonces, me dijo: Por esta novena concederé todas las gracias posibles a las almas (11, 197). También se puede hacer esta novena en otros momentos y por cualquier necesidad.

Palabras de Nuestro Señor que Sor Faustina tomó por escrito:
Deseo que durante estos nueve días encamines almas hasta el manantial de Mi misericordia, para que encuentren allí la fortaleza, el refugio y toda aquella gracia que necesiten en las penalidades de la vida, y especialmente en la hora de la muerte. Cada día traerás a Mi corazón un grupo de almas diferentes y las sumergirás en el océano de Mi misericordia y Yo conduciré todas esas almas a la mansión de Mi Padre… Todos los días implorarás a Mi Padre gracias para esas almas en atención a los méritos de mi amarga Pasión.

Yo (Sor Faustina) contesté: Jesús, no sé cómo hacer esta novena y qué almas traer al abrigo de Tu Compasivo Corazón. Jesús contestó que El me haría saber qué almas encaminar hasta su corazón cada día. (Diario HI, pp. 57-65)

Tiene Indulgencia Plenaria, establecida por Juan Pablo II para toda la Iglesia el segundo Domingo de Pascua, tal como pidió Jesús en el Diario de Santa Faustina.

Al final de la página encontrarán el archivo para descargar e imprimir:


NOVENA A LA DIVINA MISERICORDIA

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Se rezan las oraciones del día y se finaliza con la Coronilla de la Divina Misericordia.

PRIMER DÍA

Hoy tráeme a todo el género humano, especialmente a los pecadores y sumérgelos en el océano de Mi misericordia. De esta forma me consolarás de la honda pesadumbre en que me sume la pérdida de las almas.

ORACION

Misericordiosísimo Jesús, cuya prerrogativa es tener compasión de nosotros y perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en Tu bondad infinita. Acógenos en la morada de Tu Piadosísimo Corazón y no permitas que salgamos jamás de el. Te lo pedimos por el amor que te une al Padre y al Espíritu Santo.

Padre Eterno, vuelve Tu compasiva mirada hacia todo el género humano y en especial hacia los pobres pecadores, todos unidos en el Piadosísimo Corazón de Jesús. Por los méritos de Su dolorosa Pasión, muéstranos Tu misericordia, para que alabemos la omnipotencia de Tu misericordia, por los siglos de los siglos. Amén.

SEGUNDO DÍA

Hoy tráeme las almas de los sacerdotes y religiosos y sumérgelas en Mi misericordia insondable. Fueron ellos los que me dieron fortaleza para soportar hasta el fin las amarguras de Mi Pasión. A través de ellos, como por canales, Mi misericordia fluye hasta los hombres.

ORACION

Misericordiosísimo Jesús, de quien procede toda bondad, multiplica Tus gracias sobre las religiosas consagradas a Tu servicio, para que puedan hacer obras dignas de misericordia; y que todos aquellos que las vean, glorifiquen al Padre de Misericordia que está en el cielo.

Padre Eterno, vuelve Tu mirada misericordiosa hacia el grupo elegido en Tu viña – hacia las almas de sacerdotes y religiosos -; dótalos con la fortaleza de Tus bendiciones. Por el amor del corazón de Tu Hijo, en el cual están unidos, impárteles Tu poder y Tu luz, para que guíen a otros en el camino de la salvación y con una sola voz canten alabanzas a tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

TERCER DÍA

Hoy tráeme a todas las almas devotas y fieles y sumérgelas en el océano de Mi misericordia. Ellas me confortaron a lo largo del Vía Crucis. Fueron gota de consuelo en un océano de amargura.

ORACION

Misericordiosísimo Jesús, del tesoro de Tu misericordia distribuye Tus gracias a raudales entre todos y cada uno de nosotros. Acógenos en el seno de Tu Compasivísimo Corazón y no permitas que salgamos nunca. Te imploramos esta gracia en virtud del más excelso de los amores; aquel con el que Tu corazón arde tan fervorosamente por el Padre Celestial.

Padre Eterno, vuelve Tu piadosa mirada hacia las almas fieles, pues que guardan el legado de Tu Hijo. Por los méritos y dolores de Su Pasión, concédeles Tu bendición y tenlos siempre bajo Tu tutela. Que nunca claudique su amor o pierdan el tesoro de nuestra santa fe, sino que, con todo el ejército de Angeles y Santos, glorifiquen tu infinita misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

CUARTO DÍA

Hoy tráeme a los que no creen en mí1 y a los que todavía no me conocen. Pensaba en ellos durante las angustias de Mi Pasión, y su futuro fervor servía de consuelo a Mi corazón. Sumérgelos en el océano de Mi misericordia.

ORACION

Piadosísimo Jesús, Tú que eres Luz del género humano, recibe en la morada de Tu corazón lleno de compasión, las almas de aquellos que todavía no creen en Ti, o que no te conocen. Que los rayos de Tu gracia los iluminen para que también, unidos a nosotros, ensalcen tu maravillosa misericordia; y no los dejes salir de la morada de Tu corazón desbordante de piedad.

Padre Eterno, vuelve Tu piadosa mirada a las almas de aquellos que no creen en Tu Hijo y las de aquellos que todavía no te conocen pero anidan en el Compasivo Corazón de Jesús. Aproxímalos a la luz del Evangelio. Estas almas desconocen la gran felicidad que es amarte. Concédeles que también ellos ensalcen la generosidad de Tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

QUINTO DÍA

Hoy tráeme las almas de nuestros hermanos separados y sumérgelas en el océano de Mi misericordia. Durante las angustias de Mi Pasión desgarraron Mi Cuerpo y Mi Corazón, es decir, mi Iglesia. A medida que se reincorporan a ella, Mis heridas cicatrizan y de esta forma sirven de bálsamo a Mi Pasión.

ORACION

Misericordiosísimo Jesús, que eres la Bondad misma, no niegues la luz a aquellos que Te buscan. Recibe en el seno de tu corazón desbordante de piedad las almas de nuestros hermanos separados. Encamínalos, con la ayuda de Tu luz, a la unidad de la Iglesia y no los dejes marchar del cobijo de Tu Compasivo Corazón, todo amor; haz que también ellos lleguen a glorificar la generosidad de Tu misericordia.

Padre Eterno, vuelve tu piadosa mirada hacia las almas de nuestros hermanos separados, especialmente hacia las almas de aquellos que han malgastado Tus bendiciones y abusado de Tus gracias, manteniéndose obstinadamente en el error. También a ellos da cobijo el Corazón misericordiosísimo de Jesús; no mires sus errores, sino el amor de Tu Hijo y los dolores de la Pasión que sufrió y que aceptó por su bien. Haz que glorifiquen Tu gran misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

SEXTO DÍA

Hoy tráeme las almas mansas y humildes y las almas de los niños pequeños y sumérgelas en Mi misericordia. Son éstas las más parecidas a Mi corazón. Me proporcionaron fortaleza durante Mi amarga agonía, puesto que las veía como Angeles terrestres, velando junto a Mis altares. Derramo sobre ellas gracias torrenciales, porque sólo el alma humilde es capaz de recibir Mi gracia. Distingo a las almas humildes con Mi confianza.

ORACION

Misericordiosísimo Jesús, que dijiste: Aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón. Acoge en el seno de Tu corazón desbordante de piedad a todas las almas mansas y humildes y las de los niños pequeños. Estas almas son la delicia de las regiones celestiales y las preferidas del Padre Eterno, pues se recrea en ellas muy particularmente. Son como un ramillete de florecillas que despidieran su perfume ante el trono de Dios. El mismo Dios se embriaga con su fragancia. Ellas encuentran abrigo perenne en Tu Piadosísimo Corazón, Oh Jesús, y entonan, incesantemente himnos de amor y gloria.

Padre Eterno, vuelve Tu mirada llena de misericordia hacia estas almas mansas, hacia estas almas humildes y hacia los niños pequeños acurrucados en el seno del corazón desbordante de piedad de Jesús. Estas almas se asemejan más a Tu Hijo. Su fragancia asciende desde la tierra hasta alcanzar Tu Trono, Señor. Padre de misericordia y bondad suma, Te suplico, por el amor que Te inspiran estas almas y el gozo que Te proporcionan: Bendice a todo el género humano, para que todas las almas a la par entonen las alabanzas que a Tu misericordia se deben por los siglos de los siglos. Amén.

SÉPTIMO DÍA

Hoy tráeme las almas que veneran y glorifican especialmente Mi misericordia3 y sumérgelas en Mi misericordia. Ellas sintieron los sufrimientos de Mi Pasión y penetraron en Mi espíritu más profundamente que ninguna otra. Son vivo reflejo de Mi piadoso corazón, y resplandecerán con esplendor especial en la vida futura. Ninguna de ellas sufrirá el tormento del fuego eterno, porque las defenderé con particular empeño a la hora de la muerte.

ORACION

Misericordiosísimo Jesús, cuyo Tu corazón es el amor mismo, recibe en el seno de Tu corazón piadosísimo las almas de aquellos que de una manera especial alaban y honran la grandeza de Tu misericordia. Son poderosas con el poder de Dios mismo. En medio de las dificultades y aflicciones siguen adelante, confiadas en Tu misericordia; y unidas a Ti, Oh Jesús, portan sobre sus hombros a todo el género humano; por ello no serán juzgadas con severidad, sino que Tu misericordia las acogerá cuando llegue el momento de partir de esta vida.

Padre Eterno, vuelve Tu mirada sobre las almas que alaban y honran Tu Atributo Supremo, Tu misericordia infinita, guarecidas en el Piadosísimo Corazón de Jesús. Estas almas viven el Evangelio con sus manos rebosantes de obras de misericordia y su corazón, desbordante de alegría, entona cánticos de alabanza a Ti, Altísimo Señor, exaltando tu misericordia. Te lo suplico Señor: Muéstrales Tu misericordia, de acuerdo con la esperanza y confianza en Ti depositada. Que se cumpla en ellos la promesa hecha por Jesús, al expresarles que durante su vida, pero sobre todo a la hora de la muerte, aquellas almas que veneraron Su infinita misericordia, serían asistidas por El, pues ellas son su gloria. Amén.

OCTAVO DIA

Hoy tráeme las almas que están detenidas en el purgatorio y sumérgelas en las profundidades de Mi misericordia. Que Mi Sangre, cayendo a chorros, apacigüe las llamas en que se abrasan. Todas estas almas me son muy queridas. Ellas pagan el castigo que se debe a Mi justicia. En tu poder está socorrerlas. Saca todas las indulgencias del tesoro de Mi Iglesia y ofrécelas por ellas. Oh, si supieras qué tormentos padecen, ofrecerías continuamente por ellas las limosnas del espíritu y saldarías las deudas que tienen con Mi justicia.

ORACION

Misericordiosísimo Jesús, que exclamaste ¡misericordia! introduzco ahora en el seno de tu corazón desbordante de misericordia, las almas del purgatorio, almas que tanto aprecias pero que, no obstante,. han de pagar su culpa. Que el manantial de Sangre y Agua que brotó de Tu corazón apague las llamas purificadoras para que, también allí, el poder de Tu misericordia sea glorificado.

Padre Eterno, mira con ojos misericordiosos a estas almas que padecen en el purgatorio y que Jesús acoge en Su corazón, desbordante de piedad. Te suplico, por la dolorosa Pasión que sufrió Tu Hijo, y por toda la amargura que anegó Su sagradísima alma: Muéstrate misericordioso con las almas que se hallan bajo Tu justiciera mirada. No los mires de otro modo, sino sólo a través de las heridas de Jesús, Tu Hijo bien amado; porque creemos firmemente que Tu bondad y compasión son infinitas. Amén.

NOVENO DIA

Hoy tráeme las almas tibias4 y sumérgelas en las profundidades de Mi misericordia. Ellas fueron las que más laceraron, Mi corazón. Por su indiferencia Mi alma padeció un terrible hastío en el Huerto de los Olivos. Ellas me hicieron gritar: «Padre, si quieres, aparta de Mi este cáliz». La última esperanza de salvación para ellas estriba en apelar a Mi misericordia.

ORACION

Piadosísimo Jesús, que eres la piedad misma, traigo hoy al seno de Tu Compasivo Corazón a las almas enfermas de tibieza. Que el puro amor que Te inflama encienda en ellas de nuevo la llama de Tu amor, y no vuelva el peso muerto de su indiferencia a abrumarte con su carga. Oh Jesús, todo compasión, ejerce la omnipotencia de Tu Misericordia, y atráelas a Ti, que eres llama de amor viva y haz que ardan con santo fervor, porque Tú todo lo puedes.

Padre Eterno, mira con ojos misericordiosos a estas almas que a pesar de todo, Jesús cobija en el seno de Su corazón lleno de piedad. Padre de Misericordia, te ruego, por los sufrimientos que Tu hijo padeció, y por Sus tres largas horas de agonía en la Cruz: que ellas también glorifiquen el mar sin fondo de Tu misericordia. Amén.

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Fuentehttp://www.corazones.org/jesus/divina_misericordia_novena.htm

Las perlas del Cura Miguel (81)

Las perlas del Cura Miguel (81)

Hemos querido a partir de hoy publicar los enlaces a las «Perlas para mis amigos» del Pro. Miguel Ruiz Tintoré, pidiendo al Señor nos ilumine en la reflexión y meditación de las palabras de santos muy santos que el Cura Miguel nos ilustra de forma tan bella. 

En cada imagen encontrarán los enlace a las tres perlas, acompañados del «Discursito». Aquí van..


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Queridos amigos:

En tanto no os veo para compartir unos orondos pinchos de morcilla reventona -que no sabéis lo que os perdéis-, sustituyo la tal morcilla por tres perlucas, pero ya sabéis: tengo que soltaros el discursito, que si no, no soy persona. Allá va, como el caballo de copas.

PRIMERA PERLA. Dios es Dios. De consiguiente, cualquier pecado -cualquiera, de la gravedad que sea- es como una gota en comparación con el océano de misericordia que ocupa el pecho de Dios. ¿Y la blasfemia contra el Espíritu Santo, de la que dice Jesús que no se perdonará (Mt 12,31)? También se perdonará, porque si tomamos en serio las palabras y el contexto, se refiere a lo que precisamente San Juan Pablo llama “falta de prontitud en la conversión y en la penitencia, es decir, su perdurar en la obstinación”.

¿Os viene bien un cuentecito? Un caballero cometió el pecado horrendo de matar a su hijo. Acudió temblando al confesor, que le dijo: “Obtendrás tu perdón el día que llenes este cáliz”, y le entregó uno. El penitente corrió desalado al pozo, pero comprobó asombrado que, por más agua que metía, el cáliz no se llenaba; corrió a una fuente, y descubrió que, por más agua que recogía, el cáliz seguía seco; recorrió con delirio ríos, lagos, mares… y terminó por sentarse y por echarse a llorar en soledad. Y narran las sabias consejas de mi lugar que las lágrimas del caballero, sin que este se diese cuenta, fueron cayendo dentro del cáliz. Cuando el pecador se dio cuenta, el cáliz estaba lleno, y él se supo perdonado por Dios. La moraleja, la sacáis vosotros.

SEGUNDA PERLA. La castidad que nos enseña la Iglesia no es un “no a todo”, sino un “cómo” para todo, de acuerdo con la naturaleza de las cosas y de los estados de las personas. Como escribió Jean Soulairol, toda la moral sexual de la Iglesia se resumiría en unas palabras: “Ninguna licencia contra el amor”. Y en el matrimonio no vale todo. Porque es el amor el que queda dañado (bombardeado) cuando la ley de la selva se implanta entre dos. Entonces los esposos se sienten cómplices, se saben cómplices, porque son justamente cómplices.

Y fijaos en que San Josemaría habla de “el bien divino de la sexualidad”. Igualmente, la Congregación para la Doctrina de la Fe declaró que “el orden moral de la sexualidad comporta para la vida humana valores tan elevados, que toda violación directa de este orden es objetivamente grave” (decl. Persona humana, del 29-XII-1975). Si es pecado, es pecado grave. Si no es pecado grave, pudo ser una tentación -ocurre sobre todo en el ámbito de los pensamientos que uno erróneamente cree que ha consentido- (y en esos casos, ¡que se confiese el diablo…!); existe también el peligro de engañarse a uno mismo cuando realmente hay pecado.

Pero lo que quería subrayar con garra de oso es que  la sexualidad es para nosotros un “bien divino” que “comporta valores tan elevados”. Tengo que suponer que no hay confesión religiosa ninguna que reverencie más los valores ínsitos en la sexualidad de lo que los reverencia la Iglesia católica.

TERCERA PERLA. Os recito un poema sobre la Anunciación, con dibujitos, música y todo, que me ha puesto Elisa, que no hay más que pedir. ¿Por qué Dios escogió a María? No sé si es muy fácil, muy misterioso o las dos cosas. La escogió porque la creó para escogerla. Más que eso. “En el principio era el Verbo” (Jn 1,1), y Dios, que sabía todo lo que iba a pasar con los hombres, tenía decretada la Encarnación del Verbo; pero juntamente con Este estaba decretada la función de la madre y compañera de Redención. Y un buen día Dios creó a María -María nace de Joaquín y Ana-. Y Dios la hizo hermosa para escogérsela, y luego se la escogió porque la vio hermosa… Y dice San Bernardo que, en la Anunciación, “la encontró la gracia llena de gracia”. Y -añado yo-, por la gracia de Dios y la correspondencia de María a la gracia, pudo ella ser hecha madre de Dios, que implicaba automáticamente ser madre de nosotros. De usted, por ejemplo.

Hoy hemos hablado de hermosuras: la del perdón de Dios, la de la sexualidad, la de Dios cuando se enamora de una niña. ¿De qué podemos hablar, si somos cristianos?

Gracias, pues, a Elisa. Y gracias a Joni.

Miguel Ruiz Tintoré, sacerdote,
monaguillo de la Virgen

Coronilla de los Cien Requiem, para rezar por las almas del Purgatorio.

Coronilla de los Cien Requiem, para rezar por las almas del Purgatorio.

Para rezarlo se utiliza un rosario común, al que hay que dar dos vueltas alrededor para completar las cien suplicas.

En el nombre del Padre, del….

1-Oración inicial:

Animas santas, almas que estáis purgando, rogad a Dios por mí, que yo suplicaré por vosotras a fin de que, cuanto antes, se os conceda la gloria del Paraíso celestial”.

2- Al iniciar y en cada cuenta grande rezamos Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

3-Luego en cada cuenta de la decena repetimos:

«Dales Señor el descanso eterno, y que brille para ellas la luz que no tiene fin»

Rezaremos de este modo diez decenas, es decir, dos vueltas al rosario.

4- Finalizamos con De Profundis (Salmo 130):

Desde lo más profundo te invoco, Señor,

2 ¡Señor, oye mi voz!

Estén tus oídos atentos

al clamor de mi plegaria.

3 Si tienes en cuenta las culpas, Señor,

¿quién podrá subsistir?

4 Pero en ti se encuentra el perdón,

para que seas temido.

5 Mi alma espera en el Señor,

y yo confío en su palabra.

6 Mi alma espera al Señor,

más que el centinela la aurora.

Como el centinela espera la aurora,

7 espere Israel al Señor,

porque en él se encuentra la misericordia

y la redención en abundancia:

8 él redimirá a Israel

de todos sus pecados.

Y repetimos nuevamente:

«Dales Señor el descanso eterno, y que brille para ellas la luz que no tiene fin»

De una entrevista al Papa Francisco, y de una Virgen María «popular en entre las clases populares».

De una entrevista al Papa Francisco, y de una Virgen María «popular en entre las clases populares».

Para comenzar este articulo, y ya que vamos a hablar de «populismo», les quiero transcribir una cita textual de alguien muy «popular» en la Iglesia. Ya se, no es lo mismo populismo que popular, pero es que algunos periodistas están dando cátedra en esta clase de confusiones. Pero salvando los descomunales errores terminológicos de mis coterráneos, quisiera que mientras leen esta cita, traten de imaginar quien lo esta diciendo:

«¿Quieres honrar al Cuerpo de Cristo? No permitas que sea objeto de desprecio en sus miembros, es decir, en los pobres, faltos de ropa con la que cubrirse. No lo honres aquí en la Iglesia con telas de seda, mientras fuera lo dejas de lado mientras sufre a causa del frío y de la desnudez. Aquel que ha dicho: “Esto es mi cuerpo”, confirmando el hecho con la palabra, ha dicho también: “Me visteis hambriento y no me disteis de comer” (Mt 25, 42), y, también: “Cada vez que no hicisteis estas cosas con uno de estos pequeños, no lo hicisteis conmigo” (Mt 25, 45). El cuerpo de Cristo que está sobre el altar no necesita manteles, sino almas puras; mientras que aquel que está fuera necesita mucha atención. Aprendamos, pues, a pensar y a honrar a Cristo como Él quiere. De hecho, la honra que más agradece de las que podemos dar a quien queremos venerar, es la que Él mismo quiere, no la que nosotros pensamos. También Pedro creía que le honraba impidiéndole lavarle los pies. Eso no era honra, sino verdadera descortesía. Lo mismo tú, ríndele el honor que Él ha mandado, haz que los pobres se aprovechen de tus riquezas. Dios no necesita copas de oro, sino almas de oro».

¿Ya te lo imaginaste? Aca va otro, no del mismo autor:

«Y, en primer lugar, lo que hiere nuestros ojos hoy es que en nuestro tiempo no solo hay concentración de la riqueza, sino también acumulación de un poder enorme, de un despótico señorío sobre la economía en manos de unos pocos, y estos a menudo ni siquiera son propietarios, sino únicamente depositarios y administradores del capital, pero del cual disponen a su gusto y capricho. Este poder se hace más que nunca despótico en aquellos que, poseyendo el dinero, se comportan como amos; allí donde de algún modo son los distribuidores de la sangre misma de la que vive el organismo económico, y tienen en su mano, por decirlo así, el alma de la economía, de modo que nadie puede ni siquiera respirar en contra de su voluntad».

La primera cita pertenece a San Juan Crisóstomo, quien viviera entre el 344 y 407. La segunda es una cita de Pio XI, perteneciente a una encíclica escrita en 1931. 

Jesús no era populista, ni lo es. Jesus es Dios, Dios de amor, que se deshace por los pobres y desprotegidos. Lo Padres de la Iglesia son quienes portan su palabra y su ejemplo. No podemos hablar en términos eclesiásticos de Izquierdas o Derechas, de Comunistas o Conservadores, conjeturando a partir de la cercanía que tiene una persona en su trato con los pobres. ¡Que simplificación tan burda!. Ocuparse de los pobres no es una cuestion política, es una cuestion de amor.

Que en todos lados hay pronunciamientos extremistas por supuesto los hay, pues no habrían hecho falta, por ejemplo, las advertencias de la Santa Sede a la Teología de la Liberación. Pero que el Papa hable de los pobres no lo convierte en populista, ni comunista, sino en claro ejemplo evangélico de lo que Jesus nos ordenó: «porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer» (Mt 25, 35). Francisco  no hace otra cosa que como Vicario de Cristo tiene deber y derecho, que es dar ese amor que le desborda del corazón, y que se deshace por los que sufren.

Les dejo una  entrevista al Papa Francisco, que pertenece a un libro cuya introducción tuve la oportunidad de leer, «Esta economía mata», de Andrea Tornielli y Giacomo Galeazzi, redactores en el diario La Stampa. Vaticano.


-Santidad, ¿el capitalismo tal y como lo hemos estado viviendo en las últimas décadas es, según su opinión, un sistema de alguna manera irreversible?
-No sabría cómo responder a esta pregunta. Reconozco que la globalización ha ayudado a muchas personas a salir de la pobreza, pero ha condenado a muchas otras a morir de hambre. Es cierto que, en términos absolutos, aumentó la riqueza mundial, pero este sistema se mantiene con esa «cultura del descarte» de la que ya he hablado en varias ocasiones. Existen una política, una sociología y una actitud del descarte. Cuando ya no es el hombre, sino el dinero, lo que ocupa el centro del sistema, cuando el dinero se convierte en un ídolo, los hombres y las mujeres son reducidos a meros instrumentos de un sistema social y económico caracterizado, es más, dominado por profundos desequilibrios. Y así se «descarta» lo que no le sirve a esta lógica: es esa actitud la que descarta a los niños y a los ancianos, y que ahora también afecta a los jóvenes. Me impresionó saber que en los países desarrollados hay muchos millones de jóvenes menores de 25 años que no tienen trabajo. A veces me pregunto cuál será el próximo descarte. Debemos detenernos a tiempo. Diría que no debemos considerar estas cosas como irreversibles, no debemos resignarnos. Tratemos de construir una sociedad y una economía en las que el hombre y su bien, y no el dinero, sean el centro.

-¿Puede darse un cambio, una mayor atención por la justicia social, gracias a una economía que sea más ética o se puede pensar en cambios estructurales en el sistema?

-Antes que nada, hay que recordar que se necesita ética en la economía y también se necesita ética en la política. Muchas veces, varios de los jefes de Estado y líderes políticos que pude conocer después de mi elección a obispo de Roma me hablaron de esto. Han dicho: ustedes, los líderes religiosos, tienen que ayudarnos, darnos indicaciones éticas. Sí, el pastor puede hacer llamados, pero estoy convencido de que se necesitan, como recordaba Benedicto XVI en la encíclica Caritas in veritate, hombres y mujeres con los brazos elevados hacia Dios para rezarle, conscientes de que el amor y el compartir de los que deriva el auténtico desarrollo no son un producto de nuestras manos, sino un don que hay que pedir. Y, al mismo tiempo, estoy convencido de que es necesario que estos hombres y estas mujeres se comprometan, a todos los niveles, en la sociedad, en la política, en las instituciones y en la economía, poniendo en el centro el bien común. Ya no podemos esperar para resolver las causas estructurales de la pobreza, para curar a nuestras sociedades de una enfermedad que sólo puede llevarnos hacia nuevas crisis. Los mercados y las especulaciones financieras no pueden gozar de una autonomía absoluta. Nunca resolveremos los problemas del mundo sin una solución de los problemas de los pobres. Se necesitan programas, mecanismos y procesos orientados a una mejor distribución de los recursos, a la creación de trabajo, a la promoción integral de los excluidos.
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-Muchos se han sorprendido por sus palabras sobre los pobres «carne de Cristo». ¿Le molesta que lo acusen de «pauperismo»?
 -El pauperismo es una caricatura del Evangelio y de la misma pobreza. En cambio, San Francisco nos ayudó a descubrir el vínculo profundo que hay entre la pobreza y el camino evangélico. Jesús afirma que no se puede servir a dos amos, a Dios y a las riquezas. ¿Es pauperismo? La pobreza aleja de la idolatría, del sentirse autosuficientes. Zaqueo, después de haberse cruzado con la mirada misericordiosa de Jesús, dio la mitad de lo que tenía a los pobres. El del Evangelio es un mensaje que va dirigido a todos, el Evangelio no condena a los ricos, sino la idolatría de la riqueza, esa idolatría que nos hace insensibles al grito del pobre. Jesús dijo que, antes de ofrecer nuestro don ante el altar, debemos reconciliarnos con nuestro hermano, para estar en paz con él. Creo que podemos, por analogía, extender esta petición al estar en paz con nuestros hermanos pobres.
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-Usted ha subrayado la continuidad con la tradición de la Iglesia en esta atención por los pobres. ¿Puede dar algún ejemplo?
-Un mes antes de inaugurar el Concilio Ecuménico Vaticano II, el papa Juan XXIII dijo: «La Iglesia se muestra como es y como quiere ser: como la Iglesia de todos y, particularmente, la Iglesia de los pobres». Años después, la elección preferencial por los pobres entró a los documentos del magisterio. Alguien podría pensar en una novedad, en cambio, se trata de una atención que tiene su origen en el Evangelio y se encuentra documentada ya en los primeros siglos del cristianismo. No es una invención del comunismo y no hay que ideologizarla, como a veces ha sucedido durante la historia. La Iglesia está lejos de cualquier interés político y de cualquier ideología: movida únicamente por las palabras de Jesús, quiere ofrecer su aporte a la construcción de un mundo en donde se custodien los unos a los otros y en donde se cuiden los unos a los otros.

Finalizo este artículo dejándoles este enlace a la historia de la Virgen Desatanudos en Argentina, quien ayer ha sido catalogada como popular entre las «clases populares» por una periodista argentina. Leyendo la explicación de la estampa verán que nada tiene que ver con «clases» ni simpatías políticas.

Los encomiendo especialmente a esta advocación que es luz para todos los cristianos, especialmente para los que pasan por los peores momentos, en que como reza su oración, nos da ejemplo de cómo desenredar la madeja de nuestras vidas.

https://misionerosyperegrinos.wordpress.com/2015/05/28/mayo-una-oracion-a-maria-cada-dia-2905/

Elisa Shejtman

Fuente de la entrevista: 

http://www.lanacion.com.ar/1759154-francisco-a-veces-me-pregunto-cual-sera-el-proximo-descarte